Columna de opinión del exdirector de Manejo de Emergencias y Manejo de Desastres.

La pasada semana surgió un incidente entre la Policía y una ciudadana en el municipio de Utuado. Como pudimos observar al principio de la divulgación del incidente, toda la opinión pública estaba siendo desviada en contra del policía debido a la disponibilidad de un solo vídeo que reflejaba un lado de la moneda gracias a la posición por parte del policía de un equipo de grabación o “body cam” que en Amazon tiene un costo de 120 USD promedio.

Este policía pudo evitar el escarnio público y obviamente otro tipo de sanción debido a que la fuerza de la prueba y la fuerza de los medios estaban en su contra.

Situaciones como ésta identifican tres áreas las cuales debemos atender: la primera es la poca tolerancia ciudadana. La segunda, la falta de herramientas en la policía que faciliten o respalden su trabajo como por ejemplo los sistemas de grabación, procesos y adiestramientos para su uso y que sea extensivo a todo funcionario de ley que de alguna manera u otra intervenga con ciudadanos. La tercera es el poco conocimiento ciudadano de las leyes y los procesos de intervención policíaca.

Al principio no escuché apoyo de parte de los superiores de este policía. Posteriormente escuché el apoyo de parte del Comisionado de la Policía y un apoyo tímido de parte de nuestro Secretario de Seguridad Pública,.Sin embargo, aunque es importante contar con el apoyo oficial es necesario que nuestra fuerza policíaca cuente con respaldo y respeto ciudadano, tenemos que entender que son funcionarios de muchas horas de trabajo, situaciones emocionales fuertes y “tarjeta” de personas y entidades en busca de su minuto de fama.

Las cámaras corporales han mostrado servir como disuasivo, además, de proteger a través de la documentación digital tanto al ciudadano como al funcionario policíaco y ha sido una herramienta vital en el esclarecimiento de posibles violaciones de derechos civiles.

Nuestros policías en su inmensa mayoría están haciendo un trabajo excelente en la lucha contra el crimen y es necesario proveerle los recursos físicos, tecnológicos, equipos y adiestramientos acorde con los tiempos. Para finalizar sería de gran ayuda sacar al Departamento de Seguridad Publica de su camino.