Una joven con residencia en Adjuntas que vivió en Uvalde realizó amenazas violentas contra escuelas en ese pueblo en Texas desde 2018 y se describe cómo la exnovia del protagonista de la masacre allí de 19 niños y dos maestras.

En mayo de 2022, el joven de 18 años, Salvador Ramos, entró a la escuela elemental Robb en Uvalde (Texas) y mató a tiros a 19 estudiantes y dos maestras antes de que un agente de la Patrulla Fronteriza lo ultimara. Desde 2018 hasta octubre de 2023, las autoridades de ese pueblo recibieron amenazas constantes de una joven sobre matanzas en las escuelas allí. Tras la masacre en Robb, la joven dijo que era exnovia de Ramos, que tenían el ataque planificado y que volvería a suceder. Ahora, la fiscalía federal en Puerto Rico acusó a la residente de Adjuntas por realizar comunicaciones interestatales amenazantes.

El expediente del caso contra la joven de 19 años Victoria Gabriela Rodríguez Morales se mantuvo secreto desde que fue radicado el miércoles 22 de noviembre hasta el martes 28. No se refleja que haya sido arrestada todavía, pero la práctica es que la fiscalía pide que se publiquen los expedientes después de que arrestan a los acusados y hay una petición de la fiscal Jeanette Collazo Ortiz para que Rodríguez Morales permanezca detenida sin fianza por ser un peligro a la comunidad y un riesgo de fuga.

Ni esa moción ni la declaración jurada del agente Kevin O. Vázquez, del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) explican si Rodríguez Morales es puertorriqueña ni cuál es su entorno familiar en la isla. Pero se menciona que vivía con su madre en Uvalde, que allí fue detenida en 2018 por las amenazas de muerte que hacía a las autoridades y que, como una condición para culminar su procesamiento en el sistema criminal de menores, se mudó a la isla con su familia en mayo de 2020.

En todo ese tiempo, hasta octubre de 2023, se mantuvo haciendo amenazas mediante correo electrónico y redes sociales a las autoridades y medios de comunicación de Uvalde usando su teléfono y el de terceras personas, así como aparatos y cuentas asociadas a su madrina y padrastro. Además, estaba matriculada en una universidad no especificada de la isla.

En septiembre de 2020, las amenazas de la joven desde Puerto Rico obligaron a un lockdown en la secundaria de Uvalde.

Más allá de las alegaciones que hacía Rodríguez Morales de que era la exnovia de Ramos, los documentos del caso no la vinculan con él e indican que la joven “comenzó a usar (la masacre en Robb) como una herramienta adicional para proyectar capacidad de cumplir con sus amenazas y aterrorizar aún más a sus víctimas”.

Las constantes amenazas de Rodríguez Morales están “aterrorizando a los residentes de Uvalde”, dijo la fiscal Collazo Ortiz.

“Cada vez que Rodríguez Morales hace una amenaza, las autoridades locales en Uvalde, Texas, tienen que tomar la decisión de movilizar recursos y evacuar edificios o correrse el riesgo de que algo pueda pasar. Esto es especialmente problemático considerando que la comunidad todavía vive el trauma de la masacre en la elemental Robb, a la que ella continuamente hace referencias en sus amenazas”, explicó la fiscal.

“Se supone que cometiéramos esa masacre juntos”, dijo la joven en Instagram en un mensaje de mayo pasado. “Voy a cazar a todo el mundo de la clase de 2022 y 2023. Todos y cada uno de ustedes va a morir en nombre de Salvador. Tengo a un grupo de payasos esperando por mi señal para comenzar el plan… esos chicos de la elemental Robb se merecían esos balazos. Se merecían morir. Estoy feliz de que mi ex pudo lograr algo que los dos queríamos hacer. Es lindo pero el hecho de que más sangre será derramada me pone bellaca. Estamos realmente preparados. Tengo un amigo en Arizona y si se entera de mierda sobre mí va a disparar en su escuela superior. Así que no reporten a menos que quieran que haya muertos más rápido. Disfruten la vida mientras puedan porque la mía está dedicada a matarlos a todos”, fue uno de los mensajes de la acusada en Instagram que la fiscalía incluyó como evidencia en los documentos del caso.

Por distintas vías, las amenazas llegaron a la Policía de Uvalde, la escuela superior, la escuela intermedia, el Departamento de Seguridad Pública de Texas, los Vigilantes, la alcaldía, la oficina del sheriff, el Departamento de Bomberos, distrito escolares y medios de comunicación de ese pueblo. En algunos de los mensajes, la acusada alega que avisó al jefe de la Policía de Uvalde sobre la masacre cuatro días antes de que sucediera. En otro pide $830,000 en efectivo para no realizar más masacres. Alegó también que había recogido a un estudiante llamado Víctor de una escuela en Puerto Rico y lo había matado. Los documentos no relacionan esta última alegación con ningún caso real que refleje esas circunstancias.

Rodríguez Morales cumplió 18 años en 2022 y de los documentos se concluye que las autoridades federales consideran que hay un antes y después en el manejo del caso porque ahora es mayor de edad. Pero no queda claro por qué esperaron más de un año desde la mayoría de edad para acusarla. “Las amenazas de la acusada han continuado a pesar de que el FBI y el Servicio Secreto han hablado con su familia en un esfuerzo por detenerlas. Estos cargos criminales son un último recurso del gobierno en un esfuerzo que ha durado años para desalentar que la acusada siga aterrorizando a loa residentes de Uvalde. El gobierno ha buscado otros medios, excepto radicar cargos, incluyendo alertar repetidamente a la familia sobre las amenazas de la acusada y hacerles conscientes de los recursos que hay para ayudarla. Pero esto no detuvo las amenazas de violencia de la acusada”, planteó la fiscal.

Collazo Ortiz detalló que en junio de 2022 hubo una reunión con los padres de la joven en la fiscalía y que la madre se mostró escéptica a que su hija tuviera algo que ver con las amenazas y aseguró que la joven no tenía acceso a dispositivos electrónicos, “por lo que los padres se han mostrados incapaces de controlarla”, observó la fiscal.

El documento añade que como parte de su procesamiento como menor en Texas, se encontró que la joven tiene “inteligencia más alta del promedio” y también que “carecía de remordimiento o culpa y fue diagnosticada con Desorden Desafiante y Desorden Explosivo Intermitente”.

“Se encontró que estaba totalmente consciente de que hacer amenazas está mal, pero cree que las amenazas y violencia van a resolver sus problemas”, dijo la fiscal.