Menor secuestrado en El Hipopótamo murió por balas disparadas a otra víctima, revela FBI
Una declaración jurada sometida al Tribunal Federal explica que son por lo menos cuatro los sujetos involucrados en el secuestro y cómo se negoció el pago de la recompensa.
Una declaración jurada del Negociado Federal de Investigaciones (FBI) sometida el miércoles para sustentar la querella criminal contra tres individuos que secuestraron a tres personas en el restaurante El Hipopótamo detalla que la negociación del pago de recompensa ocurrió con el padre de una víctima que todavía no ha sido identificada.
El documento suscrito por el agente Brian Clarity es la primera versión oficial hasta ahora de cómo ocurrió el secuestro de Juan Almeida, dueño de El Hipopótamo, el menor Jesús Francisco Pérez y una tercera víctima en la madrugada del domingo pasado, Día de las Brujas.
El relato no identifica a la tercera víctima del secuestro, un varón de 31 años, pero es con el padre de esa persona que ocurrieron las conversaciones para negociar el pago de una recompensa a cambio de la liberación del trío. De hecho, fueron disparos hechos a esta víctima las que causaron la muerte a Pérez, de 16 años.
“[La víctima] relató que uno de los sujetos disparó una pistola Glock mientras [la víctima] estaba hablando con su padre en el teléfono. Luego del disparo del arma por parte de uno de los sujetos en la van blanca, [la víctima] observó que [Pérez] había sido alcanzado por una bala o fragmento y estaba sangrando”, indica el documento.
Según el relato, al momento del secuestro en el restaurante ubicado en Río Piedras, a Almeida, de 83 años, se le obligó a subir a una van blanca de su propiedad, mientras que a la víctima sin identificar y a Pérez se le forzó a subir en un Jeep Patriot anaranjado. Los secuestradores vestían de negro y un empleado del restaurante pudo realizarle disparos al Jeep Patriot mientras huían de la escena. La declaración no dice si este intercambio de disparos al momento del secuestro produjo heridos. Por otro lado, las heridas mortales de Pérez no habrían ocurrido en ese momento sino después, cuando ya las tres víctimas habían sido colocadas en la van blanca.
A la víctima no identificada se le instruyó que llamara al empleado del restaurante “con el propósito de instruirlo a que acceder la caja fuerte del restaurante”. En ese momento, la víctima le dice al empleado que Almeida y Pérez también habían sido secuestrados.
Estando bajo custodia de los secuestradores, el teléfono de la víctima se usó en varias ocasiones para negociar la recompensa con su padre. En algún momento, las tres víctimas quedaron dentro de la van blanca de Almeida. Sin detalle de hora y lugar, la declaración indica que los secuestradores se detuvieron en una gasolinera para comprar comida y bebidas para las víctimas, así como cigarrillos mentolados que usó uno de los secuestradores.
Las negociaciones con el padre de la víctima ocurrían bajo la supervisión del FBI y resultaron en un acuerdo de dejar una bolsa con dinero en las inmediaciones del restaurante. Clarity no precisa la cantidad acordada, pero sí que la bolsa negra usada tenía un geolocalizador (GPS) y que se dejó en el restaurante cerca de las 5:45 am del 31 de octubre.
La bolsa la recogieron sujetos que habían estado merodeando el área en una Mitsubishi Outlander blanca que las autoridades federales ocuparon posteriormente. La señal llevó a los agentes a una gasolinera Puma en la carretera vieja hacia Caguas, donde encontraron a Pérez muerto. Las cámaras de vigilancia del lugar registraron a la víctima no identificada allí a las 6:05 am.
La señal los llevó luego a una residencia en Barrio Obrero, cerca del complejo de vivienda pública Las Margaritas. Una cámara de otra residencia cercana capturó a cuatro sujetos bajarse de la Outlander, entrar a la residencia y luego salir otra vez. Este sería el pietaje que el FBI difundió el domingo para recabar la ayuda ciudadana en la búsqueda y que, según aclaró el jefe del FBI en San Juan, Joseph González, muestra al hermano de uno de los sujetos, aunque la persona no está relacionada con el secuestro.
El dueño de la residencia es el padre de Luis Aulet Maldonado, uno de los tres sujetos acusados por los hechos, quien les confirmó que su hijo usaba un apartamento en la primera planta y lo identificó en el pietaje de seguridad en el que aparece bajándose de la Outlander con bolsas negras y una máscara pasamontañas.
El padre también proveyó el número de celular de su hijo que, unido al número de celular que proveyó un oficial de probatoria para otro de los acusados, Geofley Omar Pérez, permitió que los agentes obtuvieran el registro de señales por parte del proveedor T-Mobile para ubicar el celular de los secuestradores y el de la víctima en distintas localidades de Caguas entre las 12:07 am y 5:34 am del domingo.
Una búsqueda en el apartamento arrojó una camisa negra de manga larga, como la usada por los secuestradores, que en su bolsillo tenía un empaque de cigarrillos mentolados Newport.
Con Aulet Maldonado y Pérez identificados, los agentes recurrieron a los récords del Departamento de Transportación y Obras Públicas para identificar a un tercer secuestrador, Luis Cabán Nieves, al comparar su foto de licencia con el pietaje de la cámara de seguridad.
El FBI anunció el miércoles que tanto Aulet Maldonado como Cabán Nieves se entregaron entre el martes y ayer por temor a lo que les pudiera suceder en la calle, mientras que Pérez, quien tiene récord criminal y había violentado sus condiciones de probatoria en al menos tres ocasiones, sigue fugitivo.
La declaración sustentó la presentación de una querella criminal por los delitos de carjacking resultando en una muerte, secuestro resultando en una muerte, descargar un arma de fuego durante la comisión de un crimen violento y ocasionar la muerte a una persona mediante el uso de un arma de fuego, los cuales pueden conllevar la pena de muerte.
El jueves en la tarde, esa querella quedó sustituida por una acusación de gran jurado contra el trío con tres delitos: carjacking resultando en una muerte, secuestro resultando en una muerte y descargar un arma de fuego durante la comisión de un crimen violento.
El magistrado Marshal D. Morgan mantuvo a Aulet Maldonado y a Cabán Nieves detenidos hasta la vista de fianza el 9 de noviembre próximo e inició el proceso para que se le asignen abogados expertos en pena capital, a lo que tienen derecho.
Para ver la declaración jurada, pulse aquí.