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La última escapada de Carles Puigdemont

Tras un discurso, el dirigente separatista ha desaparecido en un carro. Poco después, el desconcierto inicial daba paso a la confirmación de su nueva fuga, para esquivar la acción de la justicia, que le reclama por un delito de malversación.

Llegada del líder de Junts Carles Puigdemont a las inmediaciones del Palau de la Generalitat de Catalunya, donde se celebra el pleno del debate de investidura del socialista Salvador Illa como nuevo presidente de la Generalitat, con el apoyo de PSC, ERC y Comuns.
Foto: EFE

Madrid.- El expresidente catalán Carles Puigdemont ha protagonizado este jueves una nueva escapada digna de una novela de espías: se ha esfumado, en pleno día, ante la policía, la prensa y miles de seguidores, tras un sonado regreso a España después de huir de la Justicia durante siete años.

"Hace siete años que nos persiguen por querer escuchar la voz del pueblo de Cataluña", ha proclamado Puigdemont ante unos tres mil independentistas que le arropaban en las proximidades del Parlamento catalán, donde hoy se celebra la investidura del socialista Salvador Illa, ganador de las elecciones regionales del pasado mayo.

Tras el acto, acompañado de un reducido grupo de colaboradores, el dirigente separatista ha desaparecido en un carro. Poco después, el desconcierto inicial daba paso a la confirmación de su nueva fuga, para esquivar la acción de la justicia, que le reclama por un delito de malversación.

¿Cómo ha sido posible? Junto a al menos un agente de la policía catalana -ya detenido-, un bombero y uno de sus más estrechos colaboradores en su partido, el secretario general de Junts per Cataluña, Jordi Turull.

Se esperaba que su regreso cerrase una conflictiva etapa bautizada como el "procés", como se conoció el intento separatista encabezado por el líder de Junts, que puso en jaque al Gobierno español, entonces presidido por el conservador Mariano Rajoy, y terminó con la huida, en 2017.

Sin embargo, esta nueva desaparición abre un abanico de incógnitas sobre su futuro y alimenta la crispación política en España, donde la oposición conservadora y la ultraderecha acusan al Gobierno del socialista Pedro Sánchez de permitir la fuga.

El presidente del intento secesionista

Antes de saltar a la política, Carles Puigdemont trabajó de periodista en esta región del noroeste de España, una de las más pobladas y con mayor peso económico en el país.

Con Convergencia Democrática de Cataluña, partido nacionalista liderado por Jordi Pujol, otro político catalán clave en España, fue alcalde de su ciudad, Gerona, entre 2011 y 2016, antes de dar el salto al Parlamento regional.

Su partido, Junts, es en buena parte heredero de la desparecida Convergencia pero con un giro independentista, con el que Puigdemont presidió la Generalitat, el Gobierno catalán, entre 2016 y 2017.

El 1 de octubre de 2017 se celebró en Cataluña un referéndum de autodeterminación -declarado ilegal por el Tribunal Constitucional español- y el 27 de ese mes el Parlamento catalán aprobó una declaración unilateral de independencia.

Un paso sin precedentes en España que llevó al Gobierno de Rajoy a cesar a Puigdemont, que huyó a Bruselas, mientras varios de sus compañeros en la aventura secesionista terminaron en prisión en España.

La Justicia española buscó su extradición, pero sin éxito pese a que fue detenido en 2018 en Alemania y en 2021 en Italia.

Entonces, su condición de eurodiputado desde 2019 pesó para su liberación, en medio de otro lío en la Justicia europea sobre su inmunidad parlamentaria.

Un embrollo judicial que continúa en España

La posibilidad de regreso de Puigdemont se abrió con la aprobación de una ley de amnistía propiciada por el actual Gobierno socialista español, que preside Pedro Sánchez, a la que se acogieron varios dirigentes independentistas hoy en libertad.

Pero Puigdemont enfrenta una acusación de malversación por el supuesto desvío de fondos públicos para la causa independentista y la Justicia española investiga si tuvo apoyo de Rusia en el proceso separatista.

Las consecuencias que pueda tener la performance de este jueves trascienden el ámbito catalán. Los siete votos de Junts son esenciales en el Parlamento español para que el Gobierno de coalición de izquierda que lidera Sánchez pueda sacar adelante sus iniciativas.

Hoy se abre también un nuevo capítulo en el independentismo catalán, se profundiza la división interna en Junts y la confrontación con los republicanos de ERC, que ahora apoyan la investidura de Illa, que sería el primer presidente socialista tras casi 15 años de gobiernos soberanistas en Cataluña.