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Aumenta la tensión en Kosovo

Serbia ha puesto a su ejército en el máximo nivel de alerta de combate ante escalada en torno a las protestas de los serbokosovares.

El presidedente serbio, Aleksandar Vucic (dcha) y el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Serbia Porfirio (i) durante una conferencia de prensa en Belgrado.
Foto: EFE

En el norte de Kosovo, donde los serbios locales mantienen los bloqueos de carreteras desde el pasado día 10, crecen las tensiones por la elevación de alerta del Ejército de Serbia y las amenazas de Pristina de eliminar a la fuerza las barricadas.

Durante la noche pasada, los serbios instalaron otras dos barricadas, esta vez en la dividida ciudad de Mitrovica, una de las cuatro localidades donde se concentra la minoría serbia en el norte de Kosovo, limítrofe con Serbia.

Una frágil situación de seguridad reina en la zona, donde en la noche del domingo se registraron disparos, aunque hasta el momento se desconocen detalles.

Serbia ha puesto a su Ejército en el máximo nivel de alerta de combate ante las crecientes tensiones, después de responsabilizar al gobierno kosovar de la escalada en torno a las protestas de los serbokosovares.

El presidente serbio, Aleksandar Vucic, aseguró que está haciendo esfuerzos, también internacionales, para rebajar la tensión, pero defendió como legítimos los bloqueos de carreteras.

También acusó a la comunidad internacional de tolerar lo que considera es un intento del gobierno kosovar de expulsar a la minoría serbia del territorio.

Para retirar las barricadas, los manifestantes exigen la puesta en libertad de los expolicías serbios arrestados bajo acusación de crímenes de guerra las últimas semanas, detenciones que la minoría serbia denuncia busca sólo intimidarlos.

También exigen la retirada de las unidades de la policía especial enviada por Pristina al norte, e insisten en que su despliegue viola los acuerdos de normalización, logrados con mediación de la Unión Europea (UE), que dejan las competencias policiales a los serbios.

La tensión entre Pristina, por un lado, y la población serbokosovar y Belgrado por el otro, crece desde hace meses, y estalló con la detención de varios agentes serbios que abandonaron la Policía kosovar en noviembre, junto con otros representantes serbios que se retiraron de las instituciones de Kosovo.

Pristina advierte que si la misión KFOR de la OTAN no elimina el bloqueo de las carreteras, lo harán sus agentes en los próximos días.

El primer ministro kosovar, el nacionalista Albin Kurti, asegura que las barricadas han sido instaladas con instrucciones políticas y financieras de Belgrado.

"Tenemos la fuerza. Tenemos el poder de eliminar las once barricadas instaladas hace dos semanas. Pero la KFOR insiste en que le demos un poco más de tiempo", dijo Kurti a los medios.

Insistió no obstante que esta situación "no puede durar mucho".

"Si la KFOR no está en condiciones de retirar las barricadas o, por razones que desconozco, no quiere hacerlo, entonces tendremos que hacerlo nosotros", dijo Kurti.

La KFOR pidió en varias ocasiones una solución dialogada de la actual tensión y la absteción de cualquier provocación.

Serbia no reconoce la independencia de Kosovo, proclamada por la mayoría albanokosovar en 2008 tras la guerra de 1998/99 y la represión de Belgrado en la década de 1990 por el separatismo albanokosovar.