La promesa de María
En esta promesa --la Promesa de Reyes Magos-- no hay espacio para la discordia ni el autoritarismo. En esta María --María Figueroa-- no existe la devastación, solo el interes genuino de reunir a sus más queridos y regocijarse en un espacio de unión.
En la Promesa de María Figueroa a los Tres Reyes Magos, las alusiones al contexto socio político del Puerto Rico actual son puras coincidencias, cuajándose desde hace cien años.
Todo comenzó en el 1918, cuando Alejandrino 'Alejo' Santiago fue enviado al campo de batalla de la Primera Guerra Mundial. En la isla, dejó a su esposa María y su hija de unos siete meses.
'Mi mamá mandó la promesa de hacer una fiesta todos los años a los Santos Reyes con tal de que a papá no le pasara nada y se acabara la guerra. Ese fue el significado de mandar esta promesa', instruye María Cristina, sucesora de ambos y quien tambien, casualmente, festejaba sus cien años de edad.
A su lado, sus dos hermanos, Natividad, de 'ochenta y tantos' años, y 'Modesto', de noventa. Previo a los embates del tiempo, eran ocho.
Los patriarcas estaban rodeados por la familia inmediata y la extendida, y no es para menos. Llevan cien años recibiendo de par en par a primos, tíos, abuelos, cuñados, nietos, bisnietos, en fin, caras familiares que componen un grupo numeroso y longevo.
Antes de partir, María madre sentó las bases para lo que sería la tradición: el menú debía ser el mismo siempre, uno en que no podían faltar los chicharrones de pollo, las viandas y el arroz con dulce. Esta vez, sobraban las bandejas llenas de comida, como arroz guisado y morcilla, manjares típicos de la epoca.
No había una lista de invitados porque todo el que llegara era bienvenido. Por eso, María y Natividad se encontraban en la puerta de entrada repartiendo besos y abrazos a todo aquel que se diera cita.
La parte más importante, y que precedía la actividad, consistía en los nueve rosarios.
'Ella hacía una novena a los Reyes Magos, unos rosarios nueve días antes del día de Reyes, que comenzaban entonces el 28 de diciembre. El día de Reyes, al amanecer, se hacía un rosario a los Reyes tambien y luego se hacían los aguinaldos. Durante la celebración de cada aguinaldo, nuestra abuela se arrodillaba cerca del altar y hacía sus oraciones mientras se llevaba a cabo el aguinaldo', relata Osvaldo Santiago a los presentes.
Cada año explican el proceder, porque tal vez así inspiran a las generaciones más jóvenes para que continúen el legado.
'La misa comienza con un aguinaldo de saludo, la familia anfitriona era la que estaba al frente y esperaba a que los músicos dieran su aguinaldo de entrada y entonces los recibían. Entran todos y se acomodan aquí en el altar y ahí se comienza la promesa per se', continúa.
Los nueve aguinaldos se dividen en tres segmentos y los músicos, blindados con una guitarra, el cuatro y un güiro, son los nietos de María madre. Aunque la isla continúa sufriendo los estragos de un huracán catastrófico y sus secuelas en el día a día, para esta familia pesa más la oportunidad de darse un abrazo.
'La unión familiar, que nos veamos, que nos abracemos, que nos queramos. Reunirnos. Es una oportunidad que Dios nos da. Vino un huracán, eso es cierto, pero tiene que haber de todo. Si podemos coger lo bueno, tenemos que tambien coger lo malo o lo menos malo', señala Natividad.