Mi papá está pasa'o
Cuando la Editora en Jefe de Noticel, Dennise Pérez, quien es mi mentora y amiga, me invitó a participar de este espacio en un día tan especial, aparte de sentirme honrada, instantáneamente pensé en lo agradecida que me siento de tener a mi papá.
Por eso decidí aprovechar esta gran responsabilidad para dedicarle con mucho respeto, amor y cariño cada una de las 800 palabras a quien, no solo me dio la vida junto a mi Madre, si no quien me acompaña y me inspira a diario en esta aventura terrenal que llamamos Vida.
Allá para el año 1951 ocurrieron muchos eventos que marcaron la historia de la humanidad. El Tratado de París le dio paso a lo que hoy es la Unión Europea; a Puerto Rico se le concedió crear su propio gobierno y constitución y Elvis Presley se convertía en el Rey del Rock and Roll.
También ese año ocurrió un evento que, aunque no está oficialmente entre estos acontecimientos reconocidos a nivel mundial, significa un mundo en la historia de Mi vida.
El 17 de abril de 1951 nació en La Habana, Cuba- Alberto Carlos Escoto Fuentes, un ser incondicional al que tengo la bendición de llamar papá. Mi padre es fruto del amor de Alberto Escoto y Silvia Fuentes quienes, con apenas 30 y pico de años y tres hijos, tuvieron que abandonar su patria para exiliarse en una nueva tierra. Mi padre nació en un ala y vivió en la otra ala de aquel “pájaro” de Lola Rodriguez de Tió, "Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas".
Tenía 8 años cuando pisó suelo boricua. Estudió, creció, conoció y se casó con el amor de su vida, mi gran madre Mormi, desarrolló y continuó una empresa familiar exitosa, nos tuvo a mi hermano Albert y a mí, en fin, hizo su vida aquí en la Isla.
Mi papá es un excelente hijo, hermano, esposo, amigo, abuelo y un excepcional padre. Es un espíritu libre, que no cree ni en los “centros espiritistas”. Amante de la música clásica y la ópera, pero con un oído inclusivo, que si le ponen reggaeton es el primero en bailar literalmente hasta abajo. Tiene una brillantez intelectual parecida a las estrellas del universo que tanto le gusta admirar y a su vez una sencillez y humildad genuina que contagia a todo el que lo conoce.
Mi papá es resiliente a las desilusiones y combativo ante el “qué dirán”. Es despistao’, pero cuando le hablas, no solo oye, si no que te escucha y te mira a los ojos. No es presumido, pero sí presume cada logro de sus seres queridos. Papá es espontáneo, alegre y chistoso que hasta se ríe de sus propios chistes mongos y también es un ser vulnerable, que siente y se hace sentir, pero quien jamás trajo un problema o angustia a nuestro hogar. Tiene don de palabra y es analítico, pero nunca juzga a nadie.
Papá siempre es y deja ser.
Desde niña me bautizó como “La Chinche” (se podrán imaginar las razones) y aunque me crió con disciplina, a la vez, como dicen en inglés “he let me be”, desde ser la traviesa “tomboy” que se embarraba los trajes y convencer a mamá de que jugara soccer en un equipo de todos varones, hasta apoyarme siempre en mis embelecos y en la carrera que escogí.
Mi Papá y yo tenemos una conexión única, somos como ese pájaro de Lola. El que me entiende a la perfección y el que no importa cuándo, cómo, dónde y por qué siempre está ahí para mi. Podría decir que yo soy su facsímil razonable. Heredera de sus manías, gustos, curiosidades y hasta de lo que chistosamente hemos catalogado como los “genes defectuosos”. Y es que mi papá y yo compartimos un mismo inquilino, que más allá de ser retante de lidiar, ha sido un eslabón para nuestra relación de Padre e Hija.
Gracias a mi papá he aprendido a aceptar, a coexistir y hasta vacilar al entrometido con el que nos tocó vivir. Y de eso pudiese escribir mucho, pero lo resumo contándoles que mi padre es un digno guerrero del estigma de la salud mental y quien ha sido mi capitán siempre velando a que mi barco se mantenga en su ruta e impidiendo que se lo lleven las corrientes. Mi papá es y siempre será mi súper héroe.
Papá, aprovecho esta gran oportunidad para agradecerte por TODO. Por ser como eres, por dejarme ser y por siempre inspirarme a volar. Que Dios te bendiga con salud para que así sigamos volando yo de un ala y tu de otra por muchos muchos años más.
No puedo terminar sin antes felicitar a todos los padres, en especial reconocer al maravilloso padre de mis dos tesoros Angel Antonio y Alvaro Antonio, mi adorado esposo Angel, a mi hermano Albert, el extraordinario padre de Alberto Ignacio, Lucas y Carolina, y claro al gran Alberto Escoto, ese papá mío que está pasao’.
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Hoy celebramos el Día del Padre. NotiCel ha procurado para sus lectores las experiencias de un grupo de hijos y padres, figuras públicas, plasmadas en un grupo de columnas que publicarán durante todo el día. Felicitaciones a todos.