Agosto de comienzos... ya quisiéramos.
El licenciado Víctor García San Inocencio comenta sobre el estatus del gobierno al mando y las situaciones de cara al retorno a clases.
Hace cuatro años, el verano del 2019 anunciaba un comienzo.
Desenmascarado en su torpeza, elitismo y crudeza, Ricardo Rosselló renunció a la gobernación. Creó deliberadamente un caos de renuncias---perfectamente ordenado--- que le permitió dictar la sucesión. Una sucesión alucinante produjo en una semana tres gobernadores ---del mismo partido, PNP--- él mismo renunciando; un golpista, Pedro Pierluisi que nunca fue encausado por su delito de usurpar el cargo; y su sucesora, la Secretaria de Justicia, Wanda Vázquez, más ocupada en su ascenso personal, hoy acusada federalmente.
Los efectos de aquel comienzo aparatoso nos han marcado. Durante los pasados cuatro años: hemos tenido un gobernador en fuga, otro golpista, ahora electo, y una acusada pendiente de juicio. Que hoy sea gobernador Pedro Pierluisi, por el menor porcentaje de votos en la historia, veinte puntos por debajo del resultado amañado de la estadidad, ha sido otro precipicio. Haciendo de la Administración un parapeto al servicio de intereses cercanos y un juguete, como un reloj roto manoseado por un niño, el país sigue a la deriva, sin timón, ni timonel, sujeto a la corriente y al vaivén de las olas en la pecera del colonialismo estadounidense.
En agosto de 1898, se imaginó un nuevo comienzo de libertad. Cuatro años de gobierno militar y el anclaje de nuevos poderosos intereses echaron mano del territorio y de sus instituciones. La situación no ha variado un átomo, salvo para empeorar.
Hoy determina casi todo lo que sucede aquí, una Junta de Cobros, por mandato congresional, que ni es de aquí, ni de allá, con todas las inmunidades y presupuesto concebibles. Ya ni el Congreso tendría que ensuciarse las manos, los puertorriqueños pagamos la factura ahora, y por los próximos cuarenta años. Mientras, una perpetua reconstrucción llena los bolsillos de contratistas, menos lo que caiga de migajas para los intermediarios y comisionistas de aquí, se "apepeiza-privatiza" todo mediante las Alianzas Público Privadas, sin que comience un proyecto nuestro de país, para ver si por primera vez se diseña y piensa en el desarrollo de Puerto Rico y no en las ventajas a beneficio de otros.
Ahora en agosto, inicia el año escolar. Quisiéramos que algo comenzara, pero en lugar de ello cientos de escuelas todavía no están listas y faltan nuevamente centenares de maestros ---algunos dicen que hay 2,000 sin nombrar--- en un sistema golpeado por el saqueo, la politiquería, el alcanciísmo PNP-PPD, la incompetencia y cascadas de contratos de cuestionable provecho y asombrosa redundancia que benefician a los mismos, y procedimientos alambicados que lejos de rigor, muestran demasiadas veces la huella del favoritismo y el inversionismo político. Agosto que trae para el Departamento de Educación, sin jefatura en propiedad, en sindicatura federal de facto, acusaciones y órdenes de arresto que están en remojo. Víctor Fajardo y Julia Keleher ---esta última ahora premiada en Delaware, luego de concluida su reclusión penal--- son los mejores testigos de reputación de esta alta burocracia al servicio del billete en la cual la educación, si acaso, es secundaria.
También en agosto, continúa la feria de la devastación del ecosistema de salud. La ASES, la encargada del seguro público "Vital", que sirve a millón y pico de pacientes está descabezada. Se produjo la renuncia de su directora y otro interinato, como si a la Salud Pública no la hubiesen hundido permanentemente en un interinato privatizador, pista libre para las aseguradoras y sus desmanes contra pacientes y proveedores, no solo en la parte del seguro público, sino en el aseguramiento médico comercial. La Salud Pública, que tuvo en el país brillante comienzo y esplendor, hace siete décadas, convertida hoy día en campo silvestre para la depredación en perjuicio de millones de pacientes y miles de proveedores. En este renglón comenzarán seguramente más investigaciones y otras acusaciones, aunque todavía se espera por las que están pendientes.
En agosto retorna a la Asamblea Legislativa. Despojada de las pocas facultades que le dejó el Congreso en el 1952 y suplantada por la Junta de Cobros ---que llaman de Supervisión Fiscal--- todavía en el Capitolio no se dan cuenta de que su único poder es el de la denuncia informada a través de las investigaciones las cuales no se realizan lamentablemente, salvo honrosas excepciones. Da la impresión que allí los políticos de oficio pierden más tiempo en los asuntos de candidaturas alcaldicias, a la reelección o a la gobernación y a los temas de jefatura de sus partidos, que a investigar y a atender las causas de lo que pisa y no arranca en el país, y a indagar sobre lo que nos arrancan de raíz como país cada día. ¿Cómo es posible que se pueda contratar impunemente, secretamente o en completa intransparencia, mientras se hipoteca el futuro de los puertorriqueños que quedemos aquí, condenándonos a una vida más ruinosa? ¿Cómo es posible que se adopte un modelo de subdesarrollo donde los recursos naturales están en inminente peligro de ser destruidos por la gula desarrollista al por mayor y al detal, como en Lajas, sin que las agencias a cargo sean fiscalizadas, cuando no actúan, o peor aún, cuando se hacen cómplices de los desmanes ambientales? Estos son solo dos asuntos de una agenda extensa que no se asume estando en Cámara y Senado decenas de comisiones que tienen taller investigativo 24 horas, 365 días al año.
En agosto empieza el semestre universitario... La UPR con sus presupuestos truncados y sin autogobierno y las universidades privadas enfrentan retos formidables generacionales. ¿Por dónde anda el gobierno? Pareciera que un toldo azul ---muy azul--- cubre las ruinas de lo que va quedando.
Sin embargo, las fanfarrias siguen junto a las fanfarronerías y aguajes; las poses pretenciosas y ambiciones personales descomunales. Los pichones que "pa mucho han volao" aún desde departamentos gubernamentales y secretarías se preparan para el abordaje primarista. Con un ojo puesto en candidaturas locales o para Washington y con el otro mirando torpe o ávidamente los contratos que otorgan o autorizan, andan tan extraviados como las agencias que "dirigen". Hasta el gobernador y la comisionada residente amuelan sus cuchillos y examinan sus respectivas espaldas, en vez de dedicarse a lo que deben, bueno, en vez de comenzar a hacerlo aunque sea tarde.
Agosto de comienzos... ya quisiéramos.