Ocasio Cortez puso el “yo soy boricua, pa’ que tú lo sepas” en el récord congresional
La discusión que llevó a la aprobación del proyecto 8393 sobre el estatus incluyó alusiones a cuál de las comunidades puertorriqueñas en Estados Unidos es la que debe liderar las gestiones futuras.
Por tercera vez en casi 25 años, la Cámara de Representantes federal aprobó un proyecto para definir el estatus político de la isla, y por primera vez las opciones no incluyen el estatus actual, el Estado Libre Asociado.
El proyecto 8393 contó con 233 votos a favor y 191 en contra. La medida dispone para la celebración de un plebiscito el 5 de noviembre de 2023 y un segundo plebiscito el 3 de marzo de 2024 si en el primero no hubiera una opción con mayoría de los votos. Las opciones de estatus serían independencia, estadidad o libre asociación y el mismo documento dispone cómo cada una de las opciones sería implementada en un periodo de un año si resultara la ganadora.
Una negociación entre la representante demócrata por Nueva York, la puertorriqueña Nydia Margarita Velázquez Serrano, y la comisionada residente republicana por Puerto Rico, Jenniffer González Colón, finalmente produjo el proyecto en julio pasado. La votación de ayer fue mayormente partidista, excepto por 16 republicanos que votaron a favor con la delegación demócrata. Seis de estos no regresan a la Cámara Baja cuando inaugure un Congreso nuevo en enero.
Poco antes de la votación, el presidente Joseph Biden se expresó a favor y dijo que firmaría la medida si llegara a su escritorio, pero entre la votación de ayer y la firma del Presidente está el Senado, que no ha dado paso a una medida como esta. Las celebraciones del gobernador Pedro Pierluisi Urrutia, quien se trasladó a la capital federal para la votación, junto a González Colón estuvieron llenas de referencias a “milagros” de Navidad, pero es considerable el tamaño del milagro que se necesita para que el Senado lo apruebe porque ese cuerpo termina sus trabajos el miércoles que viene y la propia comisionada admitió que no han hecho ni un acercamiento a miembros de ese cuerpo todavía.
El carácter simbólico de la votación de ayer estaba claro desde el principio, como lo estaba que sería aprobado con votos demócratas, lo que inundó de superficialidad el debate. Los republicanos que consumieron turnos no se desviaron de sus argumentos de batalla: que la medida no había sido ampliamente considerada, que los sorprendieron con una versión del proyecto a menos de 24 horas de votación y con enmiendas recientes y que la medida no podía venderse como una descolonizadora si incluía dictámenes que el pueblo de Puerto Rico tenía que cumplir aún si votaran por la independencia.
Para la hoja de votación, pulse aquí.
Aún con las pocas expectativas de sorpresas, la discusión produjo momentos notables.
La rivalidad anunciada era entre González Colón y Ocasio Cortez, después de que la primera impactara la discusión pública adjudicando a la segunda que estaba atrasando indebidamente la medida intentando incluir enmiendas como un mínimo de 55% del voto para la opción ganadora.
“[U]na congresista de Nueva York quiere evitar que los puertorriqueños tengamos ese poder del voto, mientras ella lo disfruta en Nueva York. Las hipocresías de la vida, de los que se llaman puertorriqueños, pero no están dispuestos a tratar a los puertorriqueños como iguales”, dijo la comisionada.
En su turno ayer, González Colón no hizo referencia directa a eso, pero reafirmó que era “la única voz y voto de Puerto Rico en el Congreso” y que, como representante de 3.2 millones de residentes de la isla, tenía más constituyentes que ningún otro representante.
Ocasio Cortez tampoco dedicó sus minutos a defender la participación de los puertorriqueños no residentes en la discusión del futuro político de la isla, pero sí recordó que el voto histórico de hoy también se debía a la “energía de la diáspora” y cerró diciendo, en español, “yo sí soy boricua, pa’ que tú lo sepas”, con un énfasis en el “sí”. La presidencia del cuerpo de inmediato le pidió que proveyera una traducción de la frase para que pudiera incluirse en el récord.
La intervención más dramática y abarcadora la tuvo Velázquez Serrano, quien planteó que “por 124 años, la nación en la que nací y me crié ha sido una colonia de los Estados Unidos”. A la controversia sobre la participación de puertorriqueños no residentes, aportó que representaba a millones de puertorriqueños que habían tenido que irse de la isla a buscar mejores condiciones de vida.
“El colonialismo ha destruido la economía puertorriqueña, el colonialismo ha dividido al pueblo de Puerto Rico, el colonialismo ha se ha carcomido el sentido de dignidad y valor propio de nuestro pueblo, el colonialismo ha hecho al pueblo de Puerto Rico dependiente de los Estados Unidos tanto psicológica como económicamente, el colonialismo no es solo humillante para Puerto Rico, pero un bochorno para Estados Unidos”, expresó al declararse orgullosa de poder aportar al trabajo descolonizador de una serie de mujeres puertorriqueñas, incluyendo a Lola Rodríguez de Tió y a la actual embajadora de Estados Unidos en Panamá, Mari Carmen Aponte.
El líder de los demócratas en la Cámara, representante por Maryland y amigo personal de Pierluisi Urrutia, Steny Hoyer consumió un turno para destacar que ha trabajado con el estatus de la isla casi desde que llegó a la Cámara en 1981. Afirmó que votaría por la estadidad si fuera residente de Puerto Rico, pero tuvo que corregirse porque nombró a Puerto Príncipe (capital de Haití), cuando quería decir San Juan.
Fuera de González Colón, no hubo turnos republicanos a favor de la medida. De hecho, el congresista republicano por California, Tom McClintock, quiso introducir un cambio que hubiera requerido que cualquier resultado plebiscitario tuviera que ser refrendado por dos terceras partes de los miembros del Congreso. “¿Cómo se beneficia América de admitir un estado que sería el más adeudado, el menos educado, el más pobre y el de mayor desempleo en la nación?”, cuestionó.
Bruce Westerman, republicano por Arkansas que se espera presida el comité cameral con jurisdicción sobre Puerto Rico a partir de enero, mantuvo sus críticas enfocadas en el proceso que siguió la medida pero también comentó, sin abundar, que “la estadidad para DC (la capital federal) es completamente diferente a la estadidad para Puerto Rico”.
“¿Estaría mejor Estados Unidos con Puerto Rico como estado? A lo mejor”, lanzó el republicano por Oregon, Cliff Bentz, a la vez que criticó el proceso de aprobación porque implicaba “trastocar la estructura de nuestra nación”.
En una conferencia de prensa posterior, González Colón confesó que no ha hecho gestión alguna en el Senado para lograr la aprobación de la medida en es cuerpo achacándolo a que todavía esta semana se estaba discutiendo el lenguaje final de la misma. La estructura principal de la propuesta, sin embargo, no ha cambiado desde verano.
A preguntas sobre si se estaba contando con gestiones de Velázquez Serrano con el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, el Gobernador cambió el eje de poder de Nueva York a Florida y dijo que debían ser los senadores republicanos Marco Rubio y Rick Scott los que lideraran el esfuerzo en la Cámara Alta ya que representan a sobre un millón de puertorriqueños que, aseguró, favorecen la estadidad.
En la conferencia, la republicana por Florida, María Elvira Salazar, se adjudicó la caza de algunos de los 16 votos republicanos que hubo y lo presentó como su “forma de pagar la apertura de los puertorriqueños a la diáspora cubana hace 50, 60 años”. La experiodista de televisión, de origen cubano, recordó que se crió en Hato Rey y asistió al Colegio Espíritu Santo.
La Cámara federal ya había aprobado proyectos sobre el estatus de la isla en 1998 y 2010 que quedaron en nada.
Para el texto final del proyecto, pulse aquí.
Para ver los cambios introducidos al Proyecto 8393, pulse aquí.
Para una explicación de cómo queda la ciudadanía estadounidense de los puertorriqueños en el proyecto, pulse aquí.