La exesposa, pero todavía compañera, del convicto exalcalde de Cataño, comenzó su intervención como testigo en el juicio contra la exrepresentante María Milagros Charbonier.

Con un interrogatorio delicado de la fiscal federal Kathryn E. Fifield y contestaciones casi susurradas comenzó uno de los testimonios más esperados en el juicio contra la exrepresentante María Milagros “Tata” Charbonier Laureano, el de Roxanna Sifre Maldonado, exesposa del convicto exalcalde de Cataño, Félix “El Cano” Delgado Montalvo.

El testimonio en la sala de la jueza Silvia Carreño Coll esta tarde es la primera expresión pública de parte de la mujer desde que su exesposo, pero todavía compañero, fue el primer alcalde a fines de 2020 en la ristra de casos de corrupción que involucra a ejecutivos y funcionarios municipales de los partidos Popular Democrático y Nuevo Progresista y que tiene al centro al contratista corrupto Oscar Javier Santamaría Torres.

Desde antes de que su compañero fuera arrestado y aceptara culpa, Sifre Maldonado era objeto de escrutinio público por el arreglo laboral inusual que tenía como una empleada de la Corporación del Fondo del Seguro del Estado (CFSE) que servía mediante destaque en la oficina legislativa de Charbonier Laureano. También, porque hubo alegaciones de que cobraba sin trabajar y pasando su tiempo en actividades de primera dama de Cataño.

“Un empleado fantasma es una persona que nunca va a la oficina y nunca trabaja y yo trabajé y yo iba a la oficina”, dijo Sifre Maldonado al negar que fuera una “empleada fantasma” en la oficina de la exrepresentante.

“Tengo una citación con mi nombre y vi algo que no estuvo bien y por eso estoy aquí”, dijo la ahora empleada clerical de una agencia de publicidad.

Sifre Maldonado dijo que la relación de la acusada con Delgado Montalvo, quien también está en la lista de testigos del gobierno, “era como familia”.

Cuando la fiscal le pidió que identificara en sala a Charbonier Laureano, la distinguió porque estaba vestida de negro y comenzó a llorar.

El luto aparentó ser mutuo ya que la testigo estaba también vestida completamente de negro.

Con Sifre Maldonado, la fiscalía sigue exponiendo al jurado a lo que diría Frances Acevedo Ceballos sobre el esquema de soborno y robo de fondos por el que están acusados la exlegisladora y su esposo, Orlando Montes Rivera. Acevedo Ceballos se declaró culpable de devolver a Charbonier Laureano aproximadamente $3,000 de los $8,000 mensuales que se ganaba como recepcionista en su oficina legislativa, uno de los salarios más altos de la Cámara de Representantes. Pero Acevedo Ceballos no intervendría como testigo, por lo que la fiscalía ha usado a Sifre Maldonado y a la exdirectora de la oficina de la acusada, Sheila Mangual Monzón, para introducir al récord cosas que Acevedo Ceballos supuestamente dijo.

Sifre Maldonado dijo que Acevedo Ceballos y ella eran muy amigas y que se guardaban confidencias. En una ocasión, estaban en el Departamento de Hacienda y Acevedo Ceballos estaba molesta por la deuda contributiva que tenía. Allí le confesó a su amiga que tenía un salario alto pero le devolvía una parte a la acusada. “Estaba molesta y enfadada”, dijo la testigo sobre su amiga, a quien describió como una persona que “siempre estaba pelá”.

Añadió la testigo que en dos ocasiones observó a Acevedo Ceballos colocar un sobre en la cartera de Charbonier Laureano. Dedujo que se trataba de dinero, pero no dijo si le preguntó directamente a Acevedo Ceballos si era dinero, a pesar de la confianza que se tenían.

“No te olvides de lo mío”, escuchó a la exlegisladora decirle a Acevedo Ceballos un día de cobro en la oficina.

En la mañana del sábado 11 de julio de 2020, Acevedo Ceballos llamó “histérica” a Sifre Maldonado después de que agentes federales la visitaran para preguntarle por los pagos. La testigo fue a casa de su amiga, donde estuvieron varias horas y a donde llegó Charbonier Laureano. Luego fueron a la casa de un exempleado de confianza de Delgado Montalvo. Aunque su amiga la había llamado “histérica”, la testigo dijo que Acevedo Ceballos y Charbonier Laureano se mostraban “preocupadas, pero no preocupadas” por la visita de los agentes y que la única que pareció cogerlo en serio fue Mangual Monzón.

El testimonio de Mangual Monzón fue que acudió al Negociado Federal de Investigaciones (FBI) después de esa reunión preocupada porque se enteró que Acevedo Ceballos les había dicho que con quien compartía su salario era con ella en vez de con la acusada.

Acevedo Ceballos le habría contado a Sifre Maldonado que, mientras los agentes estaban en su casa, fue al baño y desde el teléfono de su tía llamó a Charbonier Laureano, quien le dijo que dijera a los agentes que el dinero que recibía como recepcionista era de ella y podía hacer lo que quisiera con él.

Cuando el lunes, 13 de julio, Charbonier Laureano redujo el salario de Acevedo Ceballos a $4,500, Sifre Maldonado lo vio como una medida de “control de daño” ante el escrutinio de la prensa que iba a provocar el tamaño de ese salario.

La fiscal Fifield aprovechó el testimonio de Sifre Maldonado para presentar una llamada entre la acusada y su esposo que las autoridades interceptaron. El audio es casi indescifrable pero, según una transcripción que también se le presentó al jurado, el matrimonio parecía discutir en clave el dinero que recibían del esquema y Montes Rivera alertaba a su esposa que no lo gastara en viajar porque ese era “el seguro social”.

Las primeras preguntas de Fifield a la testigo parecían diseñadas para darle la oportunidad de reescribir su historia pública y distanciarse de la corrupción de su exesposo. Además de afirmar que no era una empleada fantasma, Sifre Maldonado aseguró que no sabía de la conducta criminal de Delgado Montalvo, a quien conoció en 2010 y con quien se casó en 2013 para entonces divorciarse en 2022, aunque todavía viven como pareja.

“Lo sospechaba, pero no (lo sabía)”, dijo sobre el exalcalde, quien aceptó que recibió dinero en efectivo y artículos de valor a cambio de dar contratos públicos en el municipio que pudo haber alcanzado un nivel de ingresos ilegales de $750,000 en cinco años. Antes de ser arrestado, e incluso después de declararse culpable, Delgado Montalvo ostentaba públicamente de usar ropa de diseñador y de trasladarse en autos exóticos.

La testigo dijo que después del caso federal “no fue el mismo hombre… lo que pasó le cambió la vida por completo”. Esto llevó a que se divorciaran, pero se reconciliaron porque el exalcalde apoyó al padre de la testigo en sus necesidades médicas después del huracán Fiona, así como a las necesidades de Sifre Maldonado cuando esta se vio al borde de la muerte por una infección. “Prometió que iba a cambiar y le creí”, dijo para justificar la reconciliación después del divorcio.

Sifre Maldonado todavía no ha sido contrainterrogada por los abogados de defensa.

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