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Nayib Bukele celebra su abrumador triunfo en El Salvador

El presidente reelecto festejó su victoria en las elecciones presidenciales de este domingo con "más del 85% de los votos" escrutados y empezó a recibir felicitaciones de las cancillerías de países vecinos.

El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, habla durante una conferencia de prensa, este 4 de febrero de 2024 en un hotel capitalino en San Salvador (El Salvador).
Foto: Javier Aparicio

SAN SALVADOR — Por esperado no dejó de ser sorprendente. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se autoproclamó la noche del domingo vencedor de las elecciones con más del 85% de los votos, una rotunda victoria a falta de los datos oficiales que debía haber sido un momento de celebración, pero el mandatario lo convirtió en un discurso contra aquellos que, según él, lo critican, apuntando hacia los periodistas.

En una plaza llena, miles de salvadoreños se congregaron frente al Palacio Nacional con banderas, camisetas y gorras color celeste del partido Nuevas Ideas (NI) de Bukele, para festejar con el presidente el nuevo mandato. Y no falló. Dio un espectáculo a lo grande, como no podía ser de otro modo con este antiguo publicista, con un juego aéreo de decenas de drones acrobáticos iluminados de azul, que formaron la letra "N".

"Gracias, El Salvador. Este día El Salvador ha roto todos los récords de todas las democracias en toda la historia del mundo", dijo Bukele en el balcón del Palacio Nacional al inicio de su discurso de la victoria, mientras sus seguidores coreaban su nombre y hacían tronar las trompetas.

Y es que según su recuento interno a falta de los datos oficiales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), lograron "la presidencia de la República" por más del 85 % de los votos, y un drástico control de la Asamblea con 58 de los 60 diputados "como mínimo", aunque, anotó, "es posible que sean más". Esta situación convierte a El Salvador en un país de "partido único en un sistema democrático", con una oposición "pulverizada", sentenció.

Bukele se iba así creciendo, destacando su principal logro: El Salvador pasó de ser "el país más inseguro del mundo" en 2015, a ser declarado, según sus palabras, el "más seguro del hemisferio occidental".

Ante estos avances, "el pueblo habló de la manera más contundente de la historia" con ese apoyo en las urnas, por lo que arremetió contra todos aquellos que lo critican, como periodistas, ONG y los organismos internacionales, sin hacer caso a la decisión del pueblo salvadoreño. "Si eso no les convence, nada les va a convencer".

Entre los dardos, muchos fueron dirigidos a "un periodista español", al que le tocó ser el ejemplo de todos los males de la profesión por haberle acusado de "desmontar la democracia", con medidas como la destitución de jueces para sustituirlos por otros magistrados afines.

Sin aplausos

Los críticos recordaron que la reelección no estaba reflejada en la Constitución salvadoreña, que prohíbe dos mandatos consecutivos para evitar que algún presidente se acomode de manera permanente, interrumpiendo la democracia en el país. El "dictador más cool del mundo mundial", como se autodefinió Bukele, no opina igual.

De su lado, la población en general le dio el visto bueno, porque con la imposición del régimen de excepción hace casi dos años, El Salvador había visto de golpe cómo pasaba de ser considerado uno de los países más peligros del mundo, con una tasa de homicidios en 2015 de 103 por cada 100 mil habitantes, a los 2.4 del año pasado.

Más de 75 mil personas fueron detenidas bajo ese régimen por su supuesto vínculo con las pandillas y el crimen organizado, pero organizaciones defensoras de derechos humanos denunciaron que miles de ellos eran inocentes, arrestados para cumplir con ciertas cuotas de detenidos y mostrar en poco tiempo la contundencia de la medida.

El miedo se generalizó entonces entre el perfil de la población que tenía más posibilidades de acabar entre rejas: hombres jóvenes que viviesen en barrios que hasta no hace mucho controlaban las pandillas.

Algunas organizaciones defensoras de derechos humanos ya avisaban esta semana de las consecuencias de la inconstitucional reelección de Bukele, asentándose en el poder.

Rina Montti, de la organización humanitaria Cristosal, lamentaba que "con mucha más claridad se va a legalizar totalmente la dictadura".

"Lo que sabemos es que la escala de violaciones a derechos humanos ha sido constante durante el período de Bukele, por tanto lo que podemos esperar es que eso solo pueda seguir creciendo, porque a nivel discursivo todo apunta a que va a continuar con ese tipo de medidas, con ese tipo de política pública", explicó a EFE la activista.

Bukele había roto silencio electoral

Bukele rompió el silencio electoral en una conferencia de prensa celebrada en un hotel de la capital para pedir a la población que votara por su reelección y por el mantenimiento de la mayoría absoluta en el Congreso, y así poder continuar su "guerra contra las pandillas".

Un régimen de excepción, aprobado en marzo de 2022 y prorrogado en 22 ocasiones por el Congreso que se convirtió en la principal apuesta de Bukele para ser reelegido.

"Estas elecciones, no oficialmente, pero vienen a ser un referéndum de lo que estamos haciendo en El Salvador", afirmó el presidente, quien agregó: "Nosotros no estamos reemplazando la democracia, nosotros estamos trayendo la democracia a El Salvador".

Los comicios se desarrollaron en medio de la polémica sobre la legalidad de la candidatura de Bukele. Son al menos seis las disposiciones constitucionales, de acuerdo con juristas y expertos consultados por EFE, que prohíben la reelección inmediata.

Fue en un auto emitido por la Sala de lo Constitucional, compuesta en parte por exasesores del Gobierno de Bukele y exabogados de altos funcionarios, en la que el oficialismo salvadoreño se basó para lograr inscribir su candidatura.

Ante los señalamientos de autoritarismo, Bukele negó este domingo que El Salvador urja una reforma constitucional que contemple la reelección indefinida.

"Creo que no es necesaria la reforma constitucional" y "no, no creo que debería de incluirla" (la reelección indefinida), sostuvo.

Una jornada entre señalamientos y ataques a la prensa

A media jornada de los comicios, representantes de los partidos de oposición Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha) y Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN,izquierda) denunciaron "anomalías" en la integración de las juntas receptoras de votos.

Por su parte, la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) denunció al menos 110 agresiones a la prensa, una cifra superior incluso a la registrada en un solo año por este gremio.

Al cierre del horario oficial de votación, Bukele se quejó de que numerosos salvadoreños residentes en el extranjero no pudieron sufragar porque cerraron los colegios electorales, a pesar de que numerosas personas aguardaban en las filas. "Este es un delito en nuestro país y los responsables deberán ser procesados", advirtió.

El ente electoral no se ha pronunciado respecto al adelanto de los datos dados a conocer por Bukele ni por la conferencia que dio el mandatario en medio del silencio electoral.

De confirmarse los datos del escrutinio preliminar, Bukele se convertirá el primer presidente de El Salvador en reelegirse a pesar de la prohibición constitucional desde que el país dejó una dictadura militar de varias décadas y entró en democracia.