Sin prueba forense sobre arma de fuego o sangre en la guagua de Verdejo
La defensa del boxeador mostró al jurado la prueba forense que la fiscalía no usó en el caso por carjacking y secuestro contra el boxeador Félix Verdejo.
La defensa del boxeador Félix Verdejo Sánchez ofreció al jurado el episodio de “CSI” que la fiscalía no había mostrado al presentar tres testigos del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) que indicaron que no encontraron sangre en la guagua del boxeador, que mostraron cómo son los interiores de ese vehículo en el que se habría atacado a la víctima y que dijeron no se realizaron pruebas periciales sobre el arma que supuestamente tenía el acusado cuando cometió los hechos.
Un elemento adicional, que tampoco se halló rastro de sangre en el área del puente Teodoro Moscoso desde la que habrían lanzado a la víctima a la laguna San José, lo estableció con sus preguntas la fiscal Jeanette Collazo. Verdejo Sánchez está acusado de secuestro, carjacking, uso de arma de fuego en delito de violencia y muerte de una criatura no nacida con relación al asesinato de su expareja, Keishla Rodríguez Ortiz, quien estaba embarazada, el 29 de abril de 2021.
Lo más común es que la prueba de los análisis forenses desfile en el turno de la fiscalía. Pero en este caso la fiscalía se enfocó en el testimonio de la patóloga Rosa Marian Rodríguez Castillo y de Luz Silva Torres, quien realizó las pruebas toxicológicas. No presentaron ese tipo de prueba científica para la guagua Dodge Durango del acusado ni para el área del puente y de la laguna que conformaron la escena de la disposición y hallazgo del cuerpo.
La sesión del viernes comenzó con la sustitución de un jurado que, igual que las otras dos sustituciones, no fueron justificadas para el récord.
El abogado defensor Jason González Delgado, trabajando solo porque la otra abogada del púgil está enferma, llamó como testigo al supervisor de investigaciones del ICF, Alez Cintrón Castellanos, quien tomó las fotos de la guagua del acusado. A través del testimonio, el abogado introdujo las fotos al récord.
Se pudo observar el asiento delantero donde supuestamente el acusado, estando en el lado del chofer, propinó un puño a la víctima, que estaba en el lado del pasajero. El asiento tiene una consola central con portavasos donde se encontró un “cooler” y un pinche de pelo que se separó para análisis genético, pero de cuyos resultados se desconoce.
También, foto del asiento trasero, adonde el acusado se habría trasladado y habría movido a la víctima para, junto con el cómplice cooperador, Luis Cádiz Martínez, usar cables de metal para amarrarla a un bloque de concreto. En el asiento trasero, la foto mostraba un asiento para niños. Y en fotos del baúl se observó un coche de bebé y un bulto negro con guantes de boxeo dentro.
En el contrainterrogatorio, el fiscal Jonathan Gottfried estableció que las fotos fueron tomadas tres días después de los hechos. El testimonio del cómplice cooperador es que, el día de los hechos después de disponer del cuerpo y del teléfono de la víctima y uno de los teléfonos del acusado, el dúo regresó al residencial Luis Lloréns Torres donde el cooperador pasó aspiradora al interior y limpió el panel de instrumentos, o “dashboard”.
El fiscal preguntó al testigo si el uso de clorox en los interiores afectaría las posibilidades de encontrar sangre y el testigo dijo que depende de la concentración de clorox. Pero el abogado aprovechó la pregunta para llevar al testigo a afirmar que, en efecto, “rociaron” la guagua con el reactivo Luminol que se usa para detectar sangre y no encontraron rastros de ese líquido. La defensa ha estado resaltando esto porque el testimonio del cooperador es que Verdejo Sánchez propinó un puño a la víctima que, según la patóloga, provocó desviación de tabique, fractura en hueso nasal y sangrado pero, sin embargo, el mismo Cádiz Martínez dijo que no vio sangre y ahora la prueba pericial es también que no se detectó sangre en la guagua. Tampoco se ha presentado al jurado prueba de rastros genético de la víctima en el vehículo, a pesar de la forma en que la habrían golpeado, halado el pelo y manipulado su cuerpo para amarrarla.
Cintrón Castellanos dijo que no se le pidió que confirmara la presencia de clorox en el interior de la guagua.
Luego la defensa llamó a la investigadora de escena en el ICF, Ana Arroyo Sánchez, quien fue la investigadora forense primaria en el puente y la laguna cuando apareció en el agua el cuerpo de Rodríguez Ortiz el 1 de mayo de 2021.
Su testimonio giró sobre dos puntos principales. Uno la presencia de unas manchas pequeñas en el puente de las que se tomó prueba para confirmar si eran de sangre pero la testigo no supo del resultado. Fue la fiscal Collazo en su contrainterrogatorio quien indicó que el resultado de las pruebas es que no era sangre.
El otro fue que Collazo resaltó que en una de las fotos de la escena se divisa una Honda Pilot negra, la misma marca, modelo y color en la que un policía testigo de la fiscalía había dicho que observó a Verdejo Sánchez ese 1 de mayo en el asiento trasero, pero no lo detuvieron. El vehículo es la misma marca, modelo y color que estaba en la casa de una mujer en Caguas en donde estaba pernoctando el acusado cuando el 1 de mayo en la noche le ocuparon un arma. El abogado, sin embargo, usó la misma foto para que la testigo confirmara que los cristales del vehículo tienen tintes oscuros, dificultando que se vea hacia adentro. De hecho, en la foto aparece la tablilla de la guagua pero no se ha hecho conexión por esa vía entre esa tablilla y la de la guagua que estaba en la residencia en Caguas.
El tercer y último testigo del día fue el especialista en balística del ICF, Edward Pérez Benítez, quien estaba citado para el turno de la fiscalía, pero no lo usaron. El perito habló de dos casquillos de bala encontrados en la escena, los cuales nunca han estado directamente vinculados con los hechos, pero también afirmó que es la única persona en el ICF que tiene asignado el caso de Verdejo Sánchez para efectos de balística y que no se le ha pedido que realice ninguna prueba adicional a la de los casquillos, lo que deja planteado que no se ha realizado ninguna prueba de balística al arma que se le ocupó al acusado y que supuestamente este proveyó al cómplice para que le disparara a la víctima. En vez de hacer eso, Cádiz Martínez dijo que disparó al agua, de una manera que habría hecho que los casquillos cayeran a la laguna.
El cooperador dijo también que las autoridades federales no le realizaron pruebas para confirmar que hubiera disparado un arma, aunque está en contacto con ellos desde dos días después de los hechos. Por tanto, lo único que los jurados han escuchado que ate el arma ocupada con los hechos es el testimonio del cómplice.
Tras la comparecencia de Pérez Benítez, el abogado defensor presentó al jurado siete videos (cuatro de distintas áreas del puente y tres de una azotea) sin ningún tipo de explicación o discusión en cuanto al contenido de los mismos. Los videos fueron cortos, todos del 29 de abril en horas de la mañana o de la tarde y, que se notara a simple vista, no parecen mostrar a ninguna persona o vehículo relacionado con el caso.
El juez Pedro Delgado Hernández despachó temprano al jurado y adelantó que la defensa le representó que tenía un total de cinco testigos adicionales. Cuatro estarían disponibles el lunes y uno, perito forense, está fuera de la isla, por lo que estaría disponible el jueves. Una de las testigos del lunes sería Ruth Cardona, quien realizó pruebas genéticas al embrión que se encontró en el cuerpo de la víctima.
El caso sigue el lunes y el juez no adelantó que vaya a suspender los procesos martes o miércoles, pero sí que aprovecharían la semana que viene para trabajar en las instrucciones que daría al jurado antes de la deliberación. La fiscalía todavía no ha confirmado si va a presentar testigos de refutación a los de la defensa.
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