Columna de opinión de Ángel Figueroa Jaramillo.

Todos los días el gobernador Pedro Rafael Pierluisi Urrutia trata de imponernos su torcida visión de que, en lo referente a la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), tenemos que pasar la página. Son de tal magnitud las actuaciones impropias del conglomerado canadiense norteamericano LUMA Energy que se hace necesario una expresión diaria del gobernante para intentar ocultar el punzante olor a corrupción e incompetencia que se evidencia en la gestión de este grupo privado de mal llamados empresarios.

Como si fuera un mantra, este abogado de los empresarios privados y la Junta de Control Fiscal, nos endilga su manoseada frase de estar cumpliendo su promesa de “transformar el sistema eléctrico del país”. Ciertamente no tenemos la menor duda de la transformación que ha experimentado nuestro sistema eléctrico que ha cambiado radicalmente, pero para empeorar. Si antes se abandonó deliberadamente el sistema para justificar su entrega a los intereses privados, ahora estamos viviendo las consecuencias de una pésima contratación con unos privatizadores leoninos cuyas extravagancias comienzan a salir a la luz pública, con graves y negativas consecuencias para la prestación del esencial servicio público.

Diariamente, en la medida que el pueblo va conociendo el pésimo desempeño de LUMA Energy, el Gobernador nos pide que miremos para otro lado, que nos hagamos los suecos, que aceptemos lo inadmisible y le permitamos a los Stensby de la vida hacer y deshacer con nuestra AEE lo que mejor le parezca porque, a fin de cuentas, según el Gobernador, cualquier precio es bueno con tal que las cosas cambien según los criterios de la sacrosanta empresa privada.

El Gobernador Pierluisi Urrutia se equivoca en su creencia de que nuestro pueblo es tan tonto como para hacerle caso a su campaña sistemática de mentiras para encubrir los desmanes de sus amigos de LUMA Energy. Ha llegado a decir que durante las últimas tres semanas el 99% de nuestros hogares no han experimentado apagones. La realidad es que ya son tantos los apagones y tan frecuentes que no constituyen material de impacto para los medios noticiosos.

Recordamos todos los días que esta gente, sí, Luma Energy, no aportó ni un solo centavo de su bolsillo y el gobierno y la Junta Dictatorial  le adelantaron $1,000 millones de dólares para que no tuvieran excusas de falta de capital,  mientras se le quitaba la mitad del presupuesto a la Universidad de Puerto Rico y se completaba el cierre de más de 600 escuelas públicas. La AEE no cumple con su aportación al sistema de retiro, privaron  a miles de trabajadores de su empleo regular para facilitarles una contratación laboral ventajosa a sus intereses, le aseguraron las más convenientes condiciones para enriquecerse a costa de nuestro pueblo y para mayor entrega, le garantizaron inmunidad total para sus abusos y atropellos.

Todo lo anterior lo recordamos diariamente señor Gobernador. Como siempre recordaremos que, a solo tres meses de operaciones estos señores ya informan de un déficit de más de $30 millones, que irresponsablemente y contra toda lógica operacional solo han contratado el 50% de los celadores de línea que necesita la AEE para operar con eficiencia.

Tenga la seguridad que vamos a tener siempre en la mente los múltiples accidentes provocados por la negligencia y la incapacidad gerencial que han puesto en riesgo la vida y la propiedad de trabajadores y abonados.

Su campaña de encubrimiento para favorecer a sus amigos de LUMA Energy se estrella todos los días cuando en nuestros hogares se nos dañan los enseres que con mucho sacrificio adquirimos, cuando falta la energía para operar el equipo que mantiene con vida a nuestro ser querido, cuando el servicio de agua se interrumpe porque no pueden operar las bombas de la Autoridad de Acueductos, aunque ahora esta agencia se preste también a taparle los rotos a las deficiencias de LUMA Energy. Ni decirle que nos acordamos de sus cínicas e irrespetuosas expresiones cuando en medio de un encuentro familiar se interrumpe el suministro eléctrico y se nos apaga la alegría.

Su insistencia en que nos saquemos de la cabeza a LUMA Energy y su desastroso desempeño, así como la resistencia del principal ejecutivo de la firma para que no se supervisen adecuadamente sus gastos y operaciones, nos han hecho estar más alertas que nunca al quehacer de estos ejecutivos de clase mundial, según usted, que fueron contratados por el gobierno.

El armónico coro de voces nos anticipaba toda la escoria que ha salido a la luz pública. Después de todo, comparado con los actos del gobierno, la facturación de café a $8.00 la taza, una langosta a la Termidor y una botella de vino de $90.00, resultan ser una minucia cuando se compara con el gran robo que se le ha hecho al pueblo puertorriqueño al poner en manos de este consorcio privado nuestra AEE y miles de millones de fondos federales y estatales. Pero seguimos recordando el salario de los 6 magníficos ejecutivos incluyendo a Stenby CEO de Luma Energy que es de $3.5 millones anuales que equivale al salario de 40 alcaldes de Puerto Rico. Pero para el Sr. Wayne Stenby esa discusión es irrelevante porque según el Principal Ejecutivo de Luma es una discusión de una cerveza en una barra.

Lo que resulta peor que lo anterior, es su pretensión de la entrega total de nuestra Autoridad de Energía Eléctrica a manos de la empresa privada. Gobernador, su campaña de minimizar y echar al olvido el viacrucis de nuestro pueblo con LUMA Energy ha fracasado.  No vamos a pasar la página en la AEE porque para nuestro pueblo el tema energético es relevante.