Algunos, por diversas razones, me han pedido construya - dado el hecho de que soy tecnoimpedido, no puedo llamarle de otra forma - un escrito sobre el Día de los Padres. Supongo que puede haber algunos que piensen que circunstancias algo especiales me capacitan para escribir sobre el tema. Deben saber los que así piensan, que yo, modestia aparte, comparto su opinión. Mi camino a la paternidad fue algo tortuoso, interesante, divino por así decirlo, y matizado de suerte. Hoy no les voy a aburrir con esa historia… les hablaré de otra cosa.

Hoy se celebra el día de los Padres. En una sociedad de consumo, como la gran mayoría de las sociedades del mundo occidental, se utiliza el pretexto de tal festividad para celebrar la presencia o regalar un obsequio a la figura masculina de ese entorno familiar particular. Debemos hoy sin embargo, reconocer que los tiempos y circunstancias han cambiado y que en el presente el rol de padre lo ejercen o lo debieran ejercer otras figuras del entorno familiar o social en el que hacemos nuestra vida diaria. Así, es menester entonces, analizar no ya el día de los Padres y su celebración y su trascendencia, si alguna; si no la importancia de los valores, características y expectativas de lo que hemos de llamar figura paternal.

Lamentable, tanto en Puerto Rico como en otras jurisdicciones, es que se ha asociado la figura paternal a la mera capacidad de poder de un varón a engendrar o adoptar una criatura. Esta acepción, sabemos es incorrecta pues hoy en día la familia lo constituye un grupo muy heterogéneo de arreglos o relaciones que nada tienen que ver como ese hijo o hija llegaron a ese núcleo familiar.

La función de padre debe exceder por mucho la cuestión meramente biológica reproductiva o de contrafigura o contraparte a la figura maternal. El padre debe, con esfuerzo y dedicación, dedicar energías a la formación de un ser humano responsable e integral que aporte a la sociedad de la que somos parte. Ese esfuerzo o dedicación, si en algún momento pensamos o le creamos suficiente, nunca lo es, pues esa dedicación es un continuo de roles y acciones que aunque principio tienen, con la llegada del hijo o hija, nunca terminan y con frecuencia deben modificarse a tono con el desarrollo psicomotor de ese hijo cuya personalidad está en formación.

En lo personal, y espero para todos y todas las que me honran con su lectura, ser padre o papá - como dice mi hija -es la experiencia más maravillosa de la vida. Pretender convertirse en un modelo a seguir, teniendo los muchos defectos que uno tiene no es tarea fácil, pues uno desearía esconder esos defectos ( no me gusta el ejercicio, prefiero con frecuencia callar y observar y no interactuar con los que me rodean, etc. ) pero de forma misteriosa, mi hija se da cuenta y a veces hasta me los indica sin miramientos …en esas ocasiones el modelo a seguir parece ser ella.

Ser ese modelo conlleva ser íntegro, ofrecer seguridad y apoyo en los estudios y otras diversas situaciones, y hacer un compromiso de amor incondicional. Siempre, siempre hay que estar presente. El padre debe ser ejemplo de disciplina y explicar el porqué de esa disciplina, total rechazo a la violencia y aprecio al diálogo son fórmulas fundamentales en el desarrollo del hijo o hija. El comportamiento ético e íntegro debe ser nuestra norma de vida, su hijo o hija le imitará. El padre debe respetar a todos y todas, su hijo o hija le imitará.

El crimen que azota nuestras sociedades se hace presente pues, entre otras cosas, son solo generaciones imitando la que le precede. El padre debe promover una Fe con profundo respeto hacia las que no profesa de tal manera que, llegado el momento, ese hijo o hija pueda hacer la elección de Fe, si alguna, que desee. El padre debe con frecuencia recordar a sus hijos aquellos que menos tienen, aquellos que se encuentran en el ocaso de su vida, aquellos que están enfermos, aquellos que pasan hambre, o son víctimas de la guerra pues el aprecio por esos forma un mejor ser humano; el padre tiene que enseñar que no puede haber humanidad sin compasión.

Solo podemos concluir una cosa y es: un padre solo tiene una misión prioritaria y fundamental en la vida lo cual es ser ejemplo para ese hijo o hija y predicar con ese ejemplo. Ser padre… amor incondicional. No quisiera dejar pasar la oportunidad para especialmente dedicar esta reflexión a todas aquellas mujeres, abuelas, tías, parejas no convencionales y todos los que de una manera u otra ejercen como figura paternal todos los días. Construyen un mundo mejor.

A Ivana… todo el amor del mundo… vivo por ella!!!

El doctor Iván González Cancel es un destacado cirujano cardiovascular.

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Hoy celebramos el Día del Padre. NotiCel ha procurado para sus lectores las experiencias de un grupo de hijos y padres, figuras públicas, plasmadas en un grupo de columnas que publicarán durante todo el día. Felicitaciones a todos.