“Estoy pelá”: exempleada de Charbonier protagoniza juicio sin testificar
Mientras que lo que sería el último testigo de la fiscalía reitera que la exrepresentante mintió en varias ocasiones al FBI, la defensa dio señales de que podrían presentar testigos.
La fiscalía federal usó a los que serían sus últimos testigos para que el jurado vuelva a escuchar la voz de Frances Acevedo Ceballos sobre el esquema mediante el cual devolvía $3,000 mensuales a su jefa legislativa, la exrepresentante María Milagros Charbonier Laureano, y para que un agente federal les reiterara que la acusada les mintió en varias ocasiones.
Mientras el gobierno parece estar a punto de terminar su presentación de evidencia contra Charbonier Laureano y su esposo, Orlando Montes Rivera, anoche surgió la posibilidad de que la defensa presente su propia evidencia cuando la jueza Silvia Carreño Coll rehusó una solicitud de la fiscalía para dejar sin efecto la citación que el abogado defensor, Francisco Rebollo Casalduc, hizo para llamar como su testigo a la agente del Negociado Federal de Investigaciones (FBI), Lauren Colón.
La orden de la jueza no tiene detalles, pero la moción que sometió la fiscalía federal para anular la citación explica que Colón y la agente Annette Cuebas López entrevistaron el 5 de enero a Carmen Calderón Ilarraza y Miguel Orlando Ortiz Laureano. La primera es una “amiga cercana” de los acusados, con quien las agentes habrían hablado durante una visita que hicieron a una propiedad que el matrimonio acusado tiene en Cubuy. El segundo es el sobrino de Charbonier Laureano y lo contactaron por teléfono para, según lo que se conoce del caso, hablar sobre un dinero mensual que le pasaba al matrimonio y que venía del Seguro Social de su mamá porque es el matrimonio el que la cuida y vive con ella.
En la moción, la fiscalía argumenta que ya el contenido de la conversaciones de la agente con estas personas se le pasó a la defensa, que la agente no está disponible hasta fines de enero porque está en Virginia y que el testimonio de la agente no sería admisible por ser de referencia ya que estaría hablando de lo que otros le dijeron. Por esto, la fiscalía apunta a que la defensa debía llamar directamente a Calderón Ilarraza y a Ortiz Laureano para que testificaran. Tras una vista ayer en la tarde en la oficina de la jueza, esta decidió denegar la solicitud de fiscalía, pero no está todavía claro si la defensa, en efecto, llamará a la agente y cómo se atenderá su aparente dificultad para comparecer.
La fiscalía presentó el martes a tres agentes federales, los que habían dicho que serían sus últimos testigos. De ser los últimos, la fiscalía completó una estrategia de dejar fuera del banquillo de los testigos a los participantes más directos del esquema, para sustituirlos por llamadas y mensajes interceptados o por terceros con los que estos hablaron.
Con el agente del FBI Miguel Rodríguez Luciano, por ejemplo, introdujeron grabaciones de llamadas en las que Acevedo Ceballos discute el esquema con su madre, con la hija de la acusada y con Jonathan Alemán Arce, quien era director de la oficina de Charbonier Laureano y también era presidente del comité municipal del Partido Nuevo Progresista (PNP) en Loíza, amante de Acevedo Ceballos e informante del FBI. Acevedo Ceballos estuvo acusada, pero se declaró culpable poco antes del juicio y la fiscalía no la ha llamado ante el jurado.
“Tengo que ir al banco… porque cobramos hoy y tengo que ir a sacar esos chavos de esta”, dijo la mujer en una llamada. “Ah, ¿los de Charbo?”, le pregunta Alemán Arce. “Uh, pa’ salir de eso”, asintió la exempleada quien tenía un salario de $8,000 mensuales a pesar de que su clasificación era de secretaria/recepcionista. La imputación de fiscalía es que tenía ese salario como condición para que le devolviera $3,000 mensuales a la acusada mediante distintas formas, incluyendo transferencias de ATH Móvil y dinero en efectivo que le dejaba en los lugares que le indicaran o que enviaba con el hijo de la exlegisladora, Gabriel Montes Charbonier.
“Gaby sabe que yo le doy algo, pero no sabe lo que es. Yo le doy eso en un sobre”, comentó Acevedo Ceballos en otro segmento de la grabación de una conversación que duró hora y media. “¡Puñeta, estás usando a tu hijo!”, le reaccionó Alemán Arce.
A pesar de que Acevedo Ceballos exime a Montes Charbonier de tener conocimiento, la fiscalía inicialmente acusó al joven en 2020 y lo mantuvo expuesto a proceso hasta que le ofreció desestimar los cargos a cambio de una sentencia de desvío poco antes del juicio. La que sí sabía de las transacciones era la hija mayor del matrimonio, Marangely Montes Charbonier, una residente de Texas que estuvo en sala antes de que el proceso tuviera una suspensión abrupta en diciembre porque la jueza contrajo Covid-19.
“Uno de los sueldos más grandes es el mío, pero es porque le paso el dinero a tu mai”, le dijo Acevedo Ceballos a la hija de la acusada en una llamada de julio de 2020. “Sí, sí”, le reaccionó la mujer. “Si me bajan el sueldo, lo de ella le toca menos”. “Exacto”, le contestaron. En esta llamada, Acevedo Ceballos se quejaba de que, por su sueldo, tenía una responsabilidad contributiva alta, aunque el dinero no era para ella. Añadió que no cualificó para el estímulo económico federal de $1,200 distribuidos durante la pandemia y que Charbonier Laureano, en vez de decirle que cogiera los $1,200 de los $3,000 que normalmente le transfería, solo le dijo que cogiera $600.
“Estoy pelá… tengo tres pesos en la cuenta”, se quejó Acevedo Ceballos en otra llamada con su madre, Regina Ceballos, quien también laboraba en el Capitolio. “Ahí hay dos cosas que hacen un hueco cabrón, los chavos que ella (Charbonier Laureano) coge y el sueldo de Sheila porque Sheila tiene sueldo en el fondo”, explicó Acevedo Ceballos cuando discutía con su madre sobre los malabares que se hacían en ese momento para cuadrar el presupuesto de la oficina legislativa de la acusada. Ya el jurado ha escuchado que a Acevedo Ceballos se le aumentó el sueldo 15 veces para llegar a los $8,000 mensuales y que ese dinero era más de lo que recibían todos los demás legisladores, excepto el presidente.
Rebollo Casalduc objetó repetidamente el interrogatorio por entender que es innecesario escuchar prueba de Acevedo Ceballos, quien no está ya acusada. También, han señalado que ninguna grabación es directa entre Alemán Arce y Charbonier Laureano, a pesar de que, como informante, el exdirector de oficina legislativa estaba encomendado a levantar evidencia del esquema mediante grabaciones encubiertas. En su contrainterrogatorio, resaltó el número bajo de llamadas que el agente presentó, a pesar de que las interceptadas pudieron ser más de 1,000 y que en solo una llamada se escuchaba a la acusada y era con relación al refinanciamiento de la propiedad de Cubuy. Esto va a la teoría de fiscalía de que el matrimonio estaba motivado a participar del esquema por deudas con el Servicio de Rentas Internas federal y de préstamos estudiantiles.
Pablo Velázquez, agente de la Oficina del Inspector General del Servicio Postal, compareció para autenticar 12 giros postales de $1,000 cada uno que Ortiz Laureano pasó a Montes Rivera mensualmente entre 2019 y 2020. No quedó claro qué estableció la fiscalía con esto dentro de su teoría del caso, pero Rebollo Casalduc usó su contrainterrogatorio para resaltar que pueden haber más pagos y transferencias entre ambos que la fiscalía no le pidió al testigo que buscara. Anita Hill, abogada de Montes Rivera, aprovechó su turno para recalcar que su cliente era el cuidador de la tía de su esposa.
Con la objeción de la defensa de que resultaba ser un testigo redundante que no debía sentarse, la fiscalía presentó a Juan Carlos López, director interino de la escuadra de corrupción pública del FBI, quien estuvo a cargo de la investigación.
El agente, en efecto, repitió elementos que ya otros testigos habían mencionado, como que Acevedo Ceballos usó el teléfono de otra persona para hablar con Charbonier Laureano a través del teléfono de su esposo mientras los agentes estaban en casa de la exempleada entrevistándola sobre el esquema. También, que cuando le pudieron ocupar un segundo celular a la exrepresentante, estaban borrados mensajes y llamadas que había tenido el día antes con los agentes. La acusada les dijo que era su “modus operandi” borrar regularmente mensajes, chats y llamadas de su teléfono. Esto le generó un cargo de obstrucción a la justicia a Charbonier Laureano.
La intención de la fiscalía con el testimonio pareció ser que el jurado escuchara al agente decir que la acusada le mintió varias veces en las tres veces que la entrevistó. Por ejemplo, que mintió cuando dijo que no se había reunido con su contratista legislativo, Luis Gierbolini Rodríguez para discutir la investigación del FBI en su contra y también cuando les negó que recibiera dinero de sus empleados.
Rebollo Casalduc objetó esto argumentando que “¿cómo puede decir que eso es falso si esa es categóricamente la alegación que estamos negando?”. A lo que la jueza reaccionó instruyendo al jurado que no podían adoptar las conclusiones del testigo sobre si la acusada había mentido o no ya que deberían llegar a sus propias conclusiones sobre ello basado en la prueba.
Gierbolini Rodríguez estaba anunciado como testigo, pero la fiscalía no lo usó. Según ha surgido en el proceso, el expresidente de la Cámara de Comercio fue un informante que realizó grabaciones encubiertas para el FBI a todos los niveles del PNP.
El agente López, quien sigue su testimonio hoy, fue también el testigo de cierre de fiscalía en el caso contra el productor de medios, Sixto Jorge Díaz Colón, quien resultó convicto. En ese otro proceso, el agente López habló de la llamada que Díaz Colón le hizo al hijo del exsecretario de Hacienda, Raúl Maldonado Gautier, apodado “Raulie”, pero no presentaron a “Raulie” como testigo, aunque estaba anunciado.
Dependiendo del curso que tome la citación de la agente Colón por parte de la defensa, los argumentos finales podrían comenzar mañana, jueves.
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