Ver el mensaje desde Kasalta, principio y fin de una 'nueva etapa'
El pueblo sintonizó el canal público a las cinco de la tarde del lunes, pero en vez de encontrar al Gobernador, Alejandro García Padilla, trajeado y listo para hablar sobre las medidas fiscales que tomaría su administración ante la situación de impago que enfrenta el Estado, se toparon con programación infantil y contenido enlatado, un desliz de La Fortaleza que algunos asociaron al contexto de un mensaje pre grabado, que se basó en un informe de una firma extranjera con propuestas que debieron encaminarse 'hace años'.
García Padilla encaró al país finalmente a las 6 p.m., una hora más tarde de la citada. Apareció con rostro serio y las manos cruzadas sobre el mismo escritorio donde exhibía una foto de su madre y sus hijos; familiares por quienes pidió sacrificarse ante los 'pecados' cometidos por los gobernantes y prestamistas. Se expresó con un tono de voz tenue, muy a tono con el llamado: 'no es momento para el partidismo, es momento para el patriotismo'. Entonces, dijo al país lo que ya había adelantado al periódico New York Times en una entrevista exclusiva que otorgó la semana pasada: la deuda de Puerto Rico es impagable.
Para algunos, la aceptación llega tarde, pero el Gobernador aseguró que ha llegado en el momento preciso después de tomar las medidas de austeridad como recorte de gastos, aumento de impuestos y la reforma a los sistemas de retiro, que mostraron ser insuficientes. Precisamente, por lo cortas que se quedaron esas medidas es que existe la evidencia, según García Padilla, de que estamos en posición de reestructurar. 'Todas las medidas que tomamos demuestran nuestra voluntad de pagar y, de no haberlas tomado, no estaríamos en posición hoy de reclamar la reestructuración. Hemos hecho todo lo que estaba en nuestro poder', insistió ante las miradas apáticas de quienes se congregaron en la panadería Kasalta, en Ocean Park.
Transcurridos diez minutos del mensaje, Juan, de 69 años, miró a los amigos que estaban sentados un poco más hacia el lado y les reportó: 'No ha dicho nada todavía'. Los viejos confiaron en su palabra y siguieron charlando. Otros miraban atentos durante segundos y después se distraían en su sándwich, se enajenaban en el café o en el periódico.
- Es más de lo mismo... Eso (de reestructurar la deuda) hace años lo debimos haber hecho - comentó Juan tras ver todo el mensaje.
- No veo soluciones drásticas - dijo un arquitecto, quien trabaja en una firma privada. Aclaró que por medidas drásticas se refiere a la reducción de la nómina y de la jornada laboral que afectarían a cientos de miles de personas.
El Gobernador recordó que la reestructuración de la deuda significaría más dinero para invertir en el desarrollo económico del país y una actitud valiente para 'no permitir que la deuda heredada nos arrodille'. 'No podemos permitir que nos obliguen a escoger entre pagarles a policías, maestros y enfermeras, o pagar la deuda', especificó.Continuar con el patrón de tomar prestado conllevaría a que la deuda se duplique ($140 mil millones) en solo diez años, según el informe de la exdirectora de la FMI, Anne Krueger, lo que equivaldría a un préstamo de$40,000 por cada puertorriqueño o puertorriqueña.
La ruta de recuperación fiscal trazada por la administración García Padilla encontró escépticos e incrédulos.
- No se cree, no hay esperanza - comentó un policía mientras se devoraba un sándwichque le permitiera rendir todo el turno.
En el mismo sitio donde García Padilla se había reunido con el presidente Barack Obama, cuando era solo senador y candidato a Gobernador, transmiteron el lunes su mensaje. El tono entonces era muy diferente cuando contó a la prensa que tras comer un medianoche con Obama, empezaba 'una nueva etapa en las relaciones de Puerto Rico y Estados Unidos'. Cuatro años después, y a minutos de que Casa Blanca dijera que no iba a dar un rescate financiero a Puerto Rico, el Gobernador recalcó en el momento más enérgico del mensaje que 'es momento de que le reclamemos a Washington acción concertada, en una sola voz'. 'Acción para que acaben de aprobar cambios al capítulo 9 y que PuertoRico cuente con la misma protección que tienen otras jurisdicciones. Acción para que el Medicare se dispense en PuertoRico en igualdad de condiciones, tal como pagamos en igualdad de condiciones, para que tengamos herramientas que atraigan inversión manufacturera a PuertoRico y para que se nos excluya de las leyes de cabotaje'.
Quizás por esa misma 'inacción' de Washington y adelantándose a las demandas por impago y a la lucha que emprenderán los acreedores para asegurar sus intereses, García Padilla llamó a la unión de todos los puertorriqueños y puertorriqueñas. 'El fracaso de esta estrategia', dijo, 'no le conviene a nadie. PuertoRico no tiene la capacidad de continuar pagando conforme a los términos actuales. Eso no le conviene a quienes nos prestaron y no nos conviene a nosotros'.