¿Agoniza la pandemia en la Isla?
Pese a que siguen habiendo muertes y hospitalizaciones, la población parece estar dejando atrás más de dos años de variadas limitaciones, mientras Salud mantiene mínimas medidas de restricción.
Basta ver solo una señal inequívoca para advertir que la pandemia no es un tema de preocupación mayor entre los puertorriqueños: ya no se observa, de forma masiva, el uso de mascarillas, uno de los elementos clave para evitar los contagios por el coronavirus que desde el 16 de marzo de 2020 ha acompañado a los boricuas, deseosos de pasar la página del mortal covid-19 que ha dejado en Puerto Rico más de 5,000 fallecidos.
Hay otros elementos a considerar, algunos anecdóticos como el hecho de que ya la palabra “covid” no se busca tanto en Google Trends y se palpa así la falta de interés por una pandemia que va en retirada, al menos así lo entienden en Europa, donde la mayoría de los países ha quitado las restricciones, así como varios estados de Estados Unidos.
En Puerto Rico, tan reciente como en septiembre pasado, el secretario de Salud, Carlos Mellado López, anunciaba la flexibilización de las restricciones para frenar el covid-19, pero dejaba claro a la ciudadanía que el coronavirus “no se ha acabado”.
El mes pasado la agencia eliminó el uso obligatorio de mascarillas en las escuelas públicas (aunque las mantuvo en hospitales, salas de emergencia, consultorios médicos y laboratorios clínicos).
A su vez, el funcionario adelantó entonces que “las restricciones y los mandatos no son para siempre. Estoy confiado en que podamos continuar avanzando, al mismo tiempo en que sigamos con las medidas de prevención y protección para garantizar el control de la enfermedad”.
Mellado López dijo en esa oportunidad que la Isla tenía algunas "particularidades" en términos del acceso a camas de intensivo, hospitales, profesionales de la enfermería, infectólogos y neumólogos, como parte de un sistema de salud “frágil”, que evitaban poner fin a la emergencia y condicionó la decisión al devenir de las estadísticas (nivel de positividad, de incidencias, hospitalizaciones y muertes, entre otras).
Sin embargo, aseguró que "ninguna medida llegó para quedarse el resto de la vida. En cuanto nuestras estadísticas reflejen lo contrario, iremos flexibilizando (hasta ayer, martes, Salud reportaba 174 personas hospitalizadas (152 adultos y 22 menores), 5,165 muertes y una tasa de positividad de 13.4%)”.
Lo cierto es que la agencia, en su último informe de la situación de la epidemia del 6 de octubre pasado, se limita a consideraciones de detección temprana (como priorizar pruebas diagnósticas), vigilancia epidemiológica, campañas educativas (de promoción de la vacunación, por ejemplo), la promoción de la vacunación y el diagnóstico temprano en poblaciones a mayor riesgo, entre otras medidas, pero en cuanto a la mitigación sólo establece la recomendación continuar con el uso de mascarillas “en interiores y lugares aglomerados, lavado de manos, distanciamiento físico, optar por actividades en espacios abiertos, no aglomerados y continuar promoviendo la vacunación al día”.
Y señala la necesidad de seguir promoviendo las medidas de prevención de acuerdo con el “alto nivel” de transmisión comunitaria y al “nivel “moderado de comunidad covid-19” (en referencia a los eventos multitudinarios, instituciones educativas, instituciones de salud y de cuidado prolongado).
Así las cosas, sin mayores restricciones, los puertorriqueños buscan ahora volver a la normalidad perdida hace más de dos años por un virus que alteró una cotidianidad que se vio afectada por el encierro, los toques de queda, los negocios cerrados, la higiene excesiva, la cuarentena después de viajar y un sinnúmero de medidas que limitaban hasta en qué dirección moverse en el supermercado.
Hoy, los carteles añejados de Salud en los negocios o las marcas en el piso para establecer el distanciamiento físico entre las personas son un mudo recuerdo de lo que, aparentemente, ya fue, ya pasó, y un indicador de que la “hibernación” del boricua ha llegado a su fin.
No obstante, para el presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, Carlos Díaz Vélez, la pandemia “no ha concluido” y pone como condición que la positividad baje a entre 3% y 5%, que las hospitalizaciones disminuyan a cerca de 25 y que las muertes que se reporten sean “una o dos al mes”.
“El covid no es como el catarro, mata gente, y vino para quedarse. Además, es importante la vacunación, porque el virus muta, cambia. Hubo cuatro mutaciones en un año. El coronavirus no va a desaparecer, lo que hay que hacer es minimizarlo”, sostuvo.
Añadió que “ojalá que efectivamente vaya en retirada (la pandemia) y que se libere (a la población de las medidas restrictivas), pero siempre teniendo en cuenta que hay personas con condiciones que deben estar protegidas”.
Insistió en que “el patrón de restricciones se ha ido reduciendo, esa es la tendencia y es normal que se libere” a la gente de las limitaciones que se le han impuesto.
Así está sucediendo en Europa, ya que países como Alemania, Bélgica, Holanda, Suecia, Polonia, Rumanía, Hungría, Irlanda y Reino Unido han eliminado todas o la mayoría de las restricciones.
Incluso, Dinamarca suspendió su programa de vacunación contra el covid-19.
Las medidas de flexibilización se replican en Asia y América del Sur, en respuesta a poblaciones que ya no consideran el covid-19 una amenaza.