Víctor Santiago falló feo en una audición previo a que llegara Charlie, el Musical
El cantante, actor y animador habló en El Push de la Mañana, edición estelar, con gran pasión sobre su vida, incluida la experiencia de criarse sin un padre.
Víctor Antonio Santiago Negrón nunca imaginó que regresaría a las tablas a caracterizar un personaje como Charlie Rodríguez, el beato puertorriqueño, pero no dudó ni un instante en aceptar el papel.
La oportunidad le llegó en un momento perfecto y luego de batallar en su interior con el fracaso de una audición para otro musical que no se explica aún qué le pasó ni cómo fue posible que olvidara las letras. "Una embarrada", le llamó.
Caracterizar a Charlie, el beato, ha sido una experiencia religiosa, literal y no. Literal porque es imposible dejar de verle el lado lógicamente religioso a la pieza, pero no solo es religión. Representa el alma, el corazón y la pasión de una persona en la que Víctor se ha visto reflejado de varias formas, tanto que al hablar de ello en entrevista con El Push de la Mañana, edición estelar, se le quebró la voz.
Y es que el camino de sus 39 años está lleno de experiencias y situaciones duras que, sin embargo, lleva cómodamente al narrarlas de una manera muy natural, producto, dijo, de la madurez que ha ido adquiriendo, la superación y el trabajo.
Nació en Río Piedras y se crió hasta los catorce años en diferentes estados de Estados Unidos. Virginia, Nueva York, Florida y Pennsylvania. Se crió con su madre y cinco hermanos. También se crió sin padre, al que vio una vez los trece años, otra vez una década más tarde cuando participaba de Objetivo Fama y quien lo dejó plantado hace un tiempo para un tercer encuentro que tenía el objetivo de conocer a su nieta, Eva, de ocho años. Pero no pasa nada. No creció con carencia afectiva, ni añoró una figura paterna. De su padre aprendió todo lo que no quiere que viva su familia, eso sí.
Su madre fue madre y padre. No era perfecta y tomó decisiones incorrectas en ocasiones. Vivía en constante movimiento y haciendo un poco de todo, pero a los catorce años de Víctor regresó a la isla para establecerse en el barrio Palmarejo y Romero de Villalba. Ama ese pueblo y la manera en que lo acogieron como si hubiera estado toda su vida ahí.
Estudió en la escuela pública y confiesa que no era malo pero sí era mal estudiante. No porque no fuera capaz de dominar las materiales sino porque no era aplicado y porque desde sus quince formó parte de grupos musicales en busca de generar dinero y de quitarle un peso de encima a su madre. Ese mundo, decidió, era el que quería vivir y aunque comenzó estudios en Ciencias Ópticas, la música se lo llevó.
No olvida que la primera oportunidad que le ofrecieron era en una orquesta de merengue y que no quería audicionar. Su madre, sin embargo, le dijo que se metiera por esa puerta para hacerse paso, y fue a comprarle la ropa para la audición. Así llegó Víctor, con su pantalón corduroy y una camisa tornasol. Y se armó la orquesta.
Se enteró de la competencia de Objetivo Fama por un compañero de orquesta que iba a audicionar. El decidió no hacerlo si su compañero iba pero a última hora el hombre decidió no audicionó y Víctor lo hizo. Lo eligieron, quedó tercero en la competencia. Y su historia cambió.
Se ha encargado desde entonces de chuparse hasta el cabo todas las oportunidades que le han surgido a través de los años por el acceso a esa plataforma de inigualable impacto. Grabó dos discos, ha actuado y ha hecho animación múltiples veces y en ese proceso conoció a Yizette Cifredo con quien se casó hace casi diez años. Durante la entrevista sonó el teléfono y era ella. Le contestó y quedaron en hablar más tarde.
Sincronizar el calendario de ambos no es fácil pero se hace y se logra.
Víctor se prepara para continuar personificando a Charlie, el beato, los días 13 y 14 en Juana Díaz. Ya se presentó en Caguas y ante un grupo de confinados. Volvió a emocionarse al mencionarlo, recordando que el papá de su hermana era usuario de drogas y estuvo confinado.
Mientras vive un momento especial en su vida, no se cierra a oportunidades en este mundo del entretenimiento. Dijo que no está más joven pero no está listo para dejar de pelear sus espacios y lamentó que la televisión local no le dé el tiempo necesario a las producciones locales para fortalecerse. Las cancelaciones se deciden abruptamente y dejan al talento en un constante subir y bajar de incertidumbre.
Por eso, aunque quisiera volver a ser padre, e incluso ha contemplado la adopción junto a su esposa, lo piensa todavía. Los retos de estos días han colocado esa alternativa en remojo.
Víctor es un muchacho refrescante, se le nota cómodo y feliz con la vida. Por muchos proyectos más.
Vea la entrevista completa aquí: