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Israel defiende con cautela la frontera con Líbano para evitar un segundo frente de guerra

La divisoria entre Israel y Líbano vive su mayor intercambio de fuego desde 2006 y amenaza con convertirse en un segundo frente en paralelo a Gaza.

Los tanques y blindados militares israelíes se reparten a lo largo de toda la frontera de Israel con el Líbano, donde la presencia de uniformados ha sustituido la de civiles.
Foto: EFE

Kiryat Shmona.- Los tanques y blindados militares israelíes se reparten a lo largo de toda la frontera de Israel con el Líbano, donde la presencia de uniformados ha sustituido la de civiles, ya que las pequeñas comunidades pegadas a la linde se han convertido en pueblos fantasma tras haber evacuado a toda su población ante la creciente amenaza de la milicia chií Hizbulá.

La divisoria entre Israel y Líbano vive su mayor intercambio de fuego desde 2006 y amenaza con convertirse en un segundo frente en paralelo a Gaza -donde las tropas israelíes combaten la presencia de Hamás-, lo que ha obligado a la evacuación de más de 60,000 personas a lo largo de 240 kilómetros de frontera.

Ante el goteo de misiles antitanque, cohetes, morteros y proyectiles de los últimos veinticinco días, todos los pueblos a menos de 5 kilómetros de la divisoria, además de la ciudad Kiryat Shmona, con una población de 25.000 habitantes a solo 10 kilómetros de Líbano, están vacíos de personas desde hace más de una semana por orden de las autoridades israelíes.

Esa frontera está en su momento más tenso desde 2006, cuando tropas israelíes e Hizbulá ya libraron una guerra, con intenso intercambio de fuego que no ha cesado desde el 8 de octubre, un día después de que comenzara la guerra con las milicias islamistas de Gaza.

"Gracias a Dios. La gente de esta casa está a salvo porque fueron antes evacuados a hoteles", asegura a EFE Ran Bar Maoz, portavoz de la municipalidad de Kyriat Shmona, mientras señala el reciente impacto de un proyectil lanzado por Hizbulá en una vivienda de la ciudad, evacuada el 20 de octubre después de que una andanada de cohetes dejara tres heridos.

Es la primera evacuación masiva de esta ciudad, donde se han quedado solo 2.700 personas, la mayoría con discapacidad o ancianos que han preferido quedarse en sus casas y a los que el ayuntamiento les proveé de sus necesidades básicas, ante el cierre de todos los establecimientos y supermercados.

"Estamos acostumbrados a lidiar con amenazas terroristas. Pero tenemos confianza plena en que el Ejército israelí defenderá nuestra ciudad y traerá seguridad al Estado de Israel, tanto si se trata de acabar con Hamás en el sur o con Hizbulá aquí en el norte", aseveró Maoz.

En los últimos 25 días desde que se intensificaron las hostilidades, la milicia libanesa ha lanzado decenas de misiles antitanque, cohetes y morteros hacia suelo israelí, donde también han intentado infiltrarse algunos de sus hombres; a lo que Israel ha respondido con intensos ataques con artillería y por aire, incluso con ataques selectivos para matar milicianos.

Esta misma madrugada, Israel interceptó un misil tierra-aire lanzado desde territorio libanés hacia un dron israelí; a lo que la aviación hebrea respondió atacando al origen del lanzamiento; después de que Hizbulá reivindicara cuatro ataques con misiles antitanque la víspera y tropas israelíes devolvieran fuego de artillería.

Los ataques desde el Líbano se intensificaron desde el sábado tras la ampliación de las operaciones terrestres israelíes en Gaza.

"El principal reto para Israel es la posibilidad de que se expanda la guerra desde Gaza a Líbano. En la frontera norte no hay una guerra a gran escala todavía. De momento, la escalada de hostilidades se mantiene confinada en el lanzamiento de misiles", explicó a EFE el analista en seguridad Avi Melamed, exoficial de la inteligencia israelí.

Melamed indica que Hizbulá e Irán -país valedor de la milicia chií- "afrontan el dilema de implicarse o no en una guerra a gran escala" y su estrategia es "intensificar la escalada de forma lenta y gradual" para calcular sus próximos pasos.

"Los ataques de Hizbulá son pequeñas fricciones comparado con lo que pueden hacer. Tienen misiles y cohetes de todos los rangos, capaces de llegar a cualquier punto de Israel", matizó.

Aunque se trate de una escalada todavía considerada de "baja intensidad", las cifras de muertos tampoco tienen precedentes desde 2006, la mayoría en las filas de Hizbulá. Desde el 8 de octubre, han muerto al menos 71 personas a los dos lados de la Línea Azul, la linde establecida por la ONU tras al última guerra.

En Líbano han muerto al menos 63 personas: 49 miembros de Hizbulá, 6 integrantes de milicias palestinas que también han lanzado algunos ataques y 8 civiles -entre ellos un camarógrafo de Reuters-; mientras que de lado israelí las bajas son 7 soldados y un civil.

"Creo que Hizbulá está listo para una invasión dentro de territorio israelí. No sé cuándo pasará, pero sí que el grupo se ha estado preparando para ello intensamente en el último año y medio", apunta Sarit Zehavi, fundadora del centro de investigación ALMA, teniente coronel del Ejército retirada y residente en la zona.

Se refiere a la creciente presencia del grupo chií sobre la Línea Azul, la zona desmilitarizada en la linde controlada por la FINUL desde 2006. Hizbulá ha implantado hasta 30 puestos militares en ella en el último año y medio.