Poco a poco Marrakech vuelve a la normalidad
Aunque en menor número después de las cancelaciones masivas, los turistas siguen visitando las callejuelas de Marrakech y disfrutando de sus restaurantes en las zonas menos afectadas por el terremoto.
MARRUECOS — Marrakech, la perla turística de Marruecos, vuelve poco a poco a la normalidad con sus bazares abiertos y sus motos omnipresentes, que aún tienen que sortear algunos escombros en las calles de la medina.
Aunque en menor número después de las cancelaciones masivas, los turistas siguen visitando las callejuelas de Marrakech y disfrutando de sus restaurantes en las zonas menos afectadas.
Algunos llegaron este mismo miércoles a la ciudad. Como Gill, una estadounidense que recorre con una amiga el centro en un tuk-tuk. El terremoto las pilló en las gargantas del Dades, al este de la ciudad, de vuelta del desierto, y luego fueron a Esauira, una localidad costera al oeste.
Ahora, intentan disfrutar de la ciudad, aunque se encuentran con monumentos cerrados afectados por el temblor. Como el Palacio Badia, ante el que paran para hacerse una foto. "Aunque no lo podamos visitar, me hago una foto para el recuerdo", dice sonriente esta joven de Miami antes de posar frente a la puerta cerrada a cal y canto.
Cerca del palacio, por unas callejuelas aún con montañas de escombros, tres mujeres arrastran sobre las piedras sus maletas de ruedas. Acaban de llegar de Canadá y no saben qué se van a encontrar. "Decidimos venir de todas maneras", dicen.
Y en un café cercano a la judería, el barrio de la medina más afectado por la profusión de casas modestas de adobe, Miguel, de Tarragona, mira el fútbol en su móvil.
"Llegué el viernes y el terremoto me pilló durmiendo. Luego he estado saliendo de Marrakech para hacer excursiones y todo bien. Ahora se puede caminar por la medina, han quitado casi todos los escombros", comenta.
Los turistas que visitan la ciudad ocre se encuentran con algunos monumentos cerrados, como el Palacio Badia y el Palacio Bahía. "It's closed", le avisan los lugareños a una pareja de alemanes.
"¿Sabes por qué está cerrado?", pregunta ella en inglés. "Por el terremoto". "¡Qué pena!", dice, y se marcha resignada.
Para algunos, la normalidad no llegará hasta dentro de un tiempo. Como los habitantes de la judería que se han quedado sin casa y viven bajo los soportales de una plaza próxima. Dicen que algunos se han ido a las afueras, donde son alojados en tiendas.
En Marrakech, estos días algunas tiendas de centros comerciales han cerrado antes y las ambulancias y camiones con víveres o mantas se han escuchado constantemente. También ha sido habitual ver a gente descargando mantas o agua de coches.
Pero son escenas cada vez más esporádicas, mientras la ciudad intenta volver poco a poco a ser ese lugar festivo y bullicioso que atrae miles de visitantes cada año.