Líderes republicanos de Texas piden a Mark Cuban que venda los Mavericks
La polémica es por la decisión del dueño de no tocar el himno nacional de Estados Unidos durante los pasados 13 partidos disputados como local.
AUSTIN, TEXAS - La decisión de los Dallas Mavericks de no tocar el himno nacional durante los pasados 13 partidos disputados en su campo del American Airlines Center ha puesto de nuevo en el ojo del huracán al multimillonario dueño del equipo, Mark Cuban, a quienes ya le han pedido que lo "venda".
Aunque Cuban ya ha dado marcha atrás a su decisión y esta misma noche se volvió a interpretar el himno durante el partido que disputaron los Mavericks contra los Hawks de Atlanta, los políticos texanos calificaron sus acciones de falta de respeto hacía una gran mayoría de ciudadanos que sí desean mantener una tradición emblemática.
Nadie en el Capitolio de Texas ha aceptado la explicación del polémico Cuban, que la decisión la tomó mientras mantenía conversaciones con algunos miembros de la comunidad que no estaban de acuerdo con que se tocase el himno nacional antes de cada partido.
Los legisladores texanos, especialmente los republicanos, que ya han adelantado que van a revisar todo lo relacionado con la exención de pagar impuestos al que está acogido el American Airlines Center, calificaron la actitud de Cuban de "hipócrita" y falta de respeto a lo que debe ser una verdadera democracia.
Por su parte, el vicegobernador republicano Dan Patrick instó a Cuban, en un tuit, a "vender la franquicia y algunos Patriotas de Texas la comprarán".
Mientras, desde la NBA, el comisionado Adam Silver, a través de un comunicado fue categórico este miércoles al reiterar su política de siempre de que "todos los equipos tocarán el himno nacional".
Silver ya adelantó también a los 30 equipos de la liga, que todo tipo de protestas sociales y apoyo al movimiento "Black Lives Matter", que se dieron durante el final de la pasada temporada en la burbuja de Orlando, no se iban a volver a repetir esta temporada.
La NBA, tuvo más de 1.000 millones de dólares en pérdidas, y las audiencias de televisión fueron las peores de su historia.