Un joven mexicano que sufrió una brutal paliza fue desconectado el jueves del respirador que le mantenía vivo en un hospital de Nueva York y su corazón fue donado a una niña estadounidense enferma, dijo hoy el hermano de la víctima. El ataque se presume que podría ser de índole racial y aún no hay sospechosos bajo la mira policial.

La familia de Fausto Armenta – quien estaba a punto de cumplir 21 años – accedió a desconectar el respirador debido a que el joven se encontraba en un estado de muerte cerebral. Armenta fue salvajemente golpeado la madrugada del 30 de mayo en el barrio de Corona, en el condado de Queens.

‘Lo desconectamos a las 12.40. Me sentí destrozado’, dijo a la AP el hermano mayor de Fausto, Juan Armenta.

El corazón del joven mexicano, nacido en Platanar, en el estado de Guerrero, fue donado a una niña estadounidense de siete años que padece una seria enfermedad cardíaca. Por motivos de privacidad, el vocero de Elmhurst Hospital, Darío Centorcelli, no especificó qué enfermedad padece la pequeña, pero destacó que Armenta le salvó la vida.

‘La familia, al menos, se sintió bien por eso. Es una familia muy buena, muy cariñosa’, dijo el vocero.

Juan Armenta explicó que su hermano salió con una amiga al cine el 29 de mayo y que no se supo más de él hasta el día siguiente, cuando las autoridades descubrieron su cuerpo cerca de la casa donde vivían ambos hermanos, en Corona.