La Casa Blanca se muestra abierta a una nueva reunión de Biden y Putin
Los mandatarios ya se vieron cara a cara en un encuentro presencial en junio de 2020 en Suiza, y en diciembre pasado mantuvieron una reunión virtual en un intento de rebajar la tensión bilateral.
WASHINGTON - La Casa Blanca indicó ayer que no descarta un encuentro entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, si puede ayudar a rebajar la tensión entre los dos países por la concentración de tropas rusas en la frontera con Ucrania.
Así lo indicó la portavoz presidencial, Jen Psaki, en su rueda de prensa diaria ante la falta de progresos en las conversaciones entre ambas partes.
Psaki informó de que este fin de semana Biden se reunirá en la residencia presidencial de Camp David, a las afueras de Washington, con su equipo de Seguridad Nacional y el secretario de Estado, Antony Blinken, para discutir cuáles son "los próximos pasos" a seguir.
Preguntada acerca de la posibilidad de una nueva reunión entre Biden y Putin, la portavoz remarcó que el mandatario estadounidense "siempre ha valorado los encuentros de líder a líder".
"Si ese es un paso que es recomendado, y pensamos que puede ser efectivo en este momento de la discusión, desde luego, el presidente siempre está abierto a reuniones de líder a líder", dijo Psaki.
Biden y Putin ya se vieron cara a cara en un encuentro presencial en junio de 2020 en Ginebra (Suiza), y en diciembre pasado mantuvieron una reunión virtual en un intento de rebajar la tensión bilateral.
El comentario de la portavoz de la Casa Blanca se produce después de que hoy se vieron en Ginebra Blinken y el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en una cita en la que no hubo progresos.
"No esperábamos grandes avances hoy. Pero estamos en un camino claro en términos de entender las preocupaciones de cada uno", señaló Psaki.
La reunión estuvo precedida de una serie de amenazas, como la que pende sobre Ucrania, que ha visto en las últimas semanas agruparse justo frente a su frontera a unos 100.000 soldados rusos, según informaciones proporcionadas por los servicios de inteligencia occidentales, lo que hace temer un plan de invasión.
Lavrov transmitió a Blinken las demandas de Moscú de congelar la ampliación de la OTAN hacia el este, lo que excluiría la posibilidad de una futura adhesión de Ucrania.
Asimismo, Rusia exige el cese de actividades militares y posicionamiento de armas y tropas en los países de la antigua órbita de influencia soviética, en particular Polonia y los tres países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania).
Por su parte, EE.UU. y la OTAN, a través de su secretario general, respondieron con firmeza a tales propuestas señalando que son inadmisibles y que no se puede coartar la libertad de una institución de crecer ni la de un país de querer integrarse a ella.
Ucrania ya sufrió la invasión y anexión de la península de Crimea en 2014 por parte de las tropas rusas.