La música popular y el orgullo de la raza negra
Una muestra de cómo se ha reflejado en la música popular puertorriqueña
Resaltar el orgullo que se tiene por su raza es, por lo general, una respuesta emotiva a circunstancias diversas que pueden reflejarse en elementos culturales como la literatura, el deporte, las artes o la música.
En el caso de la raza negra, por la histórica y abusiva discriminación que se ha tenido contra ella, esas respuestas pudieran ser más numerosas. De hecho, en la música se han identificado infinidad de muestras de cómo ese orgullo se puede manifestar en canciones.
Ejemplos hay muchos, pero cuando se piensa en los sucesos que siguen ocurriendo en Estados Unidos a raíz de la muerte de George Floyd, surgen en la memoria muchas de esas canciones que resaltan el orgullo, la belleza y la igualdad de la raza negra.
“La música se convierte en un mecanismo idóneo para develar cómo los puertorriqueños negros se perciben y reconstruyen su identidad racial”, dice la doctora Bárbara Abadía Rexach en su artículo “(Re) pensando la negritud en la música popular puertorriqueña”.
Vea: Racismo y música popular en Puerto Rico
En un artículo anterior, NotiCel tocó el tema del racismo con ejemplos de cómo se ha reflejado en la música popular de Puerto Rico y señaló como vertientes las canciones que mencionan sucesos reales o imaginarios y el tema de la esclavitud.
Para esta vertiente de las canciones que muestran el orgullo de la raza, un primer ejemplo puede ser el tema “Raíces”, composición del recordado actor y cantante Israel “Shorty” Castro y que grabara Celia Cruz con la Sonora Ponceña en la producción “La Ceiba” de 1979.
El tema habla sobre el orgullo que siente el autor de su ascendencia negra y de cómo sus ancestros lucharon para superarse, pero al mismo tiempo exhorta a no olvidar el maltrato histórico recibido. “Vivo orgullosa de mi ascendencia, vivo orgullosa de mi raza negra. De aquellos hombres que fueron tan maltratados, esa es mi gente... Mis raíces vienen del África negra”.
“Pueblo negro”, composición de Johnny Ortiz, describe a la raza negra como un pueblo de valor, de fe, de alma y sentimiento con esperanzas como todos. “Pueblo negro, raza altiva en su color, cuna de mil esperanzas si la dicha alcanza algún triunfo mayor. Pueblo de alma y sentimiento… terreno de pasiones y sueños… yo sé los anhelos de tu piel”.
Fue grabada en la producción “Johnny, Celia and Pete” para Fania Records en 1978.
Otros temas utilizan el elemento jocoso para describir sus sentimientos. El veterano cantante Luigi Texidor lo hizo en el clásico “Nací moreno” o "Moreno soy" cuando dijo: “Yo nunca voy a la iglesia, yo no conozco ni al cura, pero me siento bien orgulloso con estas cuatro manos de pintura”.
El tema fue compuesto por Francisco “Chalina” Alvarado y fue grabado por la Sonora Ponceña y por la orquesta de Bobby Valentín en el mismo año: 1978.
También tenemos la canción “No escondo a mi abuela” interpretado por el Conjunto Canayón, que habla sobre el orgullo de que su abuela sea negra y que no hay por qué esconderla. “Que mi abuelita era negrita yo no lo niego ni lo escondo porque ella trajo al mundo a mi santa madrecita y vete a verla en mi casita que siempre en la sala está porque ella es la princesita de su nieto y su mamá. Eso de ‘tu abuela donde está?’, que va, eso conmigo no va, no va”. El tema fue grabado en la producción “Criollo y más” de 1982.
Pero la canción ícono de esta perspectiva lo es, sin duda, el himno del gran Tite Curet Alonso “Las caras lindas”, grabado por Ismael Rivera en su disco “Esto sí es lo mío” en 1978.
Es prácticamente unánime el consenso de que esta canción es la máxima oda. El compositor eleva a la raza negra al nivel de la poesía, al nivel del más profundo sentimiento humano. “Las caras lindas de mi raza prieta, tienen de llanto, de pena y dolor, son las verdades que la vida reta, pero que llevan dentro mucho amor. Somos la melaza que ríe, la melaza que llora. Somos la melaza que ama y en cada beso es conmovedora”.
“La representación reflexiva de Tite Cute en ‘Las caras lindas’ genera una convergencia afirmativa entre la identidad racial y la identidad cultural. El dolor y la injusticia que han aquejado a la raza negra durante siglos se transfigura en belleza, en humor y en arte. En cierto sentido es una canción autobiográfica que describe su propia persona como artista y su identidad como negro y el lugar que Curet ocupó en la sociedad puertorriqueña hasta su muerte”, indicó Abadía Rexach.
Estos pocos ejemplos comprueban que la música popular puertorriqueña ha sido uno de los vehículos favoritos para esa respuesta emotiva con la que los negros expresan el orgullo por su raza.