Familiares en campañas políticas, ¿arma de doble filo?
El caso de los primos del gobernador Pedro Pierluisi Urrutia, acusados de robar casi cuatro millones de dólares y que fueron parte de su campaña política, pone en el tapete los riesgos que conlleva la participación de parientes en candidaturas.
Es una cuestión de confianza, pero acarrea riesgos -sobre todo políticos- mantener a familiares en las estructuras de las campañas y, para muestra, un botón más que reciente: el caso de Walter y Eduardo Pierluisi, los primos del gobernador Pedro Pierluisi Urrutia, quienes aceptaron ante el Tribunal Federal un esquema para lucrarse personalmente en casi $4 millones.
Eduardo, como director de avanzada, y Walter, como director político, estuvieron dentro del círculo íntimo del gobernador en la pasada campaña política, y desde un principio, cuando se destapó el caso de corrupción (a fines de octubre de 2022), el asunto fue incómodo para el mandatario, quien inicialmente ntentó crear distancia llamándolos “primos terceros”.
Era la primera señal del costo político que iba a tener que afrontar el gobernador por el caso debido a la cercanía familiar de los parientes procesados con su figura y, ahora más que nunca, en un año preelectoral en el que, como bien ha dicho el propio mandatario, se habla "de familiares míos, dos primos, que le fallaron a mi familia y al pueblo".
"Estos dos primos tienen mi apellido y lo que han hecho empaña mi apellido. Es mi apellido y a mí me duele, es el apellido de mi padre. A mí me dijeron que cuando tú partes en esta vida tú tienes que dejar el apellido tuyo igual o mejor que como lo recibiste", ha expresado Pierluisi Urrutia en estos días y marca así precisamente uno de los inconvenientes que tuvo atraer a lo que fue su campaña esos nombres, pero también por lo que viene: las elecciones de 2024.
Ya sabe el gobernador que se aproximan tiempos en que va a "recibir ataques y algunos se van a aprovechar para estar atacándome a mí y manchando mi nombre. Pero, como siempre ha sido el caso en mi vida, yo me voy a defender. No voy a permitir que me estén responsabilizando por lo que no me corresponde. Yo asumo mis responsabilidades, pero en este caso, quien tiene que responder son esos familiares míos", declaró esta semana.
Para el secretario general del Partido Nuevo Progresista (PNP), Carmelo Ríos, en las campañas políticas en Puerto Rico es habitual rodearse de familiares en el grupo "más íntimo" y se pone de ejemplo: "En el mío está mi esposa y en mi avanzada estuvo mi hija... También estuvieron mis mejores amigos. Si tu miras las campañas de todos los alcaldes, de todos los legisladores, hay un componente familiar porque esto empieza con una decisión de familia".
El político explicó a NotiCel que "así funciona esto (de las campañas políticas en el país), porque no son estructuras de partido que tienes ahí, sino que son el grupo íntimo que toma las decisiones. Pero, en el caso de Pedro, él siempre ha sido bien claro, yo que he estado en su campaña: ahí todo el mundo tiene que estar por la línea y si no, pueh, ahí están las consecuencias (el procesamiento de los primos a nivel federal)".
También puso el ejemplo de Valerie Biden, quien ha estado a la cabeza de las campañas políticas del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, desde hace décadas (en 1987 estuvo con el mandatario estadounidense en el primer año en el que intentó competir por la presidencia) y que recuerda al rol cumplido en Puerto Rico por María de la Caridad Pierluisi Urrutia como directora de la campaña de su hermano.
Ríos, pese a que sabe que el caso de los primos del gobernador ocurre a más de un año de las elecciones ("en política dos semanas son cinco años"), no piensa que la situación empañe el futuro político del gobernador, ya que "las campañas tienen que tener, para ser efectivas, verdad, y acá si están tratando de decir que hubo una conexión, no la hubo. Puede ser entretenido para algunos, y algunos pensarán que tendrán la llave para convencer, pero cuando vas al hecho el electorado es muy ilustrado, tiene acceso a información y va a decir que una cosa no tiene que ver con la otra".
Agregó que "esto que ocurrió (el caso de los primos del gobernador) lo venían haciendo desde el 2012, antes de que Pierluisi fuera gobernador ni candidato. Desafortunadamente pasó. Y otra cosa es cuando dices te voy a ayudar a que el pueblo vea que tú eres mejor candidato. Eso es otra cosa. Esta, desde el 2012 aparentemente esta gente estaba en eso. Alguien lo va a tratar de sacar, pero entonces está la verdad para la defensa".
Según el también senador, "el mensaje es claro, nosotros desde el principio como institución política hemos dicho que la vara de nosotros es más alta que la de cualquier otro partido y se nota. Hay casos como el de Mayagüez (con el alcalde José Guillermo Rodríguez suspendido de su puesto) y el de Ponce (Luis Irizarry Pabón, que es investigado por un FEI), que piden espacio, aquí en este caso hubo una acusación y se determinó una cancelación de contrato de inmediato".
Sin embargo, aclara que "desde el aspecto político, siempre está esa desconfianza y de que el sistema cada cuatro años se balancea, y establece entonces unos balances en lo que ofrecen los partidos. Las campañas tienen dos etapas, las preeleccionarias y una vez que sales electo. Las preeleccionarias son bien ágiles, hay muchos cambios. Pero tienden las exitosas a ser las más organizadas y las que tienen un control, las que no son exitosas y no llegan a ese próximo nivel, son las que están desorganizadas y quizás no tienen ese control".
El gobernador, luego de conocerse oficialmente los detalles del caso de sus primos y después de cuatro días de estar respondiendo preguntas del tema, aseguró a NotiCel que la participación de sus parientes en su campaña política "no tiene nada que ver" con el caso que afrontan en la justicia y lo consideró "irrelevante", pero el asunto está en el tapete por el costo político que puede tener para primer ejecutivo del país, más allá de que no hay señalamientos de la Oficina del Contralor Electoral a su campaña política.
El caso criminal que atiende la jueza federal Camille Vélez Rivé se sabe que es el resultado de una negociación que apunta, además, a que los involucrados pudieron haber cooperado con el gobierno federal, lo que puede extenderse a delatar a otras personas y esquemas de los que tengan conocimiento.
Desde ya, con el proceso judicial contra los primos del gobernador las autoridades federales tienen la posibilidad de acceder a las interioridades de las campañas políticas del mandatario, desde la primera, en 2008, cuando optó a la comisaría residente.
Por ahora, Pierluisi Urrutia tiene que responder lo que toca: que el caso de sus primos no tendrá "ningún" impacto político en su campaña, que no tiene "comunicación" con ellos y que es "irrelevante" el asunto de la presencia en su pasada campaña política de sus familiares, quienes, a todas luces, pasarán un tiempo tras las rejas por corrupción.
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