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SAN JUAN WEATHER
Por Invitación

La dirección contraria: El Salmón de Andrés Calamaro en su quinceañero

'Andres needs to be edited'.

Joe Blaney

(Ingeniero y productor musical, en referencia al álbum Honestidad Brutal)

El rockero argentino Andrés Calamaro vuelve a estar en un buen momento. Su álbum de estudio más reciente, Bohemio (2013), nos trajo a un Andrés renovado, distante de chismes de farándula y mal de amores, con banda nueva y dedicándose exclusivamente al cultivo de la escritura de letras y al canto. Al álbum le han seguido las giras en directo, con muchos de sus grandes momentos ya recogidos y publicados en al menos dos cds, un dvd y un vinilo (además de una colaboración con el gran Enrique Bunbury). No obstante, la carrera musical y la vida de Calamaro –como la vida de todo el mundo—han tenido también sus momentos no tan buenos. La discografía de Andrés registra de formas diversas los altos y bajos de su vida y su carrera, e igualmente su discografía misma –como la de todo gran músico—parece a veces desbalanceada. Contiene verdaderas joyas de la historia de rock con ñ, como los álbumes en Argentina junto a Los Abuelos de la Nada, la imprescindible obra en España como parte principal de esa súper rock band que fue Los Rodríguez, y luego de su retorno solista con discos como Alta Suciedad, Honestidad Brutal (hoy por hoy, probablemente su mejor álbum) y El Regreso. Pero igualmente tiene álbumes que, aunque cualquier disco de Calamaro es mejor que cualquier disco de un artista promedio, son menos memorables y quizás para algunos, otros que se quisieran olvidar (el On the Rock del 2010 quizás se ubicaría como uno de estos). Ahora en el 2015 se cumplen 15 años de un álbum quintuple! y cuyo título aún no he mencionado, pero que para muchos de sus seguidores se ha tornado a su vez en apodo cariñoso del artista. Nos referimos a El Salmón (2000).

El Salmón es un álbum titánico en cinco discos que contiene 104 temas. De nuevo: cinco discos, 104 temas. Ese dato choca con su propia inverosimilitud dada la crisis y consecuentes transformaciones de la industria musical. Entre esos 104 temas se encuentran algunos de los más grandes y queridos por sus escuchas. Nada más pensar en esa carta de presentación que a su vez constituye una especie de ajuste de cuentas personales hasta ese momento, el tema que nombra el álbum, El Salmón:

Siempre seguí la misma dirección

la difícil la que usa el salmón

siento llegar al vacío total

de tu mano me voy a soltar.

Letra que le provee su cuate Marcelo Scornick y con la cual sin vergüenza alguna ‘frontea' y pide amor aunque sólo pueda reciprocar con una montaña de horror. Además, el álbum contiene otros temas muy memorables y siempre presentes en sus shows en directo como 'Output-Input', 'Tuyo Siempre', 'Vigilante Medio Argentino' y otros. No obstante, es un álbum único cuya grandeza no necesariamente refleja excelencia y maestría sostenida. En este sentido se diferencia de su antecesor Honestidad Brutal (1999), que es un álbum doble perfecto en su imperfección.

Es decir, Honestidad Brutal, el álbum anterior a El Salmón, es un álbum abultadito de temas pero todos ellos cumplen una función particular y como resultado todos son necesarios y más ninguno hace falta. Honestidad Brutal demuestra la brillantez de Andrés en sus letras y en su música, y es el álbum que le confirma su lugar en la eternidad musical y su sitial entre los pequeños dioses del rock. Honestidad Brutal, no obstante, desde la perspectiva de El Salmón, pudiera ser visto como una especie de prefacio. Darío Manrique (2014) da cuenta en su libro sobre ese álbum al respecto de lo caótico, precario, y crudo que fue su gestación, en donde a veces las maquetas de las canciones terminaban colándose como las canciones finalmente presentes en el álbum, en donde las drogas y las pepas, y la locura, jugaron su rol bien importante. De manera tal, que como citamos a modo de epígrafe, el ingeniero musical Joe Blaney, cuando fue confrontado con gran parte del material, mandó un fax a la compañía disquera subrayando que 'Andrés needs to be edited'.

'Andrés needs to be edited'. Qué habría dicho Blaney entonces de El Salmón? Porque El Salmón, a diferencia de Honestidad Brutal terminó siendo un álbum desbalanceado. Su primer disco (de los cinco!) contiene tal vez sus mejores números musicales, razón por la cual luego la disquera sacó una versión de El Salmón en un solo disco que contenía casi todos los números de ese primer disco.

En la web oficial de Calamaro se admite la locura detrás de gran parte de este proyecto que terminó siendo El Salmón. Al respecto del álbum se dice que,

'además del método kamikaze de composición frenética, únicamente dedicados a encender el fuego sagrado de la inspiración y la locura… fácil la receta, evitar la lectura de periódicos, la radio, la televisión, el cine y, de ser posible… no salir de casa, o de donde sea el lugar elegido para la gran actividad'.

A esa composición frenética le correspondió un proceso inicial de grabación frenética, Calamaro 'grabando en aparatos preprofesionales, aquellos que cualquiera despreciaría para sus maquetas inclusive' (del web oficial de Calamaro). Grabaciones kamikazes que se hicieron en muchos lugares distintos y que eventualmente pasaron por los canales de mejor tecnología de sonido. En este álbum quíntuple participaron numerosísimos amigos, como el ya mencionado Scornik, el Niño Bruno, Gringui Herrera, Ariel Rot (cuate guitarrista extraordinaire de Los Rodríguez), Bunbury, Jaime Urrutia, Andy Chango, y muchos otros.

'Es cierto que podríamos haber terminado en la cárcel o en el hospital' (del web oficial de Calamaro). Estas sesiones frenéticas y repletas de locura, además de proveernos algunos de los temas más memorables de Andrés (como 'El salmón', 'Output-input', 'Tuyo siempre', 'Lorena', y tantos otros), nos presenta múltiples homenajes y guiños a dioses del rock<><>&roll y de la música en general, con 'covers' de los Beatles, de los Rolling Stones, de Cale, de Spinetta, de Pappo, de Gardel, de A. Yupanqui, y algunos otros./p

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104 temas, cinco discos: el rock<><><><><><><><><><>roll puede ser muchas cosas, pero entre ellas es fundamentalmente el gesto afanado en la libertad. En El Salmón, vemos a Calamaro dar rienda suelta a su libertad individual, en todo su esplendoroso caos, pero también en todo su magistral genio. Si su Honestidad Brutal, a pesar de su crudeza, resultó en un álbum doble redondo, casi perfecto, su El Salmón es una exploración inédita de libertad musical, y como toda libertad pura, a veces da en el blanco, y a veces tira líneas de fuga. No obstante, El Salmón sigue siendo un álbum, con sus altas y bajas, imprescindible./p

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Referencias/p

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Manrique, Darío. 2014. Honestidad Brutal o la huida hacia adelante de Andrés Calamaro. Madrid: Lengua de Trapo./p

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Del portal web de Andrés Calamaro:br /

a href='http://www.calamaro.com/discografia/el-salmon-2/'http://www.calamaro.com/discografia/el-salmon-2//a/p