Demanda de Sabina duró lo que duran dos peces de hielo en un whiskey
De los mismos documentos que sometió el abogado del artista en Puerto Rico, se desprendía que ya no había controversia activa para basar una petición de interdicto.
La demanda que sometió el artista español Joaquín Sabina contra un banco y una tarjeta de crédito por uso de su imagen en una promoción no autorizada de su concierto este próximo 4 de marzo quedó cerrada después de la propia representación legal del artista la retiró.
El juez superior Alexis Carlo Ríos emitió sentencia el lunes desestimando la acción sin perjuicio poco después de que el licenciado Edwin Prado Galarza pidiera retirar la misma.
El juez advirtió el desenlace desde el 3 de febrero cuando, en su primera orden después de que se radicara el pleito, apuntó a que la acción podría ser académica porque de los mismos documentos que sometió Prado Galarza surgía que ya no había controversia.
En la acción del 31 de enero, se acusaba que Oriental Bank y Mastercard habían usado el nombre e imagen del artista para ejecutar una estrategia de mercadeo en la que ofrecían a sus tarjetahabientes “vivir la experiencia Joaquín Sabina” con acceso al “lounge” que Mastercard tiene en el Coliseo de Puerto Rico.
Pero en cartas del mismo 31 de enero que Prado Galarza sometió al tribunal, tanto el banco como la tarjeta indicaron que la promoción estaba suspendida porque ya el concierto no sería en el Coliseo, donde está el “lounge”, sino en el Coca Cola Music Hall. Mastercard defendió que su contrato con el Coliseo para el “lounge” le permite hacer ese tipo de promoción y que, mientras estuvo activa, el artista se benefició porque “promovió y expandió la exposición del concierto”.
La reclamación puede convertirse en una demanda ordinaria por los daños supuestamente causados mientras la promoción estuvo activa, pero el juez tenía que advertir sobre la academicidad porque se trató de una reclamación extraordinaria de interdicto que lo que buscaba era, precisamente, detener la promoción.
Los demandantes eran LVR Forever LLC (la empresa del productor del espectáculo en Puerto Rico, César Sainz), Sociedad Ultramarinos Finos, S.L. (empresa española que representa a Sabina en la gestión de su gira “Hola y Adiós”) y el propio artista.
En la demanda se incluyó copia del contrato pactado para la presentación en Puerto Rico y que explica que el artista sería compensado al menos $300,000 y hasta $400,000 (si la función es lleno total), por su concierto de 90 minutos.
Vea:
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