Columna de Sara Rosario Vélez, presidenta del Comité Olímpico de Puerto Rico.

“No pienses en los fracasos de hoy, sino en el éxito que puede llegar mañana. Te has propuesto una tarea difícil, pero tendrás éxito si perseveras, y encontrarás dicha en la superación de obstáculos”, frase célebre de Helen Adams Keller, escritora, oradora y activista política quien a muy temprana edad perdió la visión y la audición a causa de una enfermedad.

Y es justo cuando leemos una frase tan poderosa, que viene de la sabiduría de una persona sorda y ciega, que nos damos cuenta de cuantas excusas nos ponemos a diario, para justificar ante nosotros mismos el no alcanzar una meta. Queremos, pretendemos, soñamos, trabajamos para perseguir lo anhelado, pero a veces lo hacemos a medio pocillo y dejamos al azar o a la ayuda de Dios, la otra mitad de nuestro esfuerzo.

Muy real la frase cuando se dice “tendrás éxito si perseveras”, sólo el que persevera triunfa. Hay que repetir, repetir, repetir y repetirnos constantemente lo que deseamos conquistar. Debemos hacerlo de forma prolongada, día a día, semana tras semana, año tras año. ¿Y saben qué? Ningún triunfo importante se logra de la noche a la mañana, ninguno.

Todos somos una finca grande para el cultivo de la perseverancia. Cada persona es un producto finamente cosechado, como el fruto orgánico: sano, fuerte, único en su clase y de un valor y sabor intangible. Hay que ponerle pasión, corazón y consistencia para llegar a la meta. Es un proceso que puede prolongarse por muchos años y que a veces, puede tardar toda una vida. Es un camino lleno de alegrías, pequeñas conquistas, sonrisas y momentos memorables, pero también lleno de espinas, lesiones, decisiones difíciles, distracciones y a veces, hasta malabares.

En el mundo exigente que vivimos, tu mejor historia de vida apenas inicia. Aquel que crea que ya hizo todo en su vida, pienso que está muy equivocado. En el escenario de hoy día está prohibido rendirse y no seguir en pie de lucha. Una meta alcanzada traerá otro reto más grande y por eso jamás nuestra labor caducará. Ser conformistas y pretender que ya logramos todo lo que podíamos conquistar es una falacia muy bonita como para sentarnos en el sillón y mirar hacia la nada.

Me emociona mucho ver las personas “retiradas” buscando qué hacer con sus vidas y cómo continuar aportando a la sociedad. Algunas buscan y encuentran tanto, que terminan más ocupadas y con mayores compromisos que en su vida laboral. Así voy a ser cuando sea grande, créanme que sí.

El éxito de ayer no nos traerá jamás el triunfo del mañana, por eso no podemos vivir de recuerdos y quedarnos quietos esperando que el futuro nos toque a la puerta y nos venga a buscar. “Al infinito y más allá”, así decía un famoso personaje de las películas animadas. Mientras tengamos vida, nos toca esforzarnos y batallar, porque el verdadero significado de la vida tiene que estar amarrado a la lucha constante. No importa tu condición social, educación, salud, trabajo o tu composición familiar, cada cual tiene que luchar, sólo o acompañado, por tener una mejor calidad de vida, y alcanzar poco a poco sus metas, ya sean proyectos personales y/o colectivos.

En estos días navideños he podido tener algo de tiempo para reflexionar sobre el año que concluye en pocas horas. El 2021 llegó con mucha incertidumbre, fue un año duro, difícil, pero culminó con inmensas satisfacciones, muchas de ellas DORADAS, que hoy me llenan de orgullo porque son fuente de inspiración para miles de jóvenes y sus familias que cada día necesitan dignos ejemplos a seguir.

Todos tenemos derecho a soñar con energía y fortaleza, intentar cosas nuevas e ir midiendo como va nuestra mejor historia de vida. Fracasar, dudar, tener miedo, y caernos también está permitido. Siempre habrá días buenos y otros complicados, lo importante es no desgastarnos, ni perder nuestra brújula. Mi mejor historia de vida apenas inicia, y la tuya también.

Te invito a que adoptes ese pie forza’o para arrancar con fuerza, ilusión y determinación este nuevo año. Te mereces lo mejor y está en tus manos labrar ese camino. Hay tiempo para todo, si te organizas y perseveras con ahínco, el éxito llegará y verás que el infinito no existe, que el infinito solamente lo creas tú, y que tú mejor historia de vida no ha comenzado.