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Por Invitación

El arte regulado: lo público para el artista con carnet

'Arte libre, al aire libre', 'Sin licencia y sin carnet', han sido dos de las frases más utilizadas para reivindicar la libertad de expresión y la presencia del artista y su obra en el espacio público. Esta reivindicación es provocada, sin duda, por la presentación del Proyecto de Ley de las Artes Representativas en Espacios Públicos Abiertos de Puerto Rico', conocido como el P del S 1247, a los fines de 'regular, promover, patrocinar y proteger las expresiones artísticas en las áreas y espacios públicos abiertos en el País y para otros fines'. Al leer el documento debemos buscar que elementos se ponen en juego ante la aprobación de una ley que burocratiza y mercantiliza, entre otras cosas, el espacio público, al artista y su obra.

La Exposición de Motivos hace una definición del arte limitada ante lo que verdaderamente es un concepto tan amplio, ambiguo, cambiante y mutable como lo es el arte. Se presenta el arte como una herramienta para el 'arraigo', 'sensibilidad', 'de creación de sentido de pertenencia', y de los 'valores culturales que nos distinguen como pueblo' . Desde este punto de partida, un arte que no genere estos sentimientos –sensibles, bonitos y aceptados- no tiene cabida en el espacio público. Un artista, como libre pensador y agente autónomo, que se separa del mundo para verlo y sentirlo de otras maneras; siempre con intenciones de crear algo (concreto o no) puede culminar con una obra que rompa con el arraigo patriota o con el sentido de pertenencia del espacio, que lo cuestione y proponga algo nuevo, subversivo y diferente. Ese artista, que decide que su obra debe y tiene que llevarse a cabo en el espacio público, queda expulsado del mismo por simplemente no limitarse a las definiciones, por no enmarcarse en el cuadro, por no cumplir con los deseos de los políticos de mantener el espacio público libre de impurezas y de rebeldes que alteren la paz y despierten otros sentimientos –jamás definidos en una Exposición de Motivos-.

El arte por el arte no es aceptable. El arte como mercancía tiene más lógica para aquellos incultos que buscan una tajada el pastel, del que sea, aunque no lo entiendan, aunque no les guste. La justificación de la ley recae en que el arte puede ser un motor económico, de ahí es que se le preste –por fin- algo de atención en foros importantes de toma de decisión pública. Qué pena que sea este tipo de proyectos de ley los que salgan a la luz y no otros que sean para promover –verdaderamente- el arte!

El P. del S. 1247 busca que el Gobierno del ELA propicie las condiciones que autoricen legalmente a los artistas para hacer uso del espacio público. Así, engañan al lector y al ciudadano, al decir que se elimina el conflicto del artista con la policía o los administradores públicos. Acaso no hay otras formas?

El espacio público es, en este sentido, manejado como una cosa privada, manipulado a gusto y gana porque se es consciente de los buenos ingresos, y para sumarle a la recolección de dinero se acude a los -artistas regulados- porque saben bien que a los turistas estos asuntos les gustan. Creará simulacros de arte, simulacros de cultura que serán reproducidos (esperemos que pocas veces) y que crearán una memoria histórica falsa, atada a mentiras y restricciones, donde el artista y el ciudadano se vieron impedidos de ser libres en el espacio público, el artista en su expresión, el ciudadano/a como espectador casual. Si esa es la memoria histórica que se pretende crear en el P del S 1247, a mí que me alcance el olvido tan pronto pueda, porque recordar conscientemente una bola de mentiras es nefasto, insultante y extremadamente dañino para la evolución social y política de la Isla.

Hay quienes dicen que la censura puede ser la mayor fuerza que puede tener el arte, ya que moviliza al espectador y fortalece las ideas presentadas por el artista. Debemos negar la imposición de definiciones concretas para el espacio público, el arte y el patrimonio, porque su carácter de mutable y transformable. El intento de control de las herramientas artísticas o los métodos es un atentado contra la libertad de pensamiento, y por ende, de acción.

*La autora es geógrafa y estudiante de Posgrado en Diseño Urbano: arte, ciudad y sociedad, de laUniversitat de Barcelona, y autora del blogwww.pensarurbano.com.