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Siguen buscando restos tras la tragedia del sumergible

Faltan por responder detalles sobre qué sucedió, cuándo se produjo la implosión y también cuáles fueron las causas del accidente.

Una imagen de satélite proporcionada por Maxar Technologies muestra las operaciones de búsqueda y rescate asociadas con el sumergible Titán.
Foto: EFE

Un día después de confirmarse la implosión del sumergible Titán y el fallecimiento de sus cinco ocupantes, las labores de recuperación de los restos del aparato continuaron este viernes, en un intento por dar respuesta a las incógnitas sobre la tragedia.

A través de un comunicado, la empresa Pelagic Research Services, dueña del vehículo dirigido por control remoto (ROV) que encontró ayer los restos, confirmó que hoy se ha llevado a cabo una nueva inmersión.

Así, el ROV Odysseus 6K de Pelagic Research Services se lanzó hoy desde el buque Horizon Arctic a las 15.30 GMT en el Atlántico Norte para regresar al sitio de escombros de Titán, detalló la compañía.

"La misión es continuar con el mapeo y la documentación del área y ayudar en cualquier recuperación directa de escombros", apuntó.

La Guardia Costera de Estados Unidos anunció el jueves que se habían encontrado unos "escombros" cerca de la zona donde se hallan los restos del Titanic. Posteriormente confirmó que los restos correspondían a la parte externa del sumergible Titán, desparecido desde el domingo con cinco personas a bordo.

El contralmirante John Mauger, de la Guardia Costera, confirmó que los ocupantes habían fallecido, minutos después de que lo adelantara la compañía dueña del sumergible, OceanGate.

Mauger afirmó que las labores de rescate de restos iban a continuar, en un objetivo de dar respuesta a la tragedia que comenzó el domingo, después de que OceanGate denunciara que había perdido el contacto con el sumergible.

En el aparato viajaban el millonario empresario paquistaní Shahzada Dawood con su hijo Suleman, estudiante de 19 años; el explorador británico Hamish Harding; el explorador francés Paul-Henry Nargeolet y el consejero delegado de la firma OceanGate, Stockton Rush.

Según los pocos datos que ofreció Mauger, unas horas después del hallazgo, los expertos determinaron que los restos "son consistentes con una implosión catastrófica", es decir, una rotura y hundimiento provocados por la mayor presión del exterior.

Faltan por responder detalles sobre qué sucedió, cuándo se produjo la implosión y también cuáles fueron las causas del accidente.

Aunque las familias de los fallecidos no han hecho ninguna declaración al respecto, en los medios estadounidenses se publican hoy artículos y análisis que afirman que estos podrían demandar a la compañía por haber llevado a cabo el viaje, pese a las advertencias sobre su peligrosidad.

Con la esperanza de encontrarlos con vida, Estados Unidos, con la ayuda de Canadá, lanzó el pasado domingo una operación de rescate con barcos, aviones y drones sumergibles.

En ella participaron efectivos, públicos y privados, de EE.UU., Canadá, Francia y el Reino Unido, que intentaron peinar el área ubicada aproximadamente a 900 millas (1.450 kilómetros) del Cabo Cod de Massachusetts.

La misión de bajar a ver los restos del barco, hundido en 1912 tras colisionar con un iceberg, tenía que haber durado diez horas. La empresa OceanGate Expeditions era la dueña y operadora del sumergible, empleado para llevar a cabo expediciones en aguas profundas.

En su página web, la compañía ofrece viajes de ocho días y siete noches para visitar los restos del Titanic, que se encuentran a unos 3.800 metros de profundidad, por un precio aproximado de 250.000 dólares.

En un comunicado, la compañía se despedía ayer de los fallecidos describiéndolos como "verdaderos exploradores que compartían un espíritu distintivo de aventura y una profunda pasión por explorar y proteger los océanos del mundo".