¡Mi mamá es mi vida!
La comisionada residente, Jenniffer González Colón, describe las cualidades que definen a Nydia Colón Zayas.
Soy quien soy gracias a mi mamá. ¡Mi mamá es mi vida! Nydia Colón Zayas es mi mamá. Mi ''partner'' de viaje y quien nunca me dice que no cuando de eso se trata.
Es mi mejor amiga y quien siempre me consciente. Tengo el privilegio de nacer en un hogar de padres trabajadores. Ambos maestros de profesión, que tenían dos y tres trabajos para poder darnos todo. Amor, disciplina, alegría y confianza en nosotros mismos.
Mi mamá es otra cosa. Su risa es contagiosa, chula, linda, cariñosa. Una mujer elegante, recta, comprometida, líder. Pudiera continuar la lista, pero prefiero abrir mi corazón y compartir las cosas más sencillas que me llenan el alma.
Nada como meterme en la cama con mami y comérmela a besos, no importa la hora. Eso me devuelve a mi infancia cada vez que lo hago y me hace súper feliz. Claro, ese es el tiempo de ella darme su visión, las instrucciones (que siempre están presente ''no matter what!''), de reírnos, gufearnos y planificar el futuro.
Dios me ha bendecido con una madre como la mía. Poderla disfrutar y reírme con ella no tiene precio. Me enseñó tantas cosas. Me inculcó mi fe en Dios, se sentaba a estudiar conmigo, me corregía, me enseñó a siempre ser humilde y honesta.
La nobleza me la inculcaron desde bien temprano. Mami También me enseñó el respeto a los mayores cuando mis abuelas me duraron, una hasta los 94 años y mi Abuela Engracia quien está bien vivita a sus 103 años. Los valores que me enseñaron en mi casa edifican el alma. Y mami fue y es el motor de todo eso.
Mi papá no se quedaba atrás. Siempre estricto, pero le encantaba el baile y estaba siempre dispuesto a ayudar a quien lo necesitaba. Imagínense, que, a mí me gustaba tanto como mi mamá vestía para trabajar, que siempre quise imitar su estilo. Una madre juega todas las bases. Te trae a la vida, te cuida, te educa, te ayuda a crecer, te consiente y se convierte en tu conciencia.
Hoy día de las madres es un día bien especial. Yo tengo el privilegio de celebrar la mía todos los días. Sin embargo, muchos de los que hoy me leen no pueden compartir hoy con la suya. Aquellos que tuvieron diferencias con ellas, los exhorto a resolverlas y a no perder la oportunidad de tener paz en el alma. A aquellos que ya la vida se las arrebató, hoy tienen el consuelo de recordar su perfume, su olor, su esencia, esa lluvia de memorias y recuerdos que hacen que la nostalgia nos lleve directo a las mejores experiencias de la vida.
Dicen que recordar es vivir. Y que mejor que vivir y revivir el amor, la alegría y todas y cada una de las experiencias que Dios nos dejó disfrutar. Hoy celebro a mi mamá y espero ustedes disfruten las suyas.
Durante el último año José Yovin me ha regalado a otra mamá. Ella es Merce, quien como mami, también me cuida, me abraza, me consciente y es un regalo de Papa Dios para mí. Hoy es el segundo año que podemos celebrar las madres juntos con nuestras madres. ¡Que más uno le puede pedir a la vida! ¡Feliz día de las madres para todos!