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Tribunales

Agentes del FBI dejaron “mala, mala, mala” a exempleada de Charbonier

La jueza Silvia Carreño Coll descartó una solicitud de absolución y anulación de juicio que hizo la defensa de la exrepresentante dejando el camino abierto para argumentos finales y deliberación desde hoy.

María Charbonier y Frances Acevedo.
Foto:

Como anticipado, la presentación de evidencia de la fiscalía contra la exrepresentante María Milagros “Tata” Charbonier Laureano y su esposo, Orlando Montes Rivera, terminó con el testimonio de un agente sin que comparecieran otros participantes directos del esquema imputado, mientras que la defensa solo presentó a una testigo, por lo que el caso quedó listo para los argumentos finales a partir de esta tarde y luego la deliberación del jurado.

Entre el fin de la prueba y los argumentos finales, la defensa compuesta por los abogados Francisco Rebollo Casalduc y Anita Hill Adames presentó solicitudes de absolución perentoria y de anulación de juicio que la jueza federal Silvia Carreño Coll denegó.

Los argumentos para la absolución perentoria son un adelanto de lo que podrían ser los reclamos de los acusados en una apelación, si resultan convictos. Son también parte de la confrontación que se registrará hoy en la mañana durante una reunión a puerta cerrada en el despacho de la jueza durante la que las partes discutirán el fraseo final de las instrucciones que el jurado recibirá y que controlará su deliberación.

Estos argumentos se concentran en aspectos técnicos de los cargos de conspiración, robo de fondos federales y soborno, fraude de servicios honestos y lavado de dinero que la pareja enfrenta desde verano de 2020 porque los jueces solo pueden desestimar en esta etapa por deficiencias en los fundamentos legales de la acusación que surjan después del desfile de prueba. El tema de la evidencia más contundente e incriminatoria que la fiscalía pudo presentar mediante llamadas telefónicas se entiende que está sujeto a una determinación de credibilidad que solo puede hacer el jurado.

En este caso, esas son, particularmente, conversaciones que el informante del gobierno, y exdirector de la oficina legislativa de la acusada, Jonathan Alemán Arce, grabó subrepticiamente con su amante, entonces secretaria-recepcionista de la acusada, Frances Acevedo Ceballos. La fiscalía presentó las grabaciones mediante el testimonio de agentes y no llamó a banquillo ni a Alemán Arce ni a Acevedo Ceballos ni a otros participantes directos, como el excontratista de la acusada, Luis Gierbolini Rodríguez, otro informante del gobierno que realizó grabaciones de conversaciones.

La abogada Anita Hill, la exrepresentante María Charbonier y su esposo, Orlando Montes.
Foto: Juan R. Costa

Con su décimoquinto, y último, testigo, el agente del Negociado Federal de Investigaciones (FBI), Juan Carlos López, la fiscalía siguió presentando al jurado partes de una grabación encubierta que Alemán Arce hizo durante hora y media a su amante, Acevedo Ceballos, el 12 de julio de 2020. Esto fue un día después de que los agentes la entrevistaran y desataran un caos en el círculo íntimo de Charbonier Laureano porque era la confirmación de que la estaban investigando por el esquema del salario.

“Jonathan, yo no puedo dormir. Me he fumado una caja de cigarrillos”, escuchó el jurado decir a una Acevedo Ceballos que se proyectaba llorosa, angustiada, descontrolada y con dificultad para hablar.

En la conversación, la mujer corrobora el testimonio de Sheila Mangual Monzón, quien fue directora de la oficina de Charbonier Laureano después de Alemán Arce. Al intervenir como primer testigo, Mangual Monzón dijo que la visita de los agentes a Acevedo Ceballos provocó que el convicto exalcalde de Cataño, Félix “El Cano” Delgado, convocara al grupo cercano a la exlegisladora para discutir la investigación federal. Acevedo Ceballos dijo a Alemán Arce que la reunión se extendió hasta la 1:00 am.

Acevedo Ceballos también relata en la conversación el episodio en que, en medio de la entrevista con los agentes, se retiró al baño para usar el teléfono de otra persona para comunicarse con Charbonier Laureano, quien le instruyó que los agentes no podían preguntarle por su sueldo porque con su sueldo ella hacía lo que le diera la gana. “Entonces ahí yo salí y empecé a hablar mejor”, le comentó a Alemán Arce.

Antes de eso, “yo estaba mala, mala, mala”, relató la mujer. “Hasta me enseñaron mi cuenta de mi fucking banco… ellos saben todo, todo, todo”, añadió Acevedo Ceballos al confirmarle a Alemán Arce que de esa cuenta “saco todas las quincenas $1,500” que le pasaba a Charbonier Laureano a través de su esposo y de su hijo, entre otros métodos. “$1,500 constantemente”, enfatizó.

Acevedo Ceballos se declaró culpable semanas antes del juicio y tiene señalada para el 5 de febrero una vista en la que se espera sea sentenciada a poco más de cuatro años de cárcel. Su abogado sometió ayer a la jueza de manera confidencial un informe psiquiátrico.

En su contrainterrogatorio, Rebollo Casalduc llevó al testigo a confirmar que Alemán Arce estuvo dos años siendo informante del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) sin nunca decirles que había un esquema de sobornos en la oficina de Charbonier Laureano. Pero la fiscalía objetó que el agente contestara si el dato del esquema surgió después de que la acusada le cancelara el contrato de $10,000 mensuales que tenía el informante en su oficina.

El abogado enfocó también en que el dinero marcado que dieron a Alemán Arce para que este le diera a Acevedo Ceballos nunca apareció en manos de su clienta, sino que fue ocupado en el apartamento de la empleada. “Su informante y la amante se habían quedado con el dinero para ellos”, le lanzó Rebollo Casalduc, a lo que el agente ripostó que era una “premisa falsa”. López también aseveró que “nunca” dudaron de la veracidad de la información que les daba Alemán Arce.

Abogado y testigo chocaron cabezas también por la insistencia del agente de que la acusada mintió o le faltó a la verdad cuando les negó en tres entrevistas que recibiera dinero de sus empleados, mientras el abogado le insistió que eso era solo “tu verdad, no la verdad de ella”, por lo que no se podía implicar que mentía al negar los pagos. La jueza no permitió que Rebollo Casalduc aguijoneara al testigo por el hecho de que el FBI tiene grabadas dos de las tres entrevistas que hizo a su clienta, pero no las presentó al jurado. El abogado comentó que en esas grabaciones saldría que la razón que su clienta le dio a los agentes para haber borrados sus chats era que lo hacía regularmente desde lo que le había pasado al exgobernador Ricardo Rosselló Nevares en el verano de 2019.

López encontró también la forma de decir que Montes Rivera le había mentido cuando, durante el contrainterrogatorio de su abogada esta le presentó una certificación que decía que su cliente era director asociado en la Corporación del Fondo del Seguro del Estado. Hill Adames presentó el documento para contrarrestar el testimonio del agente de que Montes Rivera le había dicho que era abogado en el Fondo. La jueza rechazó una solicitud para sacar del récord el comentario del agente sobre que Montes Rivera le había mentido.

En su acusación de agosto de 2020, el gobierno federal imputó que entre 2017 y 2020 la entonces presidenta de cuatro comisiones camerales ejecutó un esquema para elevar el salario de Acevedo Ceballos a $8,000 mensuales con la condición de que la mujer le devolviera $3,000 mensuales mediante mecanismos que incluyeron pagos en efectivo, mediante transferencias por ATH Móvil y depósitos en banco.

En su solicitud de absolución perentoria, Rebollo Casalduc planteó que el pliego acusatorio tenía fallas insalvables en cuanto a la jurisdicción federal porque, para que existiera tal jurisdicción, la fiscalía tenía que haber presentado prueba de que en cada uno de esos años el gobierno recibió más de $10,000 en fondos federales y que las transaccione ilegales sumaban más de $5,000. Apuntó a que la prueba sobre los $10,000 no puede ser meramente que estén depositados en una cuenta del gobierno y ya sino que requiere prueba sobre el propósito, estructura y operación del programa gubernamental que los recibe. Afirmó que el testimonio del secretario de Hacienda, Francisco Parés Alicea, y de una funcionaria del Departamento de Educación federal sobre dinero asignado a un programa de ayuda a ciegos no era suficiente para cumplir con esto.

Sobre los $5,000, dijo que en este caso la transacción ilegal no sería el dinero que Acevedo Ceballos devolvió a su clienta porque ese dinero se convertía en privado una vez la empleada lo recibía, sino que serían los aumentos de sueldo que Charbonier Laureano le autorizó porque ahí es que ocurriría un gasto público ilegal. Añadió que, por la propia prueba de fiscalía, ese aumento solo alcanzó los $5,000 un año, 2017, pero en el resto no. La petición de anulación de juicio vino porque, como mantiene que, a lo sumo, a Charbonier Laureano solo se le podía procesar por lo ocurrido en 2017, toda la prueba que se refería a los demás años tuvo un efecto perjudicial que solo se cura anulando el proceso. El abogado no presentó argumentos de absolución perentoria para el cargo de obstrucción a la justicia que enfrenta la exlegisladora por borrar mensajes y llamadas de un teléfono antes de entregarlo a agentes del FBI.

Por su parte, Hill Adames añadió argumentos de que no se había presentado evidencia de que Montes Rivera personalmente realizó ninguna transferencia de dinero mal habido en la cuenta conjunta que tenía con su esposa y que la jurisprudencia reciente del Tribunal Supremo federal es que los ciudadanos privados no pueden ser procesados por fraude de servicios honestos porque eso solo sería para los que son funcionarios públicos al momento de cometer los alegados delitos. La fiscal Kathryn E. Fifield ripostó que se permite que el jurado haga la inferencia sobre el control que pudo tener de transacciones en una cuenta de banco en la que es cofirmante.

Después de que la jueza descartara estas solicitudes por concluir que un jurado razonable podría encontrar que la fiscalía probó sus alegaciones, la defensa presentó a su única testigo, la agente Lauren Colón Crespo, quien hizo su intervención por Zoom, ya que está asignada a Virginia en este momento.

Con sus preguntas, Rebollo Casalduc le resaltó al jurado que, a pesar de los años que lleva el caso, no fue hasta el testimonio de un funcionario de la Oficina de Ética Gubernamental durante el juicio que se enteraron que el matrimonio Montes Charbonier recibía dinero mensualmente para atender a una tía de la exlegisladora que vive con ella. Los pagos de entre $1,000 y $1,500 los hace Miguel Ortiz Laureano, sobrino de la acusada quien, a su vez, recibe los pagos de Seguro Social que son para su madre. Colón Crespo entrevistó a Ortiz Laureano sobre esto apenas el viernes pasado y, aunque la jueza limitó el testimonio para que no declarara nada que el hombre le hubiera dicho, la agente llegó a afirmarle al abogado que una de las cosas que verificó es que, en efecto, ocurrían esas transacciones para que los Montes Charbonier cuidaran a su mamá.

En su contrainterrogatorio, la fiscal María Montañez Concepción llevó a que la testigo afirmara que, por su conocimiento de la investigación, los pagos de Ortiz Laureano son distintos a los que se imputa que Acevedo Ceballos hizo a la acusada.

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Periodista y abogado con 25 años de experiencia. Cofundador, o miembro de los equipos fundadores, de NotiCel, el Centro de Periodismo Investigativo, Red 96, Primera Hora y El Nuevo Día Interactivo.