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La Asociación del Rifle de EE.UU. retira la denuncia a la fiscal que pide su disolución

La organización había denunciado ante un tribunal federal que la funcionaria no tenía la autoridad para perseguirlos judicialmente.

En la imagen, la fiscal de Nueva York, Letitia James.
Foto: EFE

NUEVA YORK - La Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés) de Estados Unidos retiró la denuncia que había interpuesto contra la fiscal de Nueva York, Letitia James, que persigue la disolución de la organización por supuesta malversación de fondos benéficos.

La NRA había denunciado ante un tribunal federal que James no tenía autoridad para perseguir judicialmente a la Asociación del Rifle y la acusaba de usar sus poderes como "un arma" en el marco de una "campaña de represalia clara y maliciosa" por su rechazo a los principios de la agrupación.

La decisión de la NRA se produce después de que el pasado 11 de mayo, un juez federal de Texas desestimara una solicitud de bancarrota de la NRA y apuntó que la petición fue presentada "de mala fe" para evitar la demanda contra la organización por parte de la Fiscalía General de Nueva York para disolverla.

En aquel momento, James aseguró que la NRA, con sede en Nueva York, había solicitado la petición de bancarrota en Texas y volver a instituirse en ese estado para tratar esquivar la acción legal iniciada en Nueva York.

Tras el paso dado hoy por la NRA, James aseguró que la retirada de la denuncia "es una admisión implícita de que su estrategia nunca prevalecerá".

"Salimos victoriosos contra el intento de la organización de declararse en quiebra, y nuestra lucha por la transparencia y la rendición de cuentas continuará porque nadie está por encima de la ley", agregó la fiscal.

Aunque la sede central de la NRA está en la localidad de Fairfax (Virginia), se constituyó en el estado de Nueva York poco después de la Guerra de Secesión estadounidense, por lo que se rige bajo la autoridad regulatoria neoyorquina.

En enero, la NRA presentó una declaración de bancarrota como parte de su petición de reinstituirse en Texas, una acción que se produjo cinco meses después de que la oficina de James presentara un caso con el que pretende disolver la organización por la gestión fraudulenta de sus directivos, a quienes acusa de desviar millones de dólares para uso personal.

La demanda puede poner contra las cuerdas a una organización con más de 5 millones de miembros y un gran poder, pero que atraviesa actualmente importantes problemas financieros y luchas internas.

"La influencia de la NRA ha sido tan poderosa que ha impedido que nuestra nación tome medidas contra la violencia armada. Pero ha estado abusando de su poder y, bajo la apariencia, la NRA está podrida con el fraude y el abuso", denunció el pasado mes de agosto James.

En su demanda, la fiscal general describió una cultura de mala administración y supervisión negligente ilegal, opresiva y fraudulenta dentro de la organización, especialmente por parte de cuatro de sus principales responsables a quienes acusa de llenarse los bolsillos durante años.

Entre ellos figura el jefe de la NRA, Wayne LaPierre, que lleva desde 1991 al frente de la entidad y que ha sido uno de las grandes voces en defensa de las armas de fuego en Estados Unidos durante las últimas décadas.

"La verdad es que Wayne LaPierre y sus lugartenientes utilizaron la NRA como campo de cultivo para el beneficio personal y un estilo de vida de lujos", insistió hoy James.