El derecho de acceso a una educación superior pública
¿Recuerdan cuando un grupo de estudiantes interceptó al entonces presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Dr. Jose Ramón de la Torre, mientras comía con su esposa en Magno's Pizza? Fue el 8 de marzo de 2010. El grupo de estudiantes se armó de pancartas y argumentos, y logró firmar un acuerdo con el presidente de la UPR para no vender ni privatizar los recintos, no eliminar exenciones, no aumentar los costos de matrícula y buscar los fondos necesarios para garantizar las clases de verano. Esa acción representó el comienzo de la Huelga de 2010, uno de los eventos más trascendentales en la historia de la UPR. Nadie reprochó el evento, ni el Partido Popular Democrático, ni el presidente de la UPR, ni la empresa Grupo Ferre Rangel.
Ahora, remontémonos al pasado jueves, 13 de marzo de 2014, cuando un grupo de estudiantes interceptó al presidente de la Cámara de Representantes, Jaime Perelló, a la salida de un evento en el Recinto de Río Piedras. Una vez más, el estudiantado armado de pancartas y argumentos, exigió consistencia y solidaridad en la lucha por el derecho de acceso a la educación superior. En este evento no hubo diálogo. No hubo acuerdo. Sin embargo, hubo un comunicado del actual presidente de la UPR, el Dr. Uroyoán Walker, y hubo un editorial de la empresa Grupo Ferré Rangel en rechazo al grupo de estudiantes que increpó al presidente de la Cámara de Representantes mientas salía por del edificio Ramón E. Betances.
Tal parece que muchas personas que apoyaron la Huelga de 2010 y de 2011 olvidaron las razones que las motivaron. Por tanto, resulta pertinente abordar el impacto del derecho a la educación superior pública en Puerto Rico.
Además, como contribuyentes debemos evaluar constantemente el curso que toma la educación en Puerto Rico. Esto resulta particularmente pertinente en un día como hoy puesto a que esta tarde la Junta de Gobierno de la Universidad de Puerto Rico (UPR) se apresta a decidir si aumenta el costo por crédito que pagarán los futuros universitarios y universitarias del sistema público de educación superior. En otras palabras, hoy, el derecho de acceso a la educación superior vuelve a estar en peligro.
La importancia de la educación para Puerto Rico
No debe haber mayor discusión sobre la importancia que ocupa la educación en nuestras aspiraciones de resolver la profunda crisis económica y social en que se encuentra Puerto Rico. Sin lugar a dudas, la educación debe estar entre los temas de mayor importancia. Si como Pueblo no invertimos y valoramos la educación, no tendremos la capacidad de salir de la crisis socio-económica que comenzó en el 2006 y que persistirá en el futuro.
Como joven y exlíder estudiantil, el futuro de la educación en Puerto Rico es muy importante para mí. Si deseamos que gente joven aspire a la movilidad social (o sea, a moverse positivamente entre clases sociales), tendremos que brindarle a los y a las más jóvenes la oportunidad de educarse. En otras palabras, la profunda desigualdad socioeconómica que aqueja a Puerto Rico no se resolverá si no comenzamos a propiamente valorar la educación.
El derecho de acceso a educación superior pública
Para analizar el estado del derecho de acceso a una educación superior pública debemos saber cómo el Gobierno puede infringir su ejercicio. El costo por crédito no es el único factor que incide en el derecho de acceso a la educación superior. Pero, este factor generalmente tendrá un efecto directo e inmediato en el ejercicio de ese derecho.
Si el costo por crédito aumenta, menos estudiantes tendrán acceso a la educación superior. Solo hay que mirar la cantidad de estudiantes matriculados en la UPR antes y después de la imposición de la cuota de $800.00. Antes de la cuota había cerca de 60,000 estudiantes. Después de la cuota hubo cerca de 50,000 estudiantes. Esto es un hecho. Aumentar el costo de estudio, sin más, limita el acceso a la educación. Esta acción arbitraria debe evitarse a toda costa.
No obstante, el costo por crédito no es la única forma en que se afecta el acceso a la educación superior. Por ejemplo, se afecta el acceso a la educación superior si el sistema de educación primario y secundario no desarrolla estudiantes con las competencias necesarias para maximizar sus estudios universitarios. De igual forma, si se desincentiva la profesión magisterial también se afecta el acceso a la educación superior. Además, se limita el acceso a la educación superior con la ineficacia en el manejo de los recursos que destinamos a la educación. Por ejemplo, si no actuamos con transparencia en la divulgación de las finanzas de la UPR o si no actuamos con diligencia en el cobro del dinero que se le adeuda a la UPR, por mencionar algunos, se afecta también el acceso a la educación superior.
De este modo, cuando hablamos de acceso, no solamente hablamos del costo por crédito. Hablamos de muchos otros factores que inciden en el derecho de la juventud de acceder al sistema de educación superior público. Al momento de decidir si debemos o no aumentar el costo de los estudios, debemos también evaluar los demás factores. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de transferir al estudiantado las ineficiencias fiscales y administrativas de la UPR.
El rol de la lucha estudiantil
El estudiantado de la UPR conoce la dinámica entre los factores que afectan el derecho de acceso a la educación. Es por esto que siempre que un Gobierno atenta contra el derecho a la educación, el estudiantado de la UPR presenta una vehemente objeción. Esta objeción estudiantil, juvenil y visceral, es imprescindible en una sociedad moderna y democrática como la que tenemos y que deseamos preservar. De ningún modo se puede acallar ni devaluar esta objeción; mucho menos se debe menospreciar o manipular. Adelante unos ejemplos de expresiones desafortunadas con respecto al acceso a la educación superior y qué posiciones debe considerar la lucha estudiantil al afrontarlas.
En primer lugar, en días recientes el presidente del Senado, Eduardo Bhatia, expresó públicamente que el estudiantado de la UPR es ignorante sobre finanzas y que debería aprovechar esta coyuntura para tomar cursos con profesores de la UPR en lugar de luchar contra el Gobierno. El senador se expresó ante la oposición estudiantil al aumento de matrícula que se propone aprobar hoy la Junta de Gobierno. Tal parece que el senador Eduardo Bhatia no aprendió nada sobre el derecho de acceso a la educación superior durante su participación en la marcha 'Yo Amo a la UPR'.
Como he expresado, aumentar sin más el costo por crédito es arbitrario y caprichoso. Este tipo de aumentos arbitrarios sin duda repercutirán en un impedimento al derecho de acceso a educación superior de miles de jóvenes en Puerto Rico. En lo mínimo, la Junta de Gobierno de la UPR y el comité designado para evaluar un aumento en el costo por crédito deben haber completado su evaluación―cosa que no han hecho supuestamente por el cambio de presidente y por falta de suficiente documentación por parte de la administración universitaria. Además, en lo mínimo, la Junta de Gobierno de la UPR debe tener un plan para implantar reformas administrativas, cobrar deudas de otras agencias del Gobierno de Puerto Rico y divulgar ampliamente el estado de sus finanzas a toda la comunidad universitaria. Si como mínimo no se atienden estos asuntos, la Junta de Gobierno no estará en posición de aumentar el costo por crédito.
Por otra parte, tanto el presidente de la UPR, Dr. Uroyoán Walker, como la empresa Grupo Ferré Rangel, reprocharon las acciones del grupo de estudiantes que reclamó directamente al presidente de la Cámara, Jaime Perelló su contradictoria posición en torno a la UPR. El representante Jaime Perelló cambió dramáticamente su postura en torno al derecho de acceso a la educación superior una vez asumió el mandato electoral de los pasados comicios de 2012. Ambas personas catalogaron el evento como violento, al estudiantado como intolerante e hicieron un llamado al diálogo. Al parecer, se olvidó la violencia relacionada con el cierre de los portones que viabilizó la Huelga en 2010 que diversos sectores apoyaron.
Estas expresiones son desafortunadas porque dejan de manifiesto nuestro principal problema al momento de atender el tema de la educación pública: la política partidista. Nos consta que todas estas personas, incluyendo a Jaime Perelló y a Eduardo Bhatia, apoyaron la pasada Huelga Estudiantil de 2010. Apoyaron la lucha, sus métodos y a sus participantes. Sin embargo, ahora que la lucha estudiantil se dirige contra un gobierno PPD―que se fragua a base de los mismos postulados y acciones gubernamentales que en el 2010―rechazan la misma lucha, los mismos métodos y sus mismos y mismas participantes.
Es importante apoyar la lucha estudiantil sobre todo porque la lucha versa sobre el derecho de acceso a la educación superior. Independientemente del partido que esté al mando del Gobierno, este derecho es la llave del desarrollo económico, de la innovación y la única vía capaz de reducir la desigualdad económica y social que vivimos en Puerto Rico. La administración de Alejandro García Padilla y la actual Junta de Gobierno dirá que hay crisis fiscal y que su intención no es limitar el derecho a acceso a educación. Todo apunta a que contarán con una estructura mediática poderosa y buscarán desacreditar a toda la gente que forjó y todo el éxito que logró el movimiento estudiantil del 2010 y 2011.
Cómo ampliar el derecho a la educación
Los derechos tienen que exigirse. No existe derecho que se obtenga sin lucha. El derecho de acceso a educación pública y a una educación superior pública no será la excepción. Así, la primera herramienta disponible para ampliar este derecho es la herramienta más básica de todo pueblo: la lucha. La historia demuestra que el estudiantado siempre está a la vanguardia de estos procesos.
Cómo apoyar la lucha estudiantil? En primer lugar, reconociendo su importancia y brindando respeto y solidaridad. Sin duda, las expresiones del senador Eduardo Bhatia no son respetuosas. Del mismo modo, las expresiones del Dr. Uroyoán Walker y el editorial del Grupo Ferré Rangel no son solidarias.
Una forma de ser solidario es apoyando iniciativas como el Frente Estudiantil por la Educación Pública, Accesible y de Calidad (FEEPAC)―muy similar a los Comités de Acción del 2010 y 2011―con tal de asegurar que siempre exista una lucha estudiantil vibrante y capaz de abogar por este importantísimo derecho universal.
De la misma forma, como contribuyentes debemos exigir de nuestros líderes el buen manejo de los fondos universitarios. Es inaceptable que la UPR no sea trasparente con sus finanzas y su estado fiscal. Tampoco es aceptable que se implante un aumento en el costo de matrícula cuando no se cobran millonarias deudas acumuladas. También es inaceptable que se aumente el costo de estudios sin un análisis amplio y aceptado sobre el impacto que tendrá el alza en el derecho de acceso a educación. Mucho menos es aceptable que se aumenten salarios en la oficina de Presidencia mientras se alega que hay crisis fiscal. Por eso, cuando se trata de educación, hay que exigir más. Tenemos que exigir más.
Además, como dijimos anteriormente, la calidad de la educación pública primaria y secundaria incide directamente en el efectivo aprovechamiento de los recursos que destinamos a la educación superior. De igual forma, la calidad de la educación primaria y secundaria incide en la capacidad de la Universidad de lograr sus responsabilidades con cada estudiante y con la sociedad puertorriqueña. De ese modo, debemos también exigir más del secretario de Educación, Rafael Román, quien también es miembro de la Junta de Gobierno de la UPR.
Rafael Román no ha hecho suficiente para abordar los viejos problemas del Departamento de Educación. A modo de ejemplo, todavía la enseñanza con perspectiva de género no se ha implantado en los currículos del sistema público de educación. Además, a la fecha logró antagonizar con todas las organizaciones que agrupan al magisterio de Puerto Rico a raíz de la controversial reforma de retiro de maestros. En fin, al día de hoy, el resultado de su incumbencia no amerita que uno piense: 'Que mucho cambio hemos visto gracias a Rafael Román'.
El derecho a la educación superior libre de costo
Por otro lado, recientemente el exgobernador, Dr. Pedro Rosselló, reconoció que la educación superior en Puerto Rico debe ser libre de costos de matrícula (por no decir 'gratuita', pues siempre a alguien le corresponde pagarla). Es esta idea descabellada? Me parece que no.
La UPR recauda anualmente unos $80 millones de dólares por concepto de derechos de matrícula. Ese número incluye los derechos de matrícula de estudiantes subgraduados y de estudiantes graduados. Si se estima que los estudiantes subgraduados aportan a este total la suma anual de $60 millones de dólares, se necesita esta misma cantidad para hacer que la UPR sea libre de costo por los primeros cuatro años del bachillerato de cada futuro estudiante universitario.
El pasado cuatrienio, el senador Thomas Rivera Schatz creó una beca a la que le asignó unos $30 millones de dólares anuales. Este dinero estaba dirigido a cubrir parcialmente el costo impuesto por la Cuota de Estabilización Fiscal. Esta beca fue derogada con la eliminación de la Cuota de Estabilización Fiscal. Si se asignaran esos fondos a la UPR, se necesitarán $30 millones adicionales para forjar el derecho de acceso a la educación superior gratuita.
A modo de ejemplo, si se le impone una contribución de 1% adicional a las corporaciones foráneas, se recaudarían fondos suficientes para sufragar los restantes $30 millones necesarios para hacer realidad este derecho. Sin embargo, entre las deudas por cobrar de la UPR y mejoras administrativas sustanciales, la suma necesaria para costear ese derecho puede ser aún menor. De igual forma, si la educación subgraduada es gratuita, se puede justificar un alza en los costos de derecho de matrícula a nivel graduado. De esta manera, el aumento en costo de crédito graduado podrá dirigirse a sufragar parte de la educación pública a nivel subgraduado.
En fin, el derecho a una educación superior pública, gratuita y de calidad es posible. Convertiría a Puerto Rico en un portaestandarte de la educación en los Estados Unidos, y un ejemplo a seguir para los demás estados. De igual forma, compararía nuestro derecho a la educación superior con el derecho en otros países latinoamericanos que ya ofrecen una educación universitaria libre de costo.
A este derecho debemos aspirar. Por este derecho debemos luchar. Por eso es que hoy debemos apoyar al movimiento estudiantil en su lucha en contra del aumento en matrícula y exigir nuestro pleno derecho a una educación superior pública y libre de costo.
*El autor es abogado y exlíder estudiantil en la huelga de estudiantes de 2010 de la Universidad de Puerto Rico.