Lula apela a la unidad y Bolsonaro golpea con corrupción en la última propaganda
Mañana domingo será la segunda vuelta de las elecciones en Brasil.
SAO PAULO - El exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva apeló este viernes a la unidad de los demócratas, mientras que el presidente Jair Bolsonaro atizó a su adversario con la corrupción, en el último día de propaganda gratuita en televisión antes de la segunda vuelta electoral del domingo.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT), favorito en los sondeos, prometió "construir un nuevo Brasil", con "oportunidades para todos", "libre del hambre", con un salario mínimo revalorizado por encima de la inflación y una "salud pública de calidad".
"Un país con democracia, sin armas, donde el amor prevalece ante el odio", apuntó el exjefe de Estado, que gobernó el país entre 2003 y 2010.
Lula promete "paz y unión"
Lula, quien en su intervención no atacó directamente al líder ultraderechista, sacó pecho del amplio frente que ha reunido en torno a su candidatura con "gente de centro, de izquierda y de derecha".
Fue en ese momento que apareció una imagen de la senadora centroderechista Simone Tebet, tercera más votada en la primera vuelta y que decidió apoyar en el balotaje a Lula, ganador de esa primera ronda con un 48.4 %, frente al 43.2 % que obtuvo Bolsonaro.
Lula, que en muchas de las imágenes salió vestido de blanco en vez del tradicional rojo del PT, volvió a rescatar imágenes de un antiguo encuentro con el papa Francisco y afirmó que "Brasil necesita paz y unión".
Terminó su propaganda con una música cantada por una voz femenina que hablaba de la "esperanza" del mañana y que se mezcló con imágenes de un Lula repartiendo abrazos y rodeado de niños.
El expresidente tuvo, sin embargo, que ceder parte de su bloque para un "derecho de respuesta" de Bolsonaro decretado por la Justicia electoral, que en las últimas semanas también dictó fallos similares en favor del dirigente progresista.
Bolsonaro usa a Neymar y el himno
La campaña del capitán retirado del Ejército aprovechó para "desmentir" a Lula sobre los datos de inflación del país, que atribuyó a la pandemia de coronavirus y la guerra en Ucrania.
También prometió subir el salario mínimo por encima de la inflación, pese a que la prensa local filtró un borrador del Ministerio de Economía que decía lo contrario.
"Sobra dinero sin la corrupción en Petrobras", afirmó una mujer, en referencia a los escándalos en la petrolera estatal destapados en los Gobiernos del PT (2003-2016).
En la propaganda de Bolsonaro volvieron a abundar los colores verde y amarillo de la bandera de Brasil.
Fue entonces cuando aparecieron populares cantantes de música sertaneja -una especie de 'country' brasileño-, como Gusttavo Lima, para cantar "El capitán del pueblo", la canción de la campaña bolsonarista.
Acto seguido, entró en escena Bolsonaro, de camisa blanca y con un bolígrafo Bic en el bolsillo frontal de la misma, con el que quiso demostrar su fuerza. A lo largo de su mandato, que empezó en 2019, el presidente se ha vanagloriado de que su "firma" era la que tenía más poder del país.
Bolsonaro insistió en que "ordenó las cuentas de Brasil" a pesar de la pandemia y de la "guerra de allí afuera", en relación a la invasión militar rusa en Ucrania.
"Pido la oportunidad de mostrarles que Brasil es de todos los brasileños", manifestó, para segundos después pedir "unirse para luchar por la patria" porque "la libertad está por encima de todo".
Bolsonaro también volvió a utilizar el apoyo de Neymar, la estrella de la selección brasileña de fútbol. "Bolsonaro elegido, Brasil campeón (en el Mundial de Qatar) y todo el mundo feliz", afirmó el delantero del París Saint-Germain.
Para terminar, un grupo de personas de diferentes razas y regiones del país, muchos de ellos negros, cantaron el himno de Brasil.
"La esperanza nos mueve, la fe nos une", sentenció el mandatario.