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Proyecto De País

La Autoridad de Energía Eléctrica

NotiCel abre un espacio para las propuestas novedosas y arrojadas en lo social, económico y político, de forma que se pueda superar la crisis construyendo un nuevo país. Participan la senadora del Partido Popular Democrático por el distrito de Mayagüez-Aguadilla, Mari Tere González (@mtsenadora), la senadora por acumulación del Partido Independentista Puertorriqueño, María de Lourdes Santiago (@marialourdespip), y la candidata a la Comisaría Residente por el Partido Nuevo Progresista, Zoe Laboy (@zoelaboy).

Abriendo el camino de la AEE

Por: Mari Tere González (@mtsenadora)

El cuadro fiscal del Gobierno de Puerto Rico se agudiza con la precaria situación de algunas de nuestras corporaciones públicas que se encuentran al borde de la insolvencia. En ese escenario, se encuentra la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) con una deuda que sobrepasa los 9 billones de dólares.

La dependencia de esta corporación pública a la generación de energía a base de combustibles fósiles convirtieron los servicios en unos muy costosos e ineficientes, afectando el desarrollo económico del País. A esto se le añaden décadas de profundos cambios geopolíticos, una pobre ejecutoria en la administración operacional y la ausencia de un plan capaz de situarla a la vanguardia de los avances de la industria.

Ante esta realidad es necesario encaminar una transformación de esta corporación pública que viabilice el establecimiento de un sistema administrativo y operacional eficiente, con tarifas justas y razonables para el ciudadano. Para esto, es necesario realizar cambios en la infraestructura de la AEE con el propósito de minimizar la dependencia al petróleo, lo que se traduciría en reducción de costos y en un mejor servicio. Como parte de esos cambios, es necesario contemplar la integración de fuentes de energía renovable para producir energía más limpia, eficiente y barata.

Para atajar esta situación, nuestra administración, comprometida con la autosuficiencia financiera de las corporaciones públicas, implementó una Reforma Energética, que entre otras cosas, creó una Comisión de Energía con el fin de fiscalizar a la Corporación, crear un plan para el diseño de proyectos de infraestructura y rediseñar su aparato administrativo. Asimismo, actualmente, hay esfuerzos encaminados para la formulación de un plan de reestructuración que permitiría la transformación y recuperación de la AEE a largo plazo. Si bien es cierto que falta mucho camino por andar, no es menos cierto que hemos logrado detener el incremento en las alzas tarifarias.

Por otra parte, ante la inexistencia en nuestro marco jurídico de una Ley que le permita a nuestras corporaciones públicas declararse en quiebra y la exclusión por parte del Congreso de Estados Unidos de poder acogernos al capítulo 9 de la Ley de Quiebras Federal, se aprobó la Ley 71-2014. Esta Ley le permitiría a nuestras corporaciones entrar en un proceso de reestructuración de la deuda, con el fin de cumplir con las obligaciones sin castigar al pueblo con tarifas excesivas ni con la continuidad de los servicios. No obstante, el Tribunal Federal la declaró inconstitucional, colocándonos en una situación de indefensión y complicando, aún más, la situación de la AEE.

Ante esta situación confiamos en que el Tribunal del Primer Circuito de Boston acoja el recurso presentado por el Estado y reconsidere la determinación del Tribunal Federal del Distrito de Puerto Rico para que nos permita poner en vigor el marco jurídico de quiebra puertorriqueño de modo que seamos nosotros quienes tengamos control sobre los procesos de reingeniería fiscal que nos afectan como pueblo. EN su defecto, es necesario que aunemos esfuerzos para que la Isla sea incluida en el Capítulo 9 de la Ley de Quiebras Federal.

El País reclama un plan concreto que logre esa transformación tan necesaria y que atienda nuestra situación económica. Sea cual sea el devenir del debate, lo cierto es que no podemos quedarnos de brazos cruzados. Es momento de que todos(as) como hermanos(as) puertorriqueños(as) podamos abrir nuevos surcos de desarrollo económico y de justicia social.

Acaso hay que cortarle la luz al Gobierno?

Por: Zoé Laboy (@zoelaboy)

El sector energético de Puerto Rico atraviesa retos sin precedentes y de proporciones inimaginables. El costo por kilovatio-hora sigue siendo tres veces más que el promedio de lo que se paga en el resto de los estados, lo que afecta nuestro bolsillo y nuestra competitividad como destino de inversión. Se vislumbra que la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) no podrá cumplir con los requisitos ambientales de la Agencia para la Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés), lo que resultará en sanciones económicas para la AEE y por ende para nosotros sus usuarios y los comercios. Y el gobierno, su principal actor y responsable de esta magna crisis, no acaba de cumplir con su deber ministerial de proveer, de forma transparente, soluciones viables que nos ayuden a salir de este atolladero y de cumplir con el mandato constitucional de conservar, de manera eficaz, nuestros recursos naturales.

Y como si fuera poco, la casa acreditadora Standard <><>& Poor's degradó recientemente los bonos de la AEE a CCC (es decir bonos extremadamente especulativos) por estar sacando de los fondos de reserva y no tener capacidad para salir a los mercados y emitir deuda para reestructurarse y seguir operando. A todo esto, hay que añadir que el gobierno ha gastado millones de dólares en consultores que responden a los intereses de los bonistas (no a los del pueblo puertorriqueño), quienes hasta ahora solo han dicho muy poco, han sido poco transparentes, y lo único concreto que hemos escuchado de ellos son extensiones de tiempo. Esto puede ser después de todo una estrategia por parte del gobierno de tener un chivo expiatorio por si las soluciones son dolorosas.br /

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Nuestra generación de electricidad proviene en su gran mayoría de fuentes fósiles, siendo entre ellas la principal (más del 50%) la más cara de todas; el petróleo. Esto contrasta grandemente con el resto de los EE.UU. donde, según la Administración de Información de Energía Federal (EIA por sus siglas en inglés), la dependencia del petróleo para la generación de electricidad es cercano a 1%. Y aunque recientemente la Organización de Países Exportadores de Petróleo tomó medidas que provocaron una reducción en el costo del barril del petróleo, la misma ha dicho que próximamente el precio por barril subirá nuevamente.

Así como cada un@ de nosotr@s ha tenido que hacer ajustes y el sector privado ha tenido que reinventarse para afrontar los retos que han sobrevenido, la AEE, como corporación que es, tiene que transformar su modelo de negocio para ajustarse a las tendencias existentes e implementar las mejores prácticas que otras jurisdicciones han aplicado con éxito y en beneficio de sus consumidores. Para que un plan de reestructuración de la AEE sea exitoso, es imperativo que, entre otras cosas, atienda los reclamos de transparencia que se vienen haciendo por décadas; que cuente con el insumo de los diferentes sectores; que busque diversificar sus fuentes de energía incrementando el uso de gas natural y energía renovable y reduciendo sustancialmente el uso de petróleo; y sobre todo, que atienda principalmente los intereses del pueblo puertorriqueño.

Es hora de exigirle al gobierno que actúe responsablemente; de no hacerlo, corre el riesgo de que el pueblo le pase la factura y le termine cortando la luz...

AEE: A contestar las preguntas esenciales

Por: María de Lourdes Santiago (@marialourdespip)

Nadie cuestiona que la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) enfrenta una situación crítica; que el tema energético es esencial para atender los problemas económicos y que no admite posposición el superar la producción de energía en violación de estándares ambientales. Ya. Lo sabemos. Por eso el país habría esperado mucho más que la referencia a la Autoridad que hizo el Gobernador en su mensaje sobre la situación de estado de 'continuaremos conversaciones con los acreedores del gobierno'. Claro, esta declaración general es justa secuela de la comparecencia de la Sra. Lisa Donahue ante el el Senado, en la que tampoco se ofrecieron coordenadas precisas para el rumbo a seguir.

Así que, antes de ofrecer respuestas mágicas, creo que es importante que se contesten preguntas esenciales. Para comenzar, el cumplimiento con los estándares sobre emisión de mercurio (MATs por sus siglas en inglés) depende de una transición del petróleo al gas natural. Como actualmente la generadora que utiliza gas produce electricidad a menor costo, se ha querido proyectar que la gasificación de Aguirre y eventualmente (o eso se supone) de Palo Seco, traerán una reducción en el precio a los consumidores. Pero aún no sabemos cuál será el costo de la transformación, cómo se atenderán señalamientos importantes del Cuerpo de Ingenieros, o qué tal pinta el futuro de la dependencia del gas, en momentos en que la forma de extracción en Estados Unidos (la fractura hidráulica o 'fracking') está siendo seriamente cuestionada.

Tampoco se han deslindado las acciones recomendables para las cuales hace falta intervención legislativa y cuáles sólo requieren una combinación (que hasta ahora ha parecido imposible de lograr) de sentido común y voluntad. Por ejemplo, la Sra. Donahue señalaba como grandes logros de su intervención en la AEE el que se agilizara el servicio al cliente por la vía telefónica, que mejorara el manejo de flota vehicular y que se optimizara el sistema de compras. El que se necesite contratar a una persona del exterior por una cifra millonaria para que se atiendan los asuntos básicos de un negocio sólo acusa a la profundidad de los problemas estructurales de la Autoridad. Y que conste: la Asamblea Legislativa invirtió tiempo y recursos en una 'Ley de Reforma y Alivio Energético' que en nada alteró el funcionamiento de la corporación pública, y que en todo caso sentó las bases para acentuar sus problemas operacionales—la deseada catástrofe que permitiría hacer digerible para ciertos sectores la privatización del monopolio quebrado por el PPD y el PNP. Son inevitables, pues las preguntas sobre las motivaciones reales de toda intervención con la AEE.

Además, se debe retomar el tema de los proyectos de energía renovable, que han sido relegados a una zona gris luego de que el concepto fuera duramente lesionado por los contratos concedidos, fuera de todo parámetro razonable, por la administración Fortuño. Si bien ciertas medidas pueden atender la crisis inmediata, sería imperdonable repetir el conocido ejercicio de 'el que venga atrás que arree', y dejar a un lado el estudio de opciones a largo plazo. Entre ellas, la consideración de la democratización de la producción de energía a través de proyectos de energía renovable en residencias y espacios comerciales, y la promoción de convenios entre la academia y el gobierno para el desarrollo de iniciativas de producción de energía solar, ambos proyectos emblemáticos del Partido Independentista.

Finalmente, nos queda esperar que 'las conversaciones con los acreedores' partan de un cambio de postura del gobierno, que parece olvidado a quién, por mandato democrático, le toca representar en esas negociaciones.