Demanda contra crucero que dejó en Puerto Rico primer caso identificado de COVID-19
La empresa operadora del crucero Costa Luminosa, que desembarcó en Puerto Rico lo que se cree fue el primer caso de COVID-19 en la Isla, enfrenta una demanda que busca abarcar a todos los pasajeros que estuvieron en ese viaje y que alega que la compañía los expuso negligentemente a contagiarse, y hasta morir, del coronavirus.
La demanda busca cubrir a los pasajeros de dos viajes distintos, pero sucesivos, del Costa Luminosa. El primero salió el 24 de febrero de Fort Lauderdale, regresando allí mismo el 5 de marzo, y el segundo salió de ese puerto el mismo 5 de marzo y culminó en Marsella, Francia, el 19 de marzo, de manera abortada porque se supone que continuara hasta Italia. Algunos pasajeros habían comprado billete para hacer el tramo completo de 30 días que cubría desde el 24 de febrero hasta la llegada a Italia.
En la primera parte de la travesía, el Costa Luminosa dejó en Islas Caimán el 29 de febrero a un hombre italiano de 68 años con síntomas de coronavirus y de un infarto, que luego murió.
En la segunda parte de la travesía, dejaron en Puerto Rico a un matrimonio, también italiano, porque la mujer mostraba síntomas que podrían ser del nuevo virus. Ambos arrojaron positivo y la mujer murió, aunque su esposo se recuperó y abandonó la Isla.
Además de esos tres casos positivos en este lado del Atlántico, el Costa Luminosa dejó a tres pasajeros positivos al virus en Tenerife, así como a sus respectivos acompañantes, y, al terminar abruptamente su itinerario, otros 36 pasajeros arrojaron positivo, según la demanda.
El saldo del crucero, entonces, son, hasta este momento, 42 casos positivos y dos muertos. Este conteo no abarca a la tripulación.
Puerto Rico fue el único puerto en el que los pasajeros y la tripulación desembarcaron y realizaron las actividades normales de un crucero que llega a uno de los puertos de su itinerario.
En Antigua no se les permitió desembarco y, para cuando llegaron a Tenerife, ya habían alterado sus actividades por el coronavirus. De hecho, la Compañía de Turismo, que recibió al Costa Luminosa en un acto protocolar celebrando su primera visita a la Isla, dijo que ese 8 de marzo desembarcaron 1,370 pasajeros y 410 tripulantes, para un total de 77 por ciento de las personas a bordo.
Tanto la Autoridad de los Puertos como Turismo no han contestado solicitudes de entrevista de NotiCel sobre este episodio.
Vea: Documentos revelan lo que pasó en el Costa el día que atracó en San Juan
Las reclamaciones ante el tribunal están sustentadas con comunicaciones que hizo el capitán del Costa Luminosa a los pasajeros y que evidencian que se encubrieron los casos de enfermos que fueron surgiendo a lo largo del trayecto y que no tomaron medidas hasta tiempo después de que se confirmaran los casos positivos de las personas que habían desembarcado.
Específicamente, no hubo orden de aislamiento en los camarotes hasta el 15 de marzo, mismo día en que tres positivos a coronavirus desembarcaron en Tenerife, y no hubo cuarentena forzosa hasta el 16 de marzo, ocho días después del desembarco en San Juan y tres días antes del fin de la travesía en Francia.
Por ejemplo, la demanda apunta a que el Costa, cuya matriz Carnival Corporation ya había tenido en febrero dos cruceros con brotes de coronavirus (el Diamond Princess, con siete muertos, y el Grand Princess, con dos muertos), aún sabiendo que acababan de dejar en Islas Caimán a un caso sospechoso de COVID-19, advirtió a sus pasajeros que no reembolsarían el costo del pasaje a los que cancelaran el tramo que comenzaba el 5 de marzo.
Además, al abordar el 5 de marzo, no tenía a personal médico haciendo pruebas a los pasajeros descansando solo en cuestionarios.
Según la demanda, sometida en el Tribunal de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Florida el 7 de abril, “la conducta del Costa… es tan indignante en su carácter, y tan extrema en su clase, que va más allá de todos los límites posibles de la decencia, al punto que puede considerarse atroz y totalmente intolerable en una comunidad civilizada”. “Puesto sencillamente, de manera intencional y temeraria, Costa provocó una pesadilla viviente a miles de sus pasajeros para proteger su ganancia”, añade el documento radicado por el bufete Lipcon, Margulies, Alsina & Winkleman.
Los demandantes no determinaron un monto de la compensación monetaria, pero pidieron el pago de todos los daños posibles, así como la imposición de daños punitivos, o lo mismo que compensación impuesta para dar una lección.
Algunos comentaristas legales han puesto en duda las posibilidades de éxito de la reclamación debido a leyes marítimas internacionales que, entre otras restricciones, limitan las reclamaciones contra cruceros solo a los daños físicos que se puedan demostrar y no por daños emocionales, como parte de los que se alegan en este pleito.
La línea de cruceros, Costa Cruise Lines o su matriz Carnival, no ha emitido declaraciones en respuesta a la radicación del pleito.
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