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Política

Trump, Lúgaro, Cidre, y el Sueño Americano

Recientemente, la periodista Sandra Rodríguez sugirió que tal vez a Alexandra Lúgaro se le pudiera considerar como una Trump 'en petite'. Rodríguez basó su argumento en que ambas figuras eran fenómenos mediáticos con mensajes inconsistentes y superficiales. Me parece que la comparación es provocadora, pero que las razones van mas allá de las que la periodista nos provee.

No obstante, primero hay que reconocer que hay diferencias sustanciales entre Trump y Lúgaro: mientras que él ha basado su campaña en las divisiones racistas, aprovechándose de las corrientes intolerantes de EE.UU., ella no ha promovido ninguna división de ese tipo. Al contrario, ha tomado posiciones progresistas en cuanto a los derechos de las comunidades LGBT, el rol de la iglesia en la política, la perspectiva de género, la descriminalización de la marihuana, entre otros. Mientras que Trump se aprovecha de los rencores racistas y las tendencias misóginas en los Estados Unidos para adelantar su candidatura, el único rencor del que se aprovecha Lúgaro es de la frustración con el partidismo y la política tradicional.

Ahora bien, esto no quiere decir que no haya lugar para comparación. Al contrario, creo que hay un parecido profundo y que va mas allá del uso inteligente de los medios de comunicación y las redes sociales.

El primer punto de comparación es el 'appeal' que tienen tanto Trump como Lúgaro, y también Cidre, precisamente por no ser políticos de carrera. Tanto en Estados Unidos como en Puerto Rico la popularidad de estos candidatos demuestra el deseo que hay entre el electorado de romper con la política tradicional. Interesantemente, en ambos casos estos candidatos 'outsiders' se enfrentan a candidatos 'insiders' provenientes de dinastías políticas: Clinton y Rosselló.

Para los sectores progresistas en Puerto Rico es frustrante que esa sed de cambio no se traduzca en mayor apoyo hacia los partidos de izquierda. Pero el problema es que ni el PIP, que cumplió recientemente su 70 aniversario, ni el PPT representan visiones de cambio. Para muchos el PIP se ve como un partido institucionalizado, más concentrado en mantener su franquicia y sus fondos públicos que en desarrollar una verdadera fuerza política y visión de cambio para el país. En una muy comentada sátira de la caricaturista Rangy, se representa a la candidata del PIP con un súper-poder que logra resolver todos los problemas del país a través de la independencia como acto de magia. En el video se representa la independencia como una visión de pasado: un regreso a lo tradicional, al campo, y a los caballos como medio de transporte. Por otro lado, aunque el PPT busca representarse como una fórmula innovadora de cambio, se le ata con la política de partido, con la corrupción de las uniones, y con una política izquierdista 'de trabajadores' que no luce innovador o refrescante para muchos sectores. En un momento en que el capitalismo se considera 'triunfante', el PPT no ha logrado rehabilitar la imagen de la izquierda como lo han hecho los activistas en otras partes del mundo como España, Grecia, y el mismo Estados Unidos donde el candidato Bernie Sanders logró presentarse como una opción verdadera de gobierno. Es dentro de ese contexto político de 'más de lo mismo' que emergen Cidre y Lúgaro como símbolos de cambio e innovación. Su falta de experiencia, su crítica a la maquinaria política, y su desviación del libreto político tradicional de estatus le dan una gran ventaja en un momento de crisis tanto económica como política.

Y aquí es que están los parecidos con Trump más reveladores: para estas figuras la inexperiencia es una ventaja. La falta de trayectoria se presenta como muestra de que no hay interés personal detrás de la candidatura, se les asocia con honestidad y franqueza, y lo más importante: se nos presentan como empresarios capaces de administrar el estado como si fuera una corporación con fines de lucro. Así como Trump promete que va a 'Make American Great Again', Lúgaro y Cidre prometen 'enderezar al país'. Pero así como se ha cuestionado la supuesta grandeza pasada hacia la cual Trump quiere revertir a los Estados Unidos, hay que preguntarse cómo es que Lúgaro y Cidre nos quieren 'enderezar'— o sea, cuál es el trayecto derecho?

Esta pregunta me vino a la mente recientemente cuando me topé con un meme sobre Lúgaro en las páginas de sus seguidores por Facebook. La imagen demuestra los 'zombies partidistas' doblados y arrastrados cruzando por el umbral de la victoria de Lúgaro y saliendo al otro lado renovados como empresarios enderezados, engabanados, portando un maletín. Otra versión los declara 'rehabilitados' y dice 'PPD, PNP, PIP: puedes ser útil, aún hay esperanza'.

Lo que más me impresiona de esta imagen no es la representación de los zombies, ya que eso no es exclusivo a este meme. Por ejemplo, los muy comentados videos de Rangy también utilizan la idea de los seguidores de partidos como zombies y los representa como una especie de 'living dead', vivos en cuerpo, pero no en ideas, que votan ciegamente por sus partidos de tradición.

Lo que me choca de esta imagen es la 'rehabilitación' del zombi en empresario. Aparentemente para los (autodenominados) Lugaristas, esto es lo que significa 'despertar' de los partidos y 'ser útil' para el país: convertirse en un empresario exitoso como Lúgaro o Cidre. En un momento de quiebra política y financiera tanto Lúgaro como Cidre nos venden el sueño de la isla empresarial, industrializada, y exitosa. Nos prometen que podemos dejar atrás la pava del jíbaro, y la tarjeta de cupones, para poder agarrar el maletín empresarial.

Lúgaro y Cidre no son los únicos con este discurso. El candidato PNP, Ricky Rosselló, también ha desarrollado un plan llamado 'Maletín Empresarial para la Mujer' que promete ayudar a las mujeres a montar sus propios negocios y a entrar en los campos de la tecnología. Siempre que escucho a Roselló mencionar esta frase me viene a la mente la imagen de una 'Business Barbie' que yo tenía cuando niña. La Business Barbie era igual en proporciones físicas y belleza a las otras Barbies, con la excepción de su atuendo de empresaria, en rosa, obviamente, y su maletín de juguete. Nada más la diferenciaba de sus compañeras desempleadas.

Se habla mucho de la belleza de Lúgaro, y seguramente eso la ayudó a captar atención mediática, y obtener 'likes' en Facebook en sus comienzos. Pero creo que el éxito de su campaña no se puede reducir a su físico, porque eso no explica ni el fenómeno de Cidre, ni el de Trump. Me parece que para muchos lo que inspira de Lúgaro es su tenacidad, su capacidad, y su éxito como mujer. Igual que Cidre promete el sueño americano del inmigrante cubano que llega a convertirse en empresario, Lúgaro representa el éxito académico y profesional que puede lograr la mujer en la sociedad americana—claro, que en el caso de la mujer los estándares patriarcales exigen que el éxito profesional esté atado también al éxito en el cumplimiento con las normas de género. Por eso es que Business Barbie, no pierde el caché al agarrar el maletín. Como decía la célebre bailarina Ginger Roberts, pareja de Fred Astaire, ella hacía los mismos pasos que él, excepto que 'backwards and in high heels' (de espalda y con tacones altos).

Claro, se puede cuestionar el éxito profesional de Lúgaro, notando que ella entró directamente a un negocio exitoso de educación creado por su madre. De igual manera, el éxito individual de Cidre tiene que ser evaluado críticamente—no es coincidencia que sea un inmigrante cubano (y no un dominicano o haitiano) el que pueda llegar a la cima comercial en Puerto Rico, USA. Sin hablar del éxito del empresario Trump que comenzó su carrera con un pequeño préstamo millonario de su padre. Nada de eso impide que estos candidatos nos vendan el sueño americano de esfuerzo personal y superación. La única diferencia es que Trump y Cidre nos pueden prometer ese sueño sin tener que parecer galanes de Hollywood, mientras que para Lúgaro el reto es más grande—para que una mujer nos venda el sueño de que todo es posible tiene que ingresar a la universidad a los 15 años, obtener un triple bachillerato, Maestría, y Juris Doctor, y además hay que ser elegante, atractiva, y por supuesto, buena madre y compañera. Es interesante que Lúgaro es la única candidata que ni siquiera ha recurrido a fondos públicos de campaña. Continuando con su mensaje de empoderamiento, nos sugiere que no necesita nada de nuestro actual estado quebrado.

Esto me lleva nuevamente a las comparaciones con Trump y a lo que puede significar 'Make Puerto Rico Great Again'. Tengo que aclarar que como antropóloga no me interesa tanto lo que motiva a Trump, Lúgaro, o Cidre como individuos, sino lo que ellos representan para sus seguidores. Cuáles son los sueños, deseos, y frustraciones colectivas que ellos simbolizan?

En el caso de Lúgaro y Cidre creo que el fenómeno de los candidatos independientes nos habla de las frustraciones con los partidos de establishment igual que en Estados Unidos, pero también demuestra la desilusión con el estado en general. Me parece que con la llegada de la junta de control fiscal y la imposición de mayores medidas de austeridad los puertorriqueños nos iremos moviendo más y más a aceptar que ya no tenemos un estado protector en el que contar y que aquí cada cual va a tener que agarrar un maletín (o más bien un part-time de noche en Walmart o un avión para la Florida) para poder sobrellevar la crisis y mantener los niveles de consumo a los que estamos acostumbrados.

Claro, igual que Trump promete revertir la nación americana a una grandeza que realmente nunca ha tenido, Cidre y Lúgaro nos prometen enderezar un palo que nació dobla'o. Realmente lo que proponen es buscar formas de asumir como individuos las deficiencias del estado. De esta madera, sus candidaturas, por más alentadoras que sean, siguen perpetuando el mito más grande del sueño americano: la idea de que el esfuerzo individual puede lidiar contra un sistema que se basa y depende de perpetuar la inequidad estructural.

*Tomado de 80 Grados.