Retorno al trabajo: Reto emocional para patronos y empleados
El psiquiatra Víctor J. Lladó hace recomendaciones de cara a la reactivación de las operaciones laborales en la Isla.
Desafortunadamente, muchos patronos solo se están enfocando en la seguridad y asuntos sobre la protección para evitar el contagio del Covid-19. Son pocos los que están tomando en cuenta la salud mental, tanto de empleados como de los gerenciales y supervisores, lo que realmente será el desafío crucial para sobre navegar la crisis actual en el mundo laboral.
De una parte, muchos empleados llegan atemorizados, ansiosos, deprimidos, o desvariados. Por otro lado, la división de Recursos Humanos de las agencias y empresas, tienen que lidiar con los síntomas emocionales que presenta el empleado, a la vez que ellos mismos sufren angustias significativas.
Así las cosas, iniciado el proceso ya en varios lugares, comienzan a surgir muchos conflictos, dada la irritabilidad que trae la frustración crónica por el temor a la contaminación, que se reactiva en ambas partes, y la tensión que produce el enfrentar tantos casos y situaciones de desacuerdos que esto genera. Esta vorágine se agrava, pues en la mayoría de los casos ninguna de las partes está recibiendo ayuda profesional de salud mental.
Este proceso de regreso al trabajo también ha ocasionado cambios en las condiciones laborales, en términos de localización u horarios, entre otras cosas, luego del período prolongado de inactividad de la empresa.
En muchas ocasiones la reapertura está siendo gradual y fragmentada, dependiendo de cuán preparada esté la empresa, y en qué áreas existe menos riesgo de contagio. Este orden de restauración de labores, que puede incluir también, quiénes regresan y quiénes no, incrementa el desasosiego y la ansiedad para ambas partes. Están siendo muchos los desacuerdos y se han radicado ya algunas reclamaciones por empleados y algunos supervisores, debido a los estados emocionales alterados y la dificultad en acoplarse a los cambios que han venido surgiendo.
Ante esta nueva situación, muchos patronos se aprestan ya a revisar e implementar los protocolos de manejo de riesgos, sobre prevención de accidentes, al igual que en términos de manejo de "issues" legales. Todo esto incrementa la intensidad, tanto de la labor como de la tensión en el lugar de trabajo, y tienen que entrar en juego también con urgencia los sectores como división de Recursos Humanos, o los programas llamados PAE o EAP, para asistir al empleado y tratar de atenuar sus ansiedades.
La condición de salud mental de muchos empleados o supervisores será severa, incluyéndose incremento en la incidencia de casos de condiciones postraumáticas, a raíz de la pérdida súbita de familiares cercanos, por quienes todavía están de luto. Otros, presentarán una depresión crónica intensa asociada al prolongado período de aislamiento y distanciamiento de sus familiares, al igual que también debido a las carencias sufridas por la falta de ingresos y/o deficiencias en necesidades básicas como la nutrición.
Bajo este precario estado emocional, la eficiencia y productividad mermará, y pueden incrementarse incidentes agresivos o la conducta inapropiada en el trabajo. Siendo así, Recursos Humanos requiere proactivamente y de un modo preventivo, enfrentar esta realidad. Actividades como adiestramientos especiales a su personal, así como también facilitar y distender la disponibilidad de servicios de ayuda para salud mental, sea privado o a través de los programas como PAE, tendrán que realizarse con premura.
Todo este proceso de manejo del desafío de la reentrada al trabajo en relación a la salud mental, tiene que comenzar con suficiente antelación a la llegada de los empleados. Mucho se puede hacer a través de contacto con ellos por medio remoto, para ir deslindando cuáles serán las asignaciones laborales, y explorar las expectativas y el estado de salud del empleado. Esto permitirá poder diseñar y planificar un retorno eficiente y airoso, identificando de antemano posibles focos de conflictos o dificultades, al igual que también se podrá asistir al empleado en cuanto a sus necesidades de consejería o tratamiento.
El proceso preventivo antes mencionado permitirá detectar a tiempo la otra arista clave de este problema de regreso al trabajo, que está siendo el tema de un buen número de empleados que no desea regresar a trabajar, o que incluso, anticipa que se encuentra enfermo y se propone excusarse de retornar por razones de salud.
Como se verá, la atención dedicada y a tiempo a la salud mental de todos durante este período de retorno laboral, será indispensable para facilitar el éxito de este proceso tan urgente y necesario para la continuación del funcionamiento de nuestra sociedad.
El autor es psiquiatra con más de 40 años de experiencia, tanto en Puerto Rico como en Nueva York. Es psiquiatra ocupacional y forense. Realizó su especialidad en psiquiatría en Upstate Medical Center, Syracuse, NY. Se ha destacado en el área educativa como profesor para el Departamento de Psiquiatría y en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico.