Volcán de La Palma recobra con fuerza su actividad y arrasa con todo a su paso
La lava, más fluida, quema plásticos y compuestos químicos, lo que ha creado una lluvia ácida diluida.
La lava del volcán de la isla española de La Palma avanza hoy de forma más fluida y se sitúa a unos 1,000 metros del mar. A su paso, ha entrado en una zona de plataneras y ha quemado plásticos de invernaderos y fertilizantes, creando una nube tóxica, ya diluida.
Esta nube no ha supuesto daño o peligro para las personas, dado que se ha mantenido dentro de la zona de exclusión (solo obligó a desalojar a quienes estaban en las inmediaciones con autorización para retirar enseres y productos perecederos) y emanó de la zona de plataneras en la que había amoniaco y tricloruro de boro, entre otros componentes.
El Plan de Emergencia del archipiélago español de las Canarias (Pevolca) no descarta que este episodio pueda repetirse, dependiendo del material que vaya quemando la lava.
Erupción de tipo Hawaiano
En estos momentos, la emisión de lava es mucho mayor que la lanzada a lo largo de la pasada semana y, sobre todo, mucho más fluida, en una erupción de tipo hawaiano o efusivo, según el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).
Después de que el volcán se reactivara ayer tras permanecer prácticamente inactivo unas diez horas, la lava siguió las coladas anteriores -casi detenidas- con un frente significativamente ensanchado y atravesó el centro de la población de Todoque.
Allí, se ha encontrado en su camino el obstáculo de la montaña de Todoque y lo está rebasando por un lateral.
Es precisamente por el "salidero" donde ayer se reactivó la erupción por el que está manando la lava y, aunque sigue habiendo actividad estromboliana en el cráter principal, en estos momentos predomina la fase hawaiana y los expertos no descartan que se puedan volver a producir explosiones bruscas.
Ahora la incógnita es si la lava llegará al mar y, en tal caso, cuándo ocurrirá.
Además, en esta novena jornada de erupción del volcán de Cumbre Vieja, ha aumentado la emisión de cenizas y la altura de la nube de estas alcanza ya los 7,000 metros, lo que obligó a emitir un nuevo aviso VONA para la aviación civil (Volcano Observatory Notice for Aviation), así como a mantener la vigilancia por si puede verse afectado el tráfico aéreo, además de en La Palma, en otras islas canarias como La Gomera y Tenerife.
De acuerdo con los expertos, el volumen estimado, mediante medidas termográficas, del cono generado hasta ahora es de 10 millones de metros cúbicos y la morfología del mismo cambia constantemente, con sucesivos procesos de crecimiento y reconfiguración.
Otros datos a tener en cuenta son la tasa de emisión de dióxido de azufre, que registró el lunes "un decrecimiento marcado", en torno a las 567 toneladas diarias, y la sismicidad, en las últimas horas localizada a una profundidad de unos 10 kilómetros, además de algunos temblores superficiales en las proximidades del cono.
Las deformaciones del suelo se siguen estabilizando en los componentes horizontales y ha habido una disminución en el vertical.
La Palma, declarada zona catastrófica
Los daños causados por el volcán van en aumento: hasta el momento, la lava ha cubierto 258 hectáreas y ha afectado a 686 edificaciones, de las cuales 589 están destruidas, según el último recuento del sistema europeo de observación terrestre Copernicus, mientras que el número de personas desalojadas de sus casas se sitúa en unas 6,000.
Ante esta situación, el Gobierno español ha declarado La Palma zona catastrófica y ha aprobado ayudas por valor de 10.5 millones de euros (unos 12.2 millones de dólares) , de los que 5.5 millones de euros (6.4 millones de dólares) irán destinados a la compra de 107 viviendas y el resto a la adquisición de enseres de primera necesidad, como frigoríficos o cocinas, entre otros, a través de un procedimiento de "tarjeta-monedero".
Esto solo constituye la primera fase de la ayuda, ya que habrá una segunda en la que, cuando cese la erupción, se procederá a un "Plan de Reconstrucción de La Palma", que consistirá en la reparación y restauración de daños en las viviendas, infraestructuras viarias hidráulicas, explotaciones ganaderas, cultivos, zonas forestales y equipamientos públicos, así como la promoción del turismo y la dinamización industrial.