El año en que renació la música navideña boricua
Un recuento de lo que sucedió en 1985 cuando las canciones de doble sentido fueron desplazadas y relegadas a un tercer plano.
En la Navidad de 1983, el que se convirtió en el mayor éxito radial no tenía nada que ver con lo que se celebra en esa temporada. La orquesta de Wilfrido Vargas había sacado al mercado su LP “El funcionario” y de ese disco se comenzó a promover -en diciembre- el tema “El africano”, cuyo coro era aquella frase que decía “Mami, ¿qué será lo que quiere el negro?”.
Un año después sucedió algo similar, pero esta vez con el Conjunto Quisqueya, que grabó un disco con el recordado trovador Tavín Pumarejo como invitado especial. De la producción “Merengues jíbaros” comenzó a promoverse el tema “La finquita”. “Límpiale la finca a la viudita Tavín, pa’ que se la dejes limpiecita”.
El problema con esos temas no era que no tenían nada que ver con la Navidad, sino que fueron vistos como de “doble sentido”, un fenómeno que venía ocurriendo en la música navideña de Puerto Rico desde, al menos, una década antes.
A ese momento -año 1984- temas como “Dame el agua, Elías”, “El túnel”, “Con la pulla doblá”, “El violoncello”, “Déjenmela ver”, “Ajo del país”, eran parte del repertorio navideño en la mayoría de las estaciones de radio. Ciertamente se grababan canciones de “buen sentido”, pero las otras acaparaban la mayoría de las ondas radiales.
La mejor definición de lo que significa el doble sentido la ofreció el fenecido abogado y musicólogo Pedro Malavet Vega en su libro “Navidad que vuelve: la tradición y el cantar navideño en Puerto Rico”, publicado en 1987.
“¿Qué es el doble sentido? Decir una cosa con la intención maliciosa de que se entienda otra. Como la denominación indica, las palabras o frase no son entendidas en su sentido literal, común o corriente, sino que el compositor deliberadamente las utiliza con un significado distinto, el cual será fácilmente entendible por el que escucha. Hay en las palabras, pues, dos sentidos: uno literal y otro entendible. Este último es el que el autor realmente quiere transmitir… Aunque el doble sentido puede tomar varias formas, el que más se usa es el doble sentido de contenido sexual”, escribió Malavet Vega.
El músico y compositor Herminio de Jesús, uno de los fundadores de la Tuna de Cayey, dice en su libro “Historia de la celebración navideña en Puerto Rico” que “el doble sentido tomó auge en la década de 1970 hasta mediados de la década de 1980… Sin embargo, para mediados de la década de 1980 surgió un contraataque por intérpretes que -sin ponerse de acuerdo- grabaron producciones con profundos mensajes de corte social y espiritual para enaltecer la época navideña…”.
Es posible que la saturación que provocaron esas canciones haya motivado a artistas que nunca habían grabado música navideña a incursionar en esa rama y a otros que ya habían grabado en Navidad a mantenerse en su línea “decente” porque cuando llegó la Navidad de 1985 todo cambió.
El 22 de diciembre de 1985, la periodista Migdalia Santiago Vidal planteaba en el periódico El Mundo (Telerevista): “No hay dudas de que la programación radial para esta temporada navideña sufrió un cambio. Un cambio favorable que redunda en beneficio para los cantantes típicos y el pueblo en general. El doble sentido perdió terreno, dominando fuertemente los temas con mensajes espirituales o por lo menos con un aire típico. Se ha percibido un verdadero renacer hacia las tradiciones de nuestro pueblo”.
Danny Rivera había comenzado a hacer “contrafuerza” al fenómeno del doble sentido desde un año antes, cuando en 1984 publicó una producción de villancicos titulada “Pido paz”, pero fue en el 85 cuando su esfuerzo no fue solitario.
Rivera lo confesó en una entrevista publicada el 29 de diciembre de 1985 en la Telerevista de El Mundo: “Observamos que la música navideña nuestra se estaba deformando de una manera alarmante. Por eso el año pasado hice un disco de villancicos. Para hacerle contrafuerza a esa otra fuerza que pueda dañar o desvirtuar y que ya venía rompiendo la tradición de la Navidad puertorriqueña”.
Así fue la cosecha de ese año
El “contrataque” no planificado lo lideró Danny Rivera, quien publicó ese año su disco “Controversia” junto a los Cantores de San Juan y el Grupo Alpha IV. Decimos que lo lideró por la cantidad de temas que se escucharon simultáneamente y fueron éxitos que hoy son clásicos: “El cardenalito”, “El coquí” y “Controversia”. Pero también, el álbum tenía temas como “Trulla para ti”, “De mi voz nació la luz” y “Plena de los Cantores”, entre otras. La producción fue de Gladys Hernández y Vicente Carattini bajo la dirección musical de Javier Hernández.
Nano Cabrera publicó su disco “Dame la paz” del que el mayor éxito fue “Dame la paz con tu mano”, pero también se escuchó mucho “Controversia amorosa” con Nelly Croatto como cantante invitada. También tenía temas como “Para ti es mi regalo” y “Dios”, entre otros. Fue grabado para el sello Music City bajo la producción ejecutiva de Nelson Velázquez y la dirección musical de Cabrera.
El espectáculo “Repica ese güiro y canta”, presentado en el Teatro Tapia a principios de diciembre de 1985 y publicado luego como LP, le permitió al cantautor Rafi Escudero colocar en la lista de éxitos el tema que da título al disco. La producción es una recopilación de viejos temas navideños de la tradición puertorriqueña, interpretados en vivo, más unos temas nuevos que Escudero escribió para la producción.
La Tuna de Cayey también presentó ese año su disco “Un regalo navideño para tí”, producido por Jorge Guzmán, y que incluyó temas como “La parranda de los instrumentos”, “Doña Esperanza”, “Serenata de coquíes” y “Al llegar aquí”, entre otras. El disco estuvo auspiciado por Mueblerías Mendoza.
En la salsa, El Gran Combo produjo ese año uno de los discos más vendidos desde ese momento, confirmó a NotiCel el dueño de Viera Discos en Toa Baja, Richie Viera. “Nuestra música”, una producción de Ralph Cartagena, de inmediato convirtió en éxitos “La fiesta de Pilito” y “No hay cama pa’ tanta gente”, pero con el tiempo, “El arbolito” también se agregó a la categoría de clásicos. La dirección musical fue de Rafael Ithier.
Pero la canción que, para muchos, recuerda más la Navidad del 85 fue el súper éxito de Tony Croatto “Niño Jesús”, incluido en su producción “Mi lucha”. La composición de Arundel se convirtió de inmediato en la favorita de muchos puertorriqueños. Aunque el disco no era uno navideño, “Niño Jesús” ayudó a que fuera uno de los más vendidos en esa temporada. La producción fue de Croatto para Velvet Records.
Ciertamente, otras producciones se publicaron en esa Navidad tales como “Navidad sin tí” de Johnny Ventura, con el éxito “Ley seca”, entre otras. Mientras, Sonia López y su Tremendón Combo publicó el sencillo “El canto”, interpretado por Deddie Romero.
El Conjunto Quisqueya y Tavín Pumarejo volvieron a la carga con “La finquita 2”, pero no tuvo repercusión radial.
“Eso fue un verdadero despertar”, expresó a NotiCel la locutora y productora radial Judith Felicié.
“Hubo una ofensiva hacia la defensa de nuestra cultura y los valores que se expresan en la Navidad, es decir, fue una reacción para hacer valer esa tradición y lo mejor fue que el público los avaló”, afirmó Felicié, productora del programa “Voy y cultura” en Radio Universidad de Puerto Rico.
Para el 86 el cambio estaba establecido
El 14 de diciembre de 1986, la periodista Migdalia Santiago Vidal escribió en El Mundo (Telerevista, p.2):
“A pocas semanas de la Navidad ya se percibe en el ambiente un cambio significativo… un renacer en la verdadera música navideña. Tal parece que se desató un movimiento o una ‘guerra’ con el fin de sacar del aire los temas chabacanos, de doble sentido, que desvirtúan el verdadero sentir de la temporada y por ende, el emotivo significado que conocemos: el nacimiento del Niño Jesús. La radio, que estuvo saturada por casi una década de temas como ‘El Africano’, ‘La finquita’, le dio un adiós a la chabacanería para arremeter con melodías alegóricas a la temporada. Cantantes que antes no grababan temas navideños se animaron este año, mientras otros continuaron con su tradición”.
Ciertamente, uno de los artistas nuevos que aparecieron con un disco de Navidad por primera vez en el 86 fue José Nogueras, quien produjo un LP con Ismael Miranda, que hoy es considerado un clásico: “Versos de nuestra cultura”.
“Era lógico que comenzaran a surgir todas esas canciones”, dijo Nogueras a NotiCel.
“Había una corriente subterránea desde los años 70 en la que todos estábamos conectados. El Topo, Silverio Pérez, Andrés Jiménez, Roy Brown, yo… todos estábamos conectados musicalmente. Éramos un corillo. Quiere decir que, aunque yo no sabía nada de lo que ellos estaban grabando, todos teníamos el mismo pensamiento”, recordó.
“La corriente subterránea se dio para tener la sensibilidad, que se unía a nuestra crianza. Todo eso forma a la persona. Teníamos un buen bagaje y por eso fue toda una época de hermandad y fraternidad que se tradujo en canciones”, explicó.
Pero, aunque estaba consciente del fenómeno de las canciones de doble sentido, Nogueras afirmó que no fue el motivo para comenzar su producción navideña en 1986.
“No fue motivo para mí el que hubiera tantas canciones de doble sentido. No estaba pendiente a lo que hacían los demás. Me senté y sentí deseo de escribir y muchas ya estaban escritas. Esa nunca fue mi línea (el doble sentido). Yo me crié en otra onda. Mi línea era Ramito, Germán Rosario, Ismael Rivera, y otros”, reveló.
Nogueras afirmó que esa producción con Miranda le abrió puertas para otras aventuras discográficas y “poner en circulación mis canciones”.
En el resto de la década del 80, Danny Rivera continuó grabando excelentes discos, al igual que Nogueras, Croatto, Cabrera, Poldo Castro, la Tuna de Cayey, Julio Ángel, los Cantores de San Juan, Cheo Feliciano, Ismael Miranda, además del surgimiento de nuevos grupos de música criolla como Jataca, Flor de Maga y Guayciba, entre otros.
“Aportaciones como estas reencausaron nuestra música navideña. Aunque periódicamente, en años posteriores, ha resurgido uno que otro tema con extrema picardía, ya no se hace con la frecuencia de antaño”, afirmó en su libro De Jesús.
“Yo lo veo como que esos artistas quisieron recordar al público qué es la verdadera Navidad”, comentó Felicié, cuya voz también se escucha en las ondas de Radio Paz AM.
“Y pienso que de ahí también fue que partió la renovación de nuestro instrumento nacional y marcó un despertar de nuestra puertorriqueñidad independientemente de la temporada. Y de ahí no hemos parado”, manifestó.
Fuentes consultadas:
De Jesús Figueroa, Herminio. Historia de la celebración navideña en Puerto Rico. Editorial Divinas Letras, 2015.
Malavet Vega, Pedro. Navidad que vuelve: la tradición y el cantar navideño en Puerto Rico. Edición del autor, 1987.