Columna del Juez de Apelaciones y Presidente de la Asociación Puertorriqueña de la Judicatura, Carlos G. Salgado Schwarz.

NOTA: Cumpliendo con el Canon 24 de los de Ética Judicial, las expresiones son del autor en su capacidad de Presidente de la Asociación Puertorriqueña de la Judicatura y no se hacen a nombre o representación de la Rama Judicial.

Lamentablemente, en estos días se ha materializado lo que esperábamos, hemos perdido en nuestro grupo togado muchos compañeros, jurídicamente maduros, quienes tenían mucho esmero en servirle a su pueblo, pero que las condiciones laborales post-Plan de Ajuste de la Deuda, al ser inciertas, no eran sostenibles a nivel personal.

No critico, juzgo o culpo a ninguno de los compañeros y compañeras que tomaron la decisión de renunciar antes de la vigencia del PAD, ya que fue una decisión pensada y analizada con la información, o ausencia de la misma, que todos tenían a su disposición. Pero este momento histórico debe llevarnos a reflexionar sobre la estabilidad de nuestro sistema republicano de gobierno, donde el poder lo ostenta el pueblo, y tiene tres ramas independientes una de otra para velar por nuestra vida en sociedad.

Por un lado, la Ley de la Judicatura de 2003, se ha quedado estática, sin ser atemperada al pasar del tiempo. Está en manos de las ramas políticas de nuestro país el traer al presente la piedra angular de la rama judicial, delimitar los parámetros que sean necesarios para que nuestra Judicatura sea una sólida, independiente, y que continúe siendo una rama de excelencia profesional, donde los togados que aspiren a la Judicatura aspiren a una carrera judicial.

Por el otro, Puerto Rico necesita una Judicatura que pueda enfrentar nuestra realidad, y adjudicar los casos y controversias que surjan, luego de las decisiones de la Junta de Supervisión Fiscal y el Tribunal de Distrito Federal en el proceso de quiebra. Tenemos que dar el paso al frente para darle a nuestra Isla un futuro brillante.

Es hora de enrollarse las mangas y hacer el trabajo que tenemos que hacer, con dedicación y excelencia.