Fue un crimen de odio el asesinato de Alexa, concluye juez federal
Acusados intentaron argumentar que hay prueba exculpatoria porque tienen familiares transgénero y miembros de la comunidad LGBTTQ+ a los que no han molestado.
La mujer transgénero sin hogar conocida como Alexa, asesinada el 24 de febrero de 2020, fue víctima de un crimen de odio, determinó una jueza federal para denegar la solicitud de desestimación de cargos que hicieron tres individuos acusados de causarle daño corporal al dispararle con balas de pintura.
Los acusados no enfrentan cargos por el asesinato de la mujer de 29 años. De hecho, las autoridades federales tienen identificado a un sospechoso del asesinato y han ofrecido una recompensa por información que ayude a procesarlo, pero la determinación de que se trata de un crimen de odio es crucial para el desarrollo del caso y ya produjo que uno de los acusados, Steven Anthony Lobos Ruiz, notificara su intención de declararse culpable.
Las mociones de desestimación del pliego acusatorio que habían sometido Lobos Ruiz, Jordany Rafael Laboy García y Christian Yamaurie Rivera Otero fueron referidas al magistrado federal Bruce McGiverin, quien emitió un informe con la conclusión de que fue un crimen de odio el 21 de julio. La jueza Aida Delgado Colón ratificó ese informe el martes.
Los acusados habían argumentado que no debían ser procesados bajo estatutos relacionados a crímenes de odio porque creían que Alexa era un hombre que representaba un "peligro a la comunidad", por lo que no tenían ánimo discriminatorio en su contra, que no le causaron daño corporal y que una pistola de balas de pintura no es el tipo de "arma peligrosa" al que se refieren las leyes federales, y que tienen evidencia exculpatoria porque "tienen familiares gay y transgénero que nadie puede decir que hayan hablado mal de ellos".
Al descartar cada uno de los argumentos, McGiverin expuso que "si los acusados en efecto creían que Alexa era un hombre es una interrogante para el jurado".
"Por otra parte, aún si los acusados pudieran establecer que creían que Alexa era un hombre, esto no necesariamente significa que evitaron cometer un crimen de odio en su contra. Persistir en la creencia de que una mujer transgénero es de verdad un hombre, a pesar de cómo se presenta y se identifica, y entonces causarle, o intentar causarle, daño corporal con un arma peligrosa es, posiblemente, un ejemplo de libro de texto de lo que es un crimen de odio, ya que las acciones están relacionadas con el género o la identidad de género de la víctima", añadió.
"Este matiz se pierde en las mociones de los acusados, y es una posibilidad de que aún si sus reclamos sobre los hechos en cuestión son ciertos, los acusados de todos modos pudieron haber cometido un crimen de odio", subrayó el magistrado.
Sobre el argumento de que creían que era un "peligro a la comunidad", McGiverin observó que esa creencia "pudo estar fácilmente informada por prejuicio que tenían en contra de ella por su identidad de género". En otro extremo, dijo que el estatuto no requiere que la fiscalía pruebe que la pistola de balas de pintura es un "arma peligrosa", sino solo que puede ser un arma y que, sus alegaciones sobre que tienen familiares miembros de la comunidad gay y transgénero, "en el mejor de los casos, dicha evidencia exculpatoria, si se encontrara que es relevante y admisible, debe ser aquilatada por el jurado".
Según el pliego, el trío divisó a Alexa la noche del 24 de febrero y le gritaron "la loca", entre otras cosas, tras identificarla como la persona que, más temprano ese día, fue víctima de una campaña en redes sociales en la que se le acosó por supuestamente entrar al baño de damas de un restaurante de comida rápida para fisgonear a mujeres.
Los hombres salieron del área, fueron a buscar la pistola, regresaron al lugar y le dispararon, grabando sus actos con sus teléfonos. Después de dispararle, Laboy García y Rivera Otero regresaron a su barrio a alardear de lo que habían hecho. Una persona los escuchó y habría regresado al lugar donde estaba Alexa para asesinarla. Los fiscales aseguran que Laboy García acompañó a la persona y presenció el asesinato.
Alexa usaba el nombre de pila Neulisa Luciano Ruiz y, al identificar el cadáver, su familia divulgó que el nombre dado al nacer fue Carlos Alberto Negrón Luciano.
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