Estampas de mi Isla
Columna del abogado y exlegislador Víctor García San Inocencio
I - Corruptos
Tres noticias en el noticiario televisivo de hoy, sobre casos en etapa de investigación aún, apuntan a lo extensa y profundamente arraigada que puede estar la corrupción al interior del gobierno en la célula misma de ese organismo. Uno, es el caso de un empleado municipal, a quien se le señala como posible perpetrador de un esquema para tumbarse más de $80.000 dólares del PUA. A otro, un policía municipal, se le investiga por haber arrollado con su auto a una legisladora municipal de otro pueblo y haberla dejado tirada abandonando la escena. Al tercero, un empleado de la AAA, se le acusaría por utilizar una pala mecánica de la corporación pública, o una 'puerca', para salir a comprar drogas a un punto. Recopilar estas tres noticias bizarras podría tomar en otros países una década. Aquí son material de un sólo día noticioso.
Los tres casos suponen delitos, que podrían imputarse a personas comunes. En el caso del fraude a programas federales ---y estatales--- podría decirse que se trata de una epidemia, tan normalizada por el afán de comprar votos y fomentar la dependencia durante décadas, que ausente la fiscalización, este delito puebla el imaginario aspiracional de muchas personas., aunque no se atrevan a accionarlo. Aquí el posible delincuente es un empleado público.En el caso del policía que abandona a la persona arrollada, sabemos que es un delito que sucede demasiado a menudo, Muchas veces porque el conductor está intoxicado y quiere eludir los agravantes del delito que ello supone, otras porque la impunidad, incluso la usurpada a través de la fuga, es solución inmediata para el que huye. Si hay testigos, muchos se esfuman, otros se asustan y otros no cooperan. Irse es la decisión cobarde de un astuto hasta que lo agarran. Pero aquí se trata de un oficial del orden público quien alegadamente habría cometido estos delitos. El tercer caso, de procedencia pública, irá a las antologías del descaro. Agarrar un vehículo, un equipo pesado, para ir a comprar drogas a un punto, supondría ---aún sin ser propiedad pública, ni empleado público--- un episodio antológico por lo alucinante. ¿Quién podría estar tan desesperado, o compraría drogas en un lugar tan distante o tan de prisa, que se esmandaría ajocicado en una puerca a traficar drogas?
Estos tres casos que involucran traqueteo con fondos y propiedad pública e incumplimiento del deber, a nivel de gobierno municipios y corporaciones públicas, reseñados en los titulares de esta mañana debería invitar a la ciudadanía a pensar sobre posibles explicaciones para los niveles de podredumbre tipo récord Guiness que asolan la gestión gubernativa, sobre sus consecuencias en materia de política pública y pérdida de recursos, y sobre todo, del estado naufrágico, ya no a la deriva, de un barco hundido en la penuria colonial-corrupta.
II - Embrollas
La teoría más actual del endeudamiento parte de la necesidad de algunos sectores, siempre dominantes o intermediarios, de querer perpetuarse en la Administración de las migajas y de favorecer a sus amigables y allegados. Hay casos donde también hay guiso, se dice que en muchos, y sirva o no sirva el producto del endeudamiento a algún fin público, los términos de la embrolla hacen que se genere deuda ilícita e indeseable, que suele enriquecer al séquito de corredores, intermediarios, gestores y ajustadores que acompañan a los buitres.
El gobierno de Puerto Rico ---no el Pueblo--- quebró en el pago de la presunta y muy impugnada deuda, por la incompetencia activa y por la dejadez supervisora de sus gobernantes quienes estaban advertidos de lo que tarde o temprano sucedería. Combatí durante años la carencia de fundamento y base para los presupuestos, pero pudo más la ebriedad de la inmensa mayoría con el peso de sus votos y de sus ambiciones políticas.
Embrolla tras embrolla, obra babilónica tras otra, refinanciamiento atosigado repetidamente, todo ello, fue mayúsculo y solamente fue igualado por la avaricia de quienes prestaron mal e ilícitamente.
El gobierno y sus organismos se quedaron secos y sin crédito, pero la tecata del endeudamiento frívolo los atacó y acordaron bipartitamente hacer una rogativa para que le impusieran a país una Junta de Supervisión Fiscal que ha masacrado a las presentes y futuras generaciones. La especialidad de la casa son los planes de ajuste de la deuda, que son más bien planes para que los acreedores recuperen con creces su cuestionable inversión, y para gravar por décadas el presupuesto individual de cada puertorriqueño, y el del país. En el mismo noticiero de la otra delincuencia de empleados públicos, se reseña cómo con desparpajo y en ánimo celebratorio el gobernador colonial Pierluisi, anuncia un plan de aumentos fruto del Plan de ajuste de deuda aprobado ayer, que supone aumentos de peajes por décadas y décadas. Asimismo, se comenta sobre el plan de electrocución del país, donde ya se barajan variantes a un cargo especial mensual se consuma o no, electricidad pública de entre $23 y $26 dólares por cincuenta años. Después celebrarán con más alegría uno de $20 y dirán que fue un logro de una gran negociación. No hay límite al ánimo embrutecedor y entreguista de la clase gobernante-facturante.
III - Demoras y planes al cuadrado
Abundan las noticias en torno a fondos federalmente asignados y retenidos; sobre dinero torpemente gestionado; sobre programas que no arrancan, sobre miles de viviendas que se iban a hacer que terminan siendo actualmente unas doscientas. Sobre toldos azules en segunda generación y miles de personas sufrientes en espera del techo prometido. Abundan las noticias de las grandes palanganas de la reconstrucción del sistema eléctrica, una con nombre blindado LUMA, que va ya elevando lo reservado inicialmente de $9,500 millones, para que luego de Fiona, amasen 3 mil millones, y hasta 5 mil millones más para rehacer el sistema eléctrico. Hay corporaciones que se benefician grandemente, desastre tras desastre, e intermediarios que las defienden desde el gobierno a brazo partido o para beneficio de su partido.
Se desborda el pozomuro también de los planes del plan, del plan del plan del plan, y de lo demás. Todo un nuevo lenguaje se exhibe por los gobernantes incapaces de encarar las penurias y su propia irresponsabilidad o ineptitud. El gobernador siempre prefiere hablar de lo que se hará, no de lo poco o torpe que se haya hecho. Si acaso, se asoma un poco a lo que se está comenzando, pero no aclara por donde va; habla de etapas futuras y de etapas actuales que sin siquiera pasar del diseño o de la subasta, se asumen como si estuviesen a punto de ejecución y completarse, no importa que tomarán , si se concluyen, varios años. Es una cogida perpetua, un jugar al esconder y al engaño promitente.
Atrás quedan, o detrás de las cortinas están, quienes sufren en agónica espera. Los invisibles, los condenados por estas manipulaciones grotescas, los envejecidos a quienes ya no les queda mucha vida o recorrido que se van apagando agotados por la sumatoria de esta insensibilidad e incompetencia.
IV - ¿Resignación, asco o vergüenza ajena?
Cuando observo y pienso sobre las estampas descritas, pan nuestro de cada día noticioso, veo vigas transversales que las interconectan. No distingo casi diferencias entre los tres empleados públicos que acaso sean acusados, con los embrolladores financieros y gubernativos que por impunidad, nunca tendrán que encarar una acusación. No veo mayor diferencia entre la retórica y manipulación de LUMA, ni la de su abogado principal, el gobernador. Como tampoco, consigo separar la avaricia menor y la mayor que impulsa a casi todos los actores y omitentes de cada estampa. Me aterra el destierro del concepto búsqueda del Bien Común, que cargan muchos en el reducto vacío de lo que se supuso una vez que era conciencia. Y ,me duele sobre todo, el dolor de quienes sufren de veras y el exilio y hemorragia continua de quienes tienen que irse porque no aguantan más su empobrecimiento material y el colapso espiritual de la Patria.
Siento mucha vergüenza ajena, nunca asco, aunque quizás debiera. Pero no siento resignación, pues no se puede claudicar y porque hay reservas profundas de la Patria aquí, en el ayer y en el ahora de la conciencia, y en las diásporas nuestras, quienes escuchan y ven a estos tahúres y ladrones que horadan y tratan de destruir la esperanza. La redención saldrá desde ambas orillas. De aquí y desde allá ,unidos por el don espiritual que se nos ha regalado a los puertorriqueños como, nación, como Pueblo hijo de Dios.
Estoy convencido que la maldad no ha vencido, aunque los avariciosos quisieran desterrarnos, destriparnos y dividirnos. Pues el bien impulsado por la esperanza de quienes trabajan vence.