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Sánchez se enfrenta a su investidura en medio de una gran presión política por la amnistía

Pedro Sánchez hizo un pacto con los ndependentistas catalanes, que consiguieron una ley de amnistía para los implicados en el proceso secesionista de 2017, lo que desencadenó una fuerte oposición.

Imagen de archivo del hemiciclo del Congreso de los Diputados.
Foto: EFE

Madrid. A veinticuatro horas del debate de investidura de Pedro Sánchez, la presión contra la ley de amnistía para los independentistas catalanes no cesa en España, tanto desde la oposición política como desde la calle, con manifestaciones apoyadas por la derecha que mañana se prevé que se acerquen al Congreso, blindado para evitar incidentes.

El líder socialista, que consiguió el apoyo de los partidos de izquierda, nacionalistas e independentistas para su investidura, en total 179 diputados de los 350 que tiene la Cámara Baja, se enfrentará mañana a un debate bronco, auspiciado por el conservador Partido Popular (PP) y el ultraderechista Vox, los únicos grupos que votarán en contra.

La investidura de Sánchez llega tras semanas de intensas negociaciones con los diferentes partidos, pero la clave fue los pactos con los independentistas catalanes, que consiguieron una ley de amnistía para los implicados en el proceso secesionista de 2017, lo que desencadenó una fuerte oposición en los partidos de derecha y en otros sectores de la sociedad como jueces y empresarios.

Debate de investidura

El debate comienza mañana con el discurso del candidato a la reelección como presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no tendrá límite de tiempo para exponer su programa de cara a los próximos años.

Tendrá ocasión de exponer sus argumentos a favor de esa amnistía a la que antes se oponía y de la que hasta ahora no ha hablado, ya que será un asunto que estará presente en el debate.

Por la tarde intervendrán los partidos de la oposición, de mayor a menor representación, por lo que abrirá el debate el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, cuyo partido ganó las elecciones de julio pasado (137 escaños), pero no consiguió los apoyos necesarios.

Entonces, le llegó el turno a Sánchez, ya que aunque el PSOE tiene menos escaños (121) consiguió reunir los apoyos de 179 diputados.

Le seguirá el líder de Vox, Santiago Abascal, tercer grupo en la cámara, el más duro en sus críticas a los socialistas, y después subirá a la tribuna la líder de Sumar, Yolanda Díaz, cuyo partido, de izquierda, firmó un acuerdo de gobierno con los socialistas.

El debate continuará con los grupos independentistas y nacionalistas de distintas regiones y se cerrará con el partido socialista (PSOE), antes de la votación.

Si, como se prevé, el candidato consigue 179 votos a favor, será investido en primera votación, al conseguir mayoría absoluta. Si no, habría una segunda 48 horas después, para la que necesitaría más síes que noes.

Presión política

Este debate de investidura llega en medio de una gran presión política, con el PP utilizando todos los resortes con que cuenta para oponerse a la amnistía, que califican como una "humillación" para España, desde manifestaciones masivas en las ciudades de España hasta actuaciones en el Congreso y el Senado.

El partido se opondrá en la Mesa del Congreso a la admisión a trámite de la proposición de ley de amnistía presentada ayer por el PSOE, aunque no tiene mayoría suficiente; sí la tiene en el Senado, donde hoy reformó su Reglamento para dilatar la aprobación de esa ley.

La respuesta de Vox hoy fue presentar hoy ante el Tribunal Supremo una querella contra Pedro Sánchez, y contra el líder de los independentistas de Junts, Carles Puigdemont, por cuatro delitos derivados de su acuerdo sobre la ley de amnistía y el pacto de investidura.

Ante iniciativas como la de Vox pidiendo a la Justicia la paralización de la investidura, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, afirmó que quien cuestiona la investidura de Sánchez cuestiona la democracia.

Tensión en la calle

Desde hace once días se producen manifestaciones ante la sede del PSOE en Madrid, que en la mayoría de ocasiones acabaron en violencia por parte de grupos ultraderechistas.

Ante la previsión de que se trasladen este miércoles al Congreso, el Ministerio del Interior ha dispuesto un dispositivo de seguridad en los alrededores de más de 1.600 agentes, indicaron EFE fuentes del Ministerio del Interior, un dispositivo similar a los de partidos de fútbol de alto riesgo.