Las primarias del bipartidismo y la elección del Pueblo en noviembre
El filtro “democrático” que tantos dolores de cabeza causa y que permite a tantos personajes deshonestos ser electos o ser nombrados por los funcionarios electos, para alcanzar puestos, cargos, contratos o prebendas del presupuesto y para traicionar la confianza pública .
El domingo acudirán al matadero los electores del corazón del rollo del PNP y del PPD a la ceremonia primarista. El filtro “democrático” que tantos dolores de cabeza causa y que permite a tantos personajes deshonestos ser electos o ser nombrados por los funcionarios electos, para alcanzar puestos, cargos, contratos o prebendas del presupuesto y para traicionar la confianza pública.
La mayoría de los integrantes de ese corazón del rollo fanatizado de estas dos agrupaciones del bipartidismo que cada elección se siguen encogiendo, intentará escoger de entre los suyos uno cree que a los menos malos.
Carentes de excelencia en sus listas de candidatos, la débil oferta primarista del PNP y del PPD se encaminará a tratar de producir lo mismo: candidatos dóciles que si fuesen electos servirán a dos tipos de intereses: a los pulpos que desangran al país y a las claques del partido que se sirven y les sirven. Estas claques o combos azules y rojos, promueven una visión ultra individualizada de la política, como juego y espectáculo glotón donde todo se vale en el carnaval de la gula presupuestaria.
El supremo ideal de controlar el presupuesto ---que ahora la Junta de Supervisión Fiscal ahoga, o de compartir con ésta los frutos del reparto y del endeudamiento, consume cualquier noción de servicio público, de búsqueda del Bien Común como objetivo supremo. Su vocación es la de ir cuchillo en boca al abordaje.
Difícilmente ningún elector participante de las primarias del domingo, , pueda señalar de entre las decenas que serán escogidos de ambos partidos --- responsables del destrozo de Puerto Rico --- a algún candidato ---y habrá algunos--- de quienes estén convencidos que está bien preparado, es transparente y viene a entregar su tiempo y vida por el país.
Antes bien, más allá de los vapores del fanatismo, muchos de esos electores de este domingo primarista se estarán preguntando ¿para qué rayos están yendo a votar? y seguramente llevarán en su mente y corazones, la lista de corruptos-convictos a quienes contribuyeron a elegir robóticamente en las primarias y elecciones pasadas.
Se preguntarán estos electores seguramente, ¿Cómo ha mejorado el gobierno o las cosas en Puerto Rico durante los pasados cuatro años?, confrontándose nuevamente con su decepción. Querrán respirar algo de esperanza, pero muy adentro en su conciencia sabrán que el ejercicio primarista ha sido fundamentalmente, desde hace demasiado tiempo, una trituradora de esperanzas aderezada cada vez más por el insulto bajuno, la falsedad, la ventajería o el apuñalamiento fraticida.
Ciertamente votarán, y a algunos hasta les sobrará energía para celebrar al final del día los resultados de ese evento primarista tan teñido de lodo, superficialidad y repleto de vacío. Se marcharán a sus casas con un hueco deber cumplido, sin haber recibido ni siquiera indicaciones de qué y cómo se proponen hacer los candidatos ya seleccionados para tratar de arreglar al país.
Camino a noviembre
En ambos partidos el PNP y el PPD al sentimiento de vacío descrito, se añadirá el agrio resentimiento de muchos, por las ofensas recibidas en la salvaje campaña, algunas pronunciadas abiertamente, otras descaradamente en anuncios pagados, y otras, incluso, en el plano más cercano personal.
Después de la ruina de reputaciones, persecuciones, amenazas veladas o abiertas, y todo tipo de trucos, quienes hayan prevalecido pretenderán hacer las paces con los ofendidos. Dirán que no fue nada, que hay que mirar al futuro ---refiriéndose al presupuesto seguramente--- y dedicarse a ganar las elecciones.
Durante cuatro meses, desde junio a principios de noviembre, luego del domingo primarista, la operación “pegamento y contentura”, romperá todos los récords de hipocresía y zalamería. Habrá tanto en el PNP, como en el PPD hasta rogativas por la unidad interior hasta por la paz mundial, como si las manchas de los insultos y vejámenes, y hasta las mutilaciones en este caso, pudieran revertirse.
La desconfianza entre Caínes y Abeles será el signo definitorio. Algunos comulgarán con ruedas de molino y acatarán el llamamiento hacia la unidad presupuestaria, pero les resultará pesado. Tan pesado y difícil, como perverso ha sido el saldo de la campaña y largos los tajos. Sería imposible que declaren estar orgullosos de la campaña que finaliza.
A muchos electores del PNP y del PPD, no les quedará ánimo para votar en noviembre; otros seguirán el camino de los cientos de miles que ya no votan por esos partidos y que buscan con esperanza votar por otros partidos y candidatos. Sería raro que alguno decidiese votar por el otro, pues si algo habrá quedado claro es que en la bi-partidocracia PNP-PPD unos y otros, se necesitan para prolongar el círculo viciosos con el que llevan turnándose hace décadas en la Administración del desastre. Sería en extremo raro que algún elector PNP o PPD cambiara su voto para caer en el más de lo mismo.
¿Qué más se puede esperar en estos cuatro meses hasta el día de las elecciones?
Los eternizadores del colapso y del estancamiento, quienes los financian y se nutren de su incompetencia, favoritismo y hasta delincuencia, echarán el resto desde el domingo primarista no sólo para la operación pegamento y contentura, sino para atacar a la Alianza entre el Movimiento Victoria Ciudadana y el Partido Independentista Puertorriqueño que energizada y fortalecida se dirige a sacar al PNP y al PPD del control del gobierno.
Si se han matado fraticidamente, o simulado la matanza en sus respectivas primarias, imaginen qué, no portarán en su arsenal de odios para quienes vienen impulsados por cientos de miles de votos del Pueblo para desahuciarlos del control del gobierno.
Ya el PNP y el PPD iniciaron sus ataques viciosos hace meses, han obstaculizado a la Alianza desde la Legislatura, en los tribunales a través de testaferros, en la Comisión Estatal de Elecciones, y donde quiera que ejercen control partidista de las estructuras.
La bipartidocracia del entreguismo, las privatizaciones , la corrupción y la incompetencia se juega la vida, el PNP y el PPD lo saben. Los licenciados Juan Dalmau y Manuel Natal tienen que fortalecer su espíritu para lo que les vendrá encima en estos cuatro meses, atacados con con el apoyo de poderosos intereses económicos y fuerzas mediáticas.
Tanto Dalmau como Natal y los partidos que dirigen tienen que echar el resto orientando al electorado, educando, diciendo cómo se le romperá el espinado a la corrupción y como se sentarán las bases para una vida digna y fructífera para quienes no hian visto un asomo de ello en lo que va de siglo XXI.
¿Pero quién contiene las aguas de la voluntad de los electores cuando se han abierto las compuertas de la represa? Nadie podrá.