Robo tipo “Casa de Papel” a casa de empeño produce demanda contra Ranger American
Alegan que empresa catalogó todas las señales del robo como "falsas alarmas".
El robo tipo “Casa de Papel”, perpetrado en la casa de empeño Cashex a fines de 2019, todavía no ha producido arrestos o acusaciones por parte de la Policía, pero ya produjo una demanda de los dueños del local contra la compañía de seguridad privada, Ranger American of Puerto Rico.
La demanda se presenta por supuesta negligencia, ya que la misma noche que ladrones rompían paredes y bóvedas para completar el robo, guardianes de Ranger pasaron por el local sin detectar nada.
El robo en el local, ubicado en Barrio Obrero, ocurrió el fin de semana del 30 de noviembre de 2019 y fue reseñado ampliamente en medios de comunicación, en parte, porque conllevó que los ladrones comenzaran en un local contiguo a la casa de empeño y desde allí rompieran una pared para ganar acceso a Cashex. Luego rompieran otra pared para llegar a una bóveda industrial y además, rompieran la bóveda.
Una demanda que los dueños del negocio, Manuel Báez Vega y Ana J. Pérez Acevedo sometieron el viernes pasado arroja más datos sobre cómo fue el robo, el botín que se llevaron, los daños que causaron y la negligencia imputada a Ranger, la compañía que estaba contratada para dar vigilancia al local. La corporación Báez Pérez Inc. es el ente dueño de lo que se conoce como Cashex y Joyería Monte Piedad.
Según el documento sometido por la licenciada Judith Santiago Medina, en el atraco no solo se perdió el inventario y efectivo, sino que “ la familia Báez perdió sus ahorros personales, los cuales se encontraban en el interior del negocio”.
“El escalamiento comenzó el 30 de noviembre de 2019. Específicamente, a alrededor de las 5:30 p.m., el sistema de seguridad alertó a Ranger por primera vez del escalamiento. Debido a la falta de diligencia, incumplimiento, negligencia o negligencia crasa de Ranger, los ladrones tuvieron acceso al local, demoliendo la estructura creando un túnel por medio de una pared de concreto. Una vez lograron acceso al interior de la propiedad, los ladrones tuvieron oportunidad y tiempo suficiente para demoler y romper una bóveda y una caja fuerte ubicada en el interior del local. Los ladrones lograron acceso a la bóveda al construir un hueco suficientemente grande para poder entrar. Para ello, demolieron otro túnel atravesando varias capas de materiales incluyendo concreto armado con varilla, dos capas de tola y cemento. Así, nuevamente, causando un estruendo significativo, ruido, polvo y vibraciones considerables. En resumen, mientras el sistema de seguridad alertó a Ranger en al menos cuatro ocasiones, los ladrones tuvieron oportunidad de estar un tiempo prolongado dentro del local causando alboroto, polvo y vibraciones excesivas y utilizando la instrumentación necesaria para realizar el escalamiento”, expone la demanda.
“Entre aproximadamente las 5:30 p.m. del 30 de noviembre hasta aproximadamente las 2:17 a.m. del día siguiente, es decir, durante un lapso de más de ocho horas, Ranger estuvo recibiendo alertas del escalamiento. Las referidas alertas le indicaban a Ranger que se estaban activando sensores de movimiento en el interior del local. Además, Ranger fue alertada de que el sistema de alarma había sido manipulado o desactivado físicamente desde el interior del local. El personal de Ranger le comunicó al Sr. Báez que tomarían medidas correspondientes para verificar el local. El personal de Ranger se personó en el establecimiento mientras ocurría el escalamiento. Por información o creencia, observaron a, al menos, un individuo sospechoso en el área. Sin embargo, Ranger le comunicó al Sr. Báez que se trataba de una falsa alarma y que todo estaba en orden. Inclusive, Ranger omitió alertar al Sr. Báez que había, al menos, un individuo sospechoso en el área”, añade a la vez que consigna que Ranger tampoco avisó a la Policía.
“En la mañana del 2 de diciembre los demandantes se encontraron con la lamentable escena de haber perdido todos sus bienes a raíz del monumental escalamiento que el personal de Ranger había descrito como una “falsa alarma”. Además, los demandantes notaron que el inventario del negocio y los ahorros personales de la familia Báez habían sido robados”, concluyen los demandantes en su exposición de hechos ante el Tribunal de Primera Instancia en San Juan.
En el pleito por incumplimiento de contrato y daños y prejuicios, el matrimonio Báez Pérez y las corporaciones reclaman compensación por: $340,000 en pérdida de inventario y daños a la propiedad; $200,000 por “quebrantamiento de reputación comercial”; una cantidad que se acumula a razón de $6,000 mensuales por el cese de actividad comercial en el local; $100,000 en pérdida de ahorros personales; $300,000 en daños emocionales y otra cantidad no determinada por gastos de litigio.