María Paola: suicidio o asesinato, tres menores estuvieron ahí
El Departamento de la Familia confirmó que tuvo que intervenir tras recibir una llamada del 9-1-1. La escena sigue siendo confusa.
Los elementos que rodean la muerte de María Paola Hernández Agosto, de 33 años, y que no deciden aún si se trata de un suicidio o de un asesinato, cuentan con un detalle fundamental que hace de éste uno más duro: al momento del alegado suicidio, reportado a las autoridades el pasado viernes, a las 9:32 de la noche, se encontraban en la residencia tres menores: dos niñas de la fenecida, y uno del esposo, José Bobonis Blanco.
Luego de averiguaciones de NotiCel que aseguraron en más de un caso que los menores se encontraban en la residencia de Colinas de Cupey, en San Juan, el portavoz del Departamento de la Familia, Angel Torres, confirmó la intervención de la agencia la noche de los hechos.
"El Departamento dela Familia intervino por un referido que se recibió del 911. La investigación continúa", dijo el portavoz a NotiCel.
Al solicitar detalles más específicos, solo indicó que los menores "están con recursos familiares". No especificó con quién.
De acuerdo a fuentes de NotiCel, el soldado Bobonis Blanco, tras llamar al sistema 911 para notificar el suicidio, se comunicó con el padre de las niñas para indicarle que María Paola se había privado de la vida.
El tiro fue de contacto: la escena
Aunque la escena resulta confusa para múltiples expertos consultados por NotiCel, este diario digital supo que la inclinación es a declararlo suicidio porque los análisis periciales demuestran un tiro de contacto, lo que le llaman en el argot forense, un disparo vertical. Es decir, no tuvo ninguna inclinación, de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba, que denote que fue propinado por alguien más.
El suicidio fue la teoría inicial pero luego no se descartó ningún otro ángulo, incluido el asesinato, tras trascender audios y textos de la víctima en que aseguraba ser víctima de violencia de género por parte de su esposo.
NotiCel tuvo acceso a fotos de la escena - que eligió no publicar por discreción- que demuestran un diminuto espacio entre la cama matrimonial y la pared. En esa pared hay un aire acondicionado de ventana que muestra haber sido salpicado por sangre. En ese mismo lado se exhibe gran cantidad de sangre.
Personas consultadas cuestionaron la manera en que aparece la pistola Glock de 9 milímetros en la escena. María Paola es zurda y la foto exhibe el arma colocada en la derecha, no de manera accidentada, sino ubicada entre medio de un mahón y una camisa que estaban en una esquina en el piso, en el mismo lado derecho, y el cañón apuntando a ella. María Paola aparece boca arriba, vestida de traje o camisón de colores, y su pierna izquierda debajo de la cama. La foto supone que luego del disparo su cuerpo quedó de esa manera en un espacio no mayor de dos pies.
Según el reporte inicial de esta muerte, la Policía Municipal de San Juan llegó a la residencia y encontró a María Paola con un disparo en la cabeza. Luego se comentó extraoficialmente que eran dos pero realmente se trataba de uno que produjo lo que se llama un tatuaje de pólvora.
Bobonis Blanco, esposo de la mujer, alegó que luego de una discusión entre ambos, se privó de la vida.
El informe policiaco menciona que además del disparo, la mujer tenía dos heridas adicionales en la cabeza.
Además de los análisis iniciales de la trayectoria del disparo a la joven madre se le realizaron pruebas de pólvora y parafina que serán determinantes a la hora de concluir la causa de muerte.
Ayer, luego de recibir autorización del esposo, que se encontraba internado en una institución de salud mental, el Instituto de Ciencias Forenses entregó el cuerpo de la mujer a J. Sánchez Mortuary Services. Esto no es una funeraria sino un servicio de traslado de cadáveres.