Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Opiniones

Perspectiva de género: otra promesa incumplida del secretario de Educación

El ex director ejecutivo del Consejo Asesor en Asuntos LGBT+ del Gobernador de Puerto Rico lamenta carta circular de Educación

Alberto J. Valentín
Foto: Suministrada

Como pasado director de la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación de Puerto Rico, conozco de primera mano la urgencia de educar a nuestros estudiantes, facultad y personal no docente sobre perspectiva de género.

Ejerciendo dicha posición, y como pasado director ejecutivo del Consejo Asesor en Asuntos LGBT+ del Gobernador de Puerto Rico, pude recibir y atender decenas de querellas relacionadas a discrímenes, desigualdades y exclusiones sufridas por estudiantes por motivo de sus diferencias biológicas e identidades de género. Lamentablemente, hoy el secretario de Educación de Puerto Rico, el Dr. Eliezer Ramos, le cierra la puerta nuevamente a la carta sobre perspectiva de género, perpetuando los años de promesas incumplidas en la lucha contra la violencia de género.

Lo que comenzó hace casi un año como un adelanto progresivo por aprobar una política pública en el Departamento de Educación sobre perspectiva de género, por parte del Comité de Prevención, Apoyo, Rescate y Educación de la Violencia de Género (PARE), creado en virtud de la Orden Ejecutiva 2021-013 (que establece el Estado de Emergencia por violencia de género) terminó en nada el pasado 10 de marzo al firmarse la Carta Circular Número 032-2021-2022: La Equidad y el Respeto entre todos los seres humanos. Una carta que no adelanta las verdaderas necesidades del Departamento y de nuestra sociedad puertorriqueña, y que el secretario pretende vender como una promesa cumplida pero con distinto nombre. Y aunque el nombre no hace la cosa, como bien expresó la senadora Ana Irma Rivera Lassén durante las vistas de confirmación del actual Secretario, cuando a la cosa también le alteras su contenido y contexto, entonces se convierte en otra cosa.

La reciente aprobación de esta carta es una burla a una década de esfuerzo y trabajo arduo que las organizaciones feministas han mantenido vigente en su lucha en contra de violencia de género y una clara contradicción al compromiso que hiciera el gobernador Pedro Pierluisi Urrutia de desarrollar un currículo con perspectiva de género en la orden ejecutiva del 25 de enero. Cuando hablamos de perspectiva de género hacemos alusión a una herramienta conceptual que busca mostrar que las diferencias entre mujeres y hombres se dan no sólo por su determinación biológica, sino también por las diferencias culturales asignadas a estos. La finalidad de la educación con perspectiva de género es cuestionar los estereotipos con que somos educados y abre la posibilidad de elaborar nuevos conceptos, y solucionar los desequilibrios sociales que existen entre los géneros. En fin, la perspectiva de género busca modificar las estructuras sociales que reproducen la desigualdad, inequidad, discrimen, prejuicios y violencia; y lograr una verdadera equidad entre los géneros. Pero para lograr lo anterior necesita hacerse de una forma transversal, interseccional, holística y multidisciplinaria dentro del Departamento de Educación. No a través de otro “statement” bonito para las gradas.

La Carta Circular aprobada el 10 de marzo pasó de ser un currículo que buscaba atender las desigualdades basadas en las diferencias biológicas, culturales e identidades de género, para convertirse en una política pública más de valores y principios. Y es que si tuviéramos un dólar por cada política o currículo de valores creado en el Departamento de Educación ya hubiésemos saldado la deuda pública de Puerto Rico. Todo cambió cuando el Secretario de Educación decidió negociar y acceder a cambios al currículo con perspectiva de género con la senadora del Proyecto Dignidad, Joanne Rodríguez Veve y de espalda a las organizaciones de mujeres que forman parte del Comité PARE, creado por el gobernador Pedro Pierluisi. Tristemente, con esta negociación volvimos a colocar el Departamento de Educación al servicio de la Iglesia.

Entre los cambios logrados por el sector de base de fe a través de la anuencia del Secretario fue ignorar y remover la existencia de los conceptos de expresión e identidades de género. Conceptos que según el sector de base de fe, y supongo que también ahora el Secretario al acceder a dichos cambios, promueven la homosexualidad y nos alejan de la familia tradicional (“normal’). Como si la orientación sexual de una persona pudiese cambiarse por enseñarle a respetar a su prójimo, valorar su existencia dentro de nuestra sociedad, y entender que las diversidades entre los seres humanos existen.

Mas allá de solo buscar un concepto de equidad como algo bonito e ideal, la perspectiva de género, de haberse aprobado, buscaba que nuestros estudiantes pudiesen comenzar a educarse sobre la importancia de entender que no hay nada de malo con tener identidades de género que no vayan acorde a los conceptos culturales, y estereotipos impuestos a ellas por nuestra sociedad. Que los colores, la ropa, los juguetes, los trabajos, los deportes, las aspiraciones profesionales, los comportamientos, las formas de hablar, de expresarse, de caminar, de desenvolverse, de interactuar, de pensar, de acceder a servicios, de vulnerabilidades y fortalezas, accesos, aprendizajes, valores, la calidad de una persona, su inteligencia, pensamientos, y limitaciones, jamás deben ser definidos por tu genero o tu biología.

Cuando comparamos estados republicanos en Estados Unidos, como Florida que recientemente aprobó una legislación (“Don’t Say Gay”) que prohíbe la utilización de la palabra “gay” en las instituciones públicas, te das cuenta que Puerto Rico no está muy lejos de ello. Tenemos una Carta Circular para estudiantes TRANS en el Departamento de Educación que la mayoría de los profesores y personal no docente ignora y desconoce, y que con negociaciones como las del secretario de Educación con el sector religioso similar a la que hizo Ricardo Rosselló en el 2016, alejan mas a esta institución de su responsabilidad de separar la Iglesia del Estado. ¿Por qué Eliezer accedió a esta negociación? ¿Porqué se alejó de su verdadera vocación de hacerle justicia a nuestros estudiantes?

Eliezer le ha servido por años y de forma excelente a nuestros estudiantes de educación especial, y él es consciente de las injusticias y los discrímenes que nuestra comunidad estudiantil sufre a diario. Es lamentable que después de tantos años de esfuerzo y trabajo, hoy volvamos a retroceder en el tiempo. Es lamentable que en vez de escoger cambiar generaciones y crear una mejor sociedad, el secretario de Educación decidiera continuar perpetuando la ignorancia de nuestra cultura. Es lamentable que el secretario de Educación, en vez de ponerse del lado correcto de la historia y que con sus acciones ayudara a erradicar futuras violencias de género basadas en un concepto machista y de patriarcado adherido a nuestra sociedad, decidiera mirar para el lado. Decidiera hacer caso omiso a las muertes de cientos de mujeres que sus memorias claman por justicia, una justicia real no ficticia, no otro pedazo de papel sin valor que quedará en olvido como los miles de cartas circulares aprobadas por el Departamento a lo largo de las décadas.

Secretario, Eliezer, desaprovechaste una de tus mayores oportunidades por lograr un cambio verdadero en nuestra sociedad, por cambiar mentes y culturas, por crear un mejor Puerto Rico.

El autor es abogado y director ejecutivo Consejo Asesor LGBTT+