Uno de ellos es sospechoso de un intento de asesinato y el otro acusado de homicidio.

NUEVA YORK - Dos reos de Rikers Island, una infame cárcel neoyorquina, han sido puestos en libertad por errores administrativos en una misma semana, uno de ellos sospechoso de un intento de asesinato, y el otro acusado de homicidio.

La policía de Nueva York está buscando a los dos prisioneros, uno de ellos identificado como Nikim Meekins, de 22 años, que fue arrestado el pasado 10 de marzo por dos incidentes, el más serio de los cuales fue un tiroteo en el que no hubo víctimas mortales el 3 de noviembre de 2020, por el cual se había dictado una libertad bajo fianza de 300.000 dólares.

Según los medios locales, un portavoz de un tribunal explicó que este lunes debía comparecer ante la corte por ese incidente y por otro caso de imprudencia temeraria por abrir fuego contra dos personas el pasado mes de agosto, aunque ninguna resultó herida.

La fuente indicó que ese mismo día se le concedió una fianza de 1 dólar por ese segundo caso, pero el empleado administrativo de la corte anotó que podía también ser liberado por las acusaciones más graves de intento de asesinato.

Tras notificarse el error, el juez emitió una orden de captura, y Meekins está siendo buscado por las fuerzas del orden.

"Abordaremos el error administrativo desde un punto de vista de personal y de formación", dijo el portavoz.

"Aunque este fue un error serio (...), la Corte Penal de Nueva York, el pasado año, ha llevado a cabo miles de procedimientos con jueces, personal de administración y funcionarios de las cortes que han mantenido el sistema bajo unas circunstancias agotadoras", agregó.

La puesta en libertad errónea de Meekins se produce una semana después de que Christhopher Buggs, de 26 años, quedara en libertad el pasado 9 de marzo por un caso por el que había ingresado en prisión pese a que aun debía ser juzgado por asesinato en 2018.

Buggs está acusado de matar a un hombre de 55 años a las puertas de un establecimiento en el barrio de Bedford-Stuyvesant, en Brooklyn.

Cuatro funcionarios penitenciarios han sido suspendidos por este caso.